Pregunta. La Sociedad Española de Diabetes acaba de celebrar su XXXII congreso, ¿cuál es su balance de este encuentro?

Respuesta. Globalmente la valoración es claramente positiva. Desde el punto de vista de la organización, la experiencia del año previo con el formato virtual nos permitió mejorar aspectos relacionados con la utilización de la plataforma por parte de los conferenciantes y los congresistas, permitiendo la interacción entre los congresistas, con los ponentes y los patrocinadores. En este sentido, el congreso generó gran interés a los patrocinadores, y en general la mayoría mostraron especial predisposición a mantener la colaboración buscando formas innovadoras de colaboración que aportaron valor al congreso y que, aunque pendiente de cerrar,  esperamos un balance económico también muy positivo

El número de inscritos fue de casi 1.300, siendo similar a años previos, y la asistencia a las diferentes sesiones en directo superó la de otros años, siendo en la mayoría superior a 200 asistentes. A esto tendremos que añadir las conexiones posteriores al congreso de profesionales españoles y de Latinoamérica al quedar grabadas las diferentes sesiones del congreso.

El contenido científico reflejó el carácter multidisciplinar de la SED, incluyendo las principales novedades en la investigación básica y traslacional pero también en aspectos clínicos, regulatorios y de la gestión asistencial. Las temáticas tratadas fueron muy diversas y relevantes, pero me gustaría destacar las conferencias magistrales y especialmente la gran calidad de la investigación en diabetes realizada en España, reflejada en las más de 1.200 comunicaciones y las mesas redondas en las que se presentaron las publicaciones más destacadas realizadas por autores españoles, los proyectos de investigación promovidos por la SED y los premios y ayudas de investigación de la SED y la Fundación SED.

P. ¿Qué impacto ha tenido la COVID-19 en las personas con diabetes? ¿Cómo ha afectado la pandemia al manejo de estos pacientes?

La diabetes es una de las comorbilidades más frecuentes en personas con COVID-19. Aunque la prevalencia varía ampliamente según las series publicadas entre el 7 y el 30 por ciento, la presencia de diabetes no parece aumentar el riesgo de infección, pero sí el pronóstico de la misma. Una vez adquirida la COVID-19, la diabetes aumenta la gravedad y mortalidad de la enfermedad de forma que los pacientes con diabetes y / o hiperglucemia no controlada tienen más del doble de probabilidades de ser ingresados en unidades de cuidados intensivos y la mortalidad es hasta tres veces mayor en comparación con los pacientes sin diabetes y / o hiperglucemia no controlada.

“La diabetes no solo es un factor de riesgo de mayor gravedad de la COVID-19 sino que también la infección afecta a las personas con diabetes de forma directa, al agravar una diabetes previa e incluso induciendo diabetes de nueva aparición”

La diabetes no solo es un factor de riesgo de mayor gravedad de la COVID-19 sino que también la infección afecta a las personas con diabetes de forma directa, al agravar una diabetes previa e incluso induciendo diabetes de nueva aparición, o indirecta como consecuencia de las restricciones derivadas de la cuarentena durante la epidemia de COVID-19. El efecto inmediato es que se ha afectado enormemente su capacidad para acceder y recibir atención médica, obtener medicamentos y material de control para la diabetes, mantener un estilo de vida saludable y conexiones sociales.

Aunque la información sobre las consecuencias indirectas de la pandemia COVID-19 sobre la diabetes es limitada, empezamos a tener datos que permiten valorar el impacto de la primera ola. Así, en el Reino Unido, dentro de los primeros cuatro meses del confinamiento hubo una reducción del 69-70 por ciento en nuevos diagnósticos de diabetes tipo 2, una reducción del 77-84% en la determinación de HbA1c y la reducción en la prescripción de medicamentos hipoglucemiantes, particularmente en personas mayores con diabetes tipo 2.

P. La pandemia ha abierto el camino a la telemedicina y ha puesto en valor la tecnología, ¿qué aportan ambas en el manejo de la diabetes?

R. La telemedicina facilita los ajustes de medicación. Mejora el control en pacientes con diabetes mal controlada añadiendo visitas o sustituyendo visitas presenciales y actualmente se presenta como una de las soluciones para garantizar la atención al paciente crónico en el futuro. Ha dado un gran impulso al uso de aplicaciones o plataformas ya disponibles, pero escasamente utilizadas, que permiten a los pacientes cargar los datos de sus glucómetros, dispositivos de monitorización continua de glucosa y / o bombas de insulina para que sus médicos puedan tomar decisiones sobre el tratamiento.

También ha influido en que los profesionales de la salud, y probablemente las organizaciones sanitarias, realmente hayamos asumido el valor de algunos de estos cambios profundos en un sector como es el de la salud, donde el “como de costumbre” resulta difícil de modificar. Sin embargo, en la actualidad existen importantes limitaciones para que la telemedicina se convierta en una herramienta poderosa en la atención de los pacientes con diabetes.

“Muchas de las herramientas de telemedicina se utilizaron de forma improvisada, sin estudios de previos de coste-eficacia y sin realizar cambios en el modelo asistencial que faciliten su aplicación eficiente”

En primer lugar, su utilización eficiente está actualmente limitada a pacientes con buena capacidad de manejo de la tecnología y atendidos en centros con profesionales con destreza en el uso de estas tecnologías, mientras que en la mayoría de los pacientes la asistencia remota se limita a la llamada telefónica. En la encuesta de la FEDE/SED, el 41% de los pacientes valoró la consulta remota poco o nada eficaz, y para el futuro el 57% se decanta por la alternancia de visitas presenciales y remotas.

Asimismo, muchas de las herramientas se utilizaron de forma improvisada, sin estudios de previos de coste-eficacia y sin realizar cambios en el modelo asistencial que faciliten su aplicación eficiente. Las investigaciones de la telemedicina durante la pandemia, aunque arrojaron conocimientos, generalmente se han basado en muestras pequeñas o no representativas y en general se han limitado a análisis de la frecuencia de utilización, pero con escasos datos del contenido y sobre la eficacia y seguridad.

Entre las aportaciones realizadas en el congreso sobre la tecnología y la telemedicina, destacaría el estudio PLATEDIAN, promovido por el “Grupo de Diabetes de la Sociedad Andaluza de Endocrinología, Diabetes y Nutrición”, y publicado a principios de 2020 en “Diabetes Care”. Mostró que, en comparación con la atención convencional de consulta presencial, el uso de la telemedicina en pacientes con diabetes tipo 1 y control insuficiente tiene un impacto similar, tanto en el control metabólico como en las complicaciones agudas de la diabetes y en su calidad de vida.

P. En estos días han presentado algunos proyectos importantes para la sociedad científica, ¿cuáles son los más destacados y por qué?

R. Efectivamente, en el congreso se han presentado los últimos datos sobre di@bet.es, el estudio sobre la incidencia de la diabetes en España. La primera fase del estudio se realizó entre 2008 y 2010, estableciéndose una prevalencia de diabetes del 13,8%. Posteriormente, en el año 2015, se puso en marcha la fase de seguimiento en la que se estimó una incidencia de diabetes en España de 11,6 casos/1.000 personas-año.

Se presentaron los datos actualizados del del estudio DIABET-IC, diseñado para evaluar la prevalencia e incidencia de insuficiencia cardíaca en pacientes con diabetes tipo 2 en nuestro país. Se incluyeron 1.542 pacientes con diabetes en 30 centros repartidos por todas las comunidades autónomas. Se presentan los resultados sobre la prevalencia de IC y la de sus diferentes subtipos, así como las diferencias entre los pacientes seguidos por cardiólogos y endocrinólogos y los factores predictores. Asimismo, se presentaron los resultados del estudio SED1 (Control y manejo de los pacientes con diabetes de tipo 1) y APHOS COVID-19 (Predictor de ingreso en personas con diabetes con COVID-19).

P. El centenario de la insulina también es objeto de celebración, ¿cómo ha evolucionado y qué aporta en la actualidad este fármaco?

R. Aunque nos quedan retos tan importantes como la prevención y curación de la diabetes, a los cien años del descubrimiento de la insulina, hemos avanzado mucho en el diagnóstico y tratamiento de la diabetes. La insulina es uno de los mayores descubrimientos en la historia de la medicina, ha permitido convertir una enfermedad aguda de muy mal pronóstico, a corto plazo, en una enfermedad crónica. Los avances en la formulación de las insulinas, los sistemas de administración y los regímenes de administración para imitar la fisiología son espectaculares y cada vez estamos más cerca del “páncreas artificial”.

“La insulina es uno de los mayores descubrimientos en la historia de la medicina, ha permitido convertir una enfermedad aguda de muy mal pronóstico, a corto plazo, en una enfermedad crónica”

La insulina en la actualidad es el tratamiento para los pacientes con diabetes tipo 1 y una proporción importante de los pacientes con diabetes tipo 2 requieren el tratamiento con insulina para mantener un control adecuado. Todo ello hace que se siga investigando en nuevas formulaciones con perfiles de acción más adecuados para imitar la fisiología, sistemas de administración de insulina no invasivos y las denominadas insulinas inteligentes. Todos estos aspectos se trataron en la mesa del congreso dedicada al centenario de la insulina con la visión del diabetólogo y la de los pacientes.

P. En el encuentro se abordó la asociación entre enfermedades metabólicas y neurodegenerativas, ¿qué nuevas evidencias se han aportado al respecto?

R. En la actualidad existen diversos estudios de población han revelado la existencia de una asociación epidemiológica entre la Diabetes Mellitus y el aumento del riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, teniendo casi el doble de riesgo en comparación con los individuos sin diabetes.

Sobre este aspecto, el doctor Mario Vallejo mostró estudios con animales que demuestran cómo la diabetes altera la neurotransmisión de la dopamina y aumenta la vulnerabilidad al daño neurodegenerativo que conduce al deterioro motor, detallando así un posible mecanismo de acción que explicaría como la preexistencia de diabetes aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson.

P. ¿Hay novedades sobre vitamina D y diabetes?

R. Es bien conocida la asociación entre la deficiencia de vitamina D con la diabetes, pero los mecanismos implicados son desconocidos y los efectos de los tratamientos con suplementos de vitamina D en la prevención a desarrollar diabetes siguen siendo controvertidos. Uno de los factores que pueden contribuir a esta relación es la funcionalidad del receptor de la vitamina D en las células β pancreáticas. Los estudios presentados por la doctora Alba Casellas ofrecen información nueva y demuestran que la expresión del receptor de la vitamina D en las células β está claramente disminuida en ratones con diabetes tipo 1 y con diabetes tipo 2 y que la sobreexpresión del receptor de la vitamina D ofrece una protección frente a la diabetes tipo 1 y tipo 2.


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