Uno de los grandes problemas en neurología es que, hasta el momento en muchos casos como las enfermedades neurodegenerativas no existen tratamientos modificadores de la enfermedad. Además, enfermedades cerebrovasculares como el ictus siguen acumulando una gran incidencia siendo la primera causa de mortalidad en las mujeres, la segunda en los hombres, y la que más discapacidad produce; en este caso, aunque han mejorado mucho las técnicas para su manejo, uno de los principales objetivos pasa por reducir las cifras.

Aunque el mensaje es extrapolable a otras especialidades, en este caso, es claro: la reducción de los casos y la mortalidad asociada a las enfermedades neurológicas pasa por la prevención. De la misma manera que sucede en oncología, como mencionaba César Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica en un encuentro celebrado en el marco del Día Mundial contra el Cáncer que se conmemora cada 4 de febrero, evitar factores de riesgo prevenibles es crucial. también teniendo en cuenta que se estima que la incidencia en diferentes tipos de tumores seguirá incrementándose en los próximos años. Y, apenas unos días más tardes, Jesús Porta-Etessam, presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN) coincidía en esta idea. durante su visita a la redacción de Gaceta Médica. Estos factores están bien identificados: tabaquismo, consumo de alcohol, dietas inadecuadas, sedentarismo y exposición a determinados agentes patógenos. Sin embargo, a pesar de que se sabe su efecto nocivo sobre la salud a varios niveles, parece que no acaba de calar en la sociedad la importancia de adoptar hábitos saludables para evitar el desarrollo de enfermedades de diferente índole.

Para Porta-Etessam, la fórmula está clara: hay que inculcar estos hábitos desde la infancia, que el deporte y la dieta sana formen parte de la rutina de las personas desde la infancia y que se refuercen las medidas políticas y los mensajes sobre el impacto negativo de sustancias como el alcohol y el tabaco -o dispositivos similares que puedan servir de entrada para adquirir el hábito tabáquico-.
Por ello, una vez más, el foco está puesto en la educación para la salud y el papel determinante que puede jugar de cara a lograr una sociedad futura en la que la incidencia de determinadas enfermedades sean prácticamente residuales. Aunque pueda parecer redundante o vacío de significado, los niños son el futuro. Y es responsabilidad de los adultos del ahora actuar en ellos para sembrar estos mensajes y recoger los frutos en las próximas décadas.


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