Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) han experimentado un aumento creciente de pacientes con patología neurocrítica. Esta población representa un doble reto. Por un lado, demográfico, debido al envejecimiento progresivo de la población, y por otro, clínico, ya que se trata de pacientes con mayor comorbilidad asociada y que emplean fármacos antiagregantes y anticoagulantes que complican la lesión cerebral. En este contexto, el intensivista como coordinador de la atención multidisciplinar juega un papel fundamental que permite una mejoría del resultado neurológico.

Juan Antonio Llompart Pou, del servicio de Medicina Intensiva del Hospital Univ. Son Espases (Palma) y presidente del Comité Científico de la SEMICYUC.

Afortunadamente, la antigua actitud nihilista respecto a la atención de los pacientes neurocríticos que no tuvieran una solución quirúrgica ha ido cambiando y en la actualidad, la atención del paciente neurocrítico integra una gran cantidad de datos procedentes de técnicas de imagen (TAC, RMN), biomarcadores de lesión cerebral, neuromonitorización no invasiva (sonografía transcraneal, pupilometría, electroencefalograma) y finalmente técnicas invasivas de neuromonitorización (presión intracraneal, presión tisular de oxígeno, microdiálisis cerebral). Ello nos permite evaluar con mayor fiabilidad las opciones de recuperación del paciente y personalizar, en la medida de lo posible, el tratamiento, evitando la temida lesión cerebral secundaria. Esta monitorización multimodal es compleja y debe integrarse adecuadamente y por ello, el manejo de estos pacientes debe realizarse en centros especializados con un alto volumen de pacientes neurocríticos y con amplia actividad formativo-científica para mejorar los resultados clínicos.

Jon Pérez Bárcena, del servicio de Medicina Intensiva del Hospital Univ. Son Espases (Palma) y director IV Jornadas de Aspectos Clínicos de los Pacientes Neurocríticos-SEMICYUC.

Los intensivistas que atienden a los pacientes neurocríticos generalmente deben responder a las siguientes preguntas: ¿Va a poder vivir? Y, más frecuentemente, ¿Cómo quedará mi familiar? Para poder responder del modo más preciso y empático posible, deben conocerse todas las posibilidades diagnóstico-terapéuticas. No solo debe buscarse la supervivencia del paciente, sino también la mayor recuperación funcional y la reintegración en la sociedad como objetivo final. Para ello, en el caso del paciente neurocrítico ingresado en las UCI, será necesaria la colaboración multidisciplinar por parte de especialistas en neurocirugía, neurología y radiología, coordinados por el intensivista experto en patología neurocrítica. Una vez superada la fase aguda, también será necesario integrar a rehabilitadores, fisioterapeutas, nutricionistas, psicólogos y otros especialistas. El acceso de estos pacientes a sistemas de neurorrehabilitación especializada constituye un aspecto clave en cuanto a la recuperación funcional y la reintegración en la sociedad.

La atención especializada y multidisciplinar permitirá mejorar los resultados. Hagámoslo posible.