GM | jueves, 15 de marzo de 2018 h |

Una de cada cuatro personas mayores hospitalizadas sufre delirium y, en algunos recursos asistenciales, como la Unidad de Subagudos del Parc Sanitari Pere Virgili, afecta hasta al 40 por ciento de los pacientes ingresados. A pesar de la alta prevalencia de este trastorno, que consiste en un estado de confusión relacionado con el ingreso en un centro sanitario, los profesionales del Parc Sanitari Pere Virgili alertan que está infradiagnosticado y que, en la mayoría de los casos, introduciendo medidas preventivas sencillas y económicas, se podrían evitar las graves afectaciones en las personas hospitalizadas, así como el importante sobrecoste para el sistema sanitario, de unos 500 euros por ingreso.

Para ampliar el conocimiento sobre el delirium entre los profesionales sanitarios y el público general, y resaltar la importancia de su prevención, detección y tratamiento adecuado, el Parc Sanitari Pere Virgili ha organizado hoy una serie de actividades, coincidiendo con el día Mundial de este síndrome. Además del Parc, diversos centros catalanes se han adherido a la iniciativa, coordinada por la Sociedad Catalana de Geriatría: Parc de Salut Mar, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, Hospital General de Granollers, Hospital de la Santa Creu de Vic, Consorci Sanitari de Terrassa y el Centre Sociosanitari Albada.

Desorientación, falta de concentración, agitación y somnolencia el delirium es un estado de confusión que aparece de repente, habitualmente tras un ingreso en un centro sanitario, y que se caracteriza por agitación, falta de concentración, desorientación y somnolencia. “A pesar de que cualquier persona puede desarrollar delirium, la edad avanzada y la demencia son los principales factores de riesgo”, explica Neus Gual, geriatra del Parc Sanitari Pere

Virgili. En la Unidad de Subagudos de este complejo sociosanitario, donde la mayoría de pacientes son de esta tipología, la prevalencia de delirium llega hasta el 40 por ciento.

Para Gual, el elemento que desencadena este estado puede ser muy diverso, desde una neumonía, un infarto o un ictus hasta una infección de orina.

Las consecuencias de este trastorno para los pacientes son una mayor comorbilidad y mortalidad, así como un mayor riesgo de deterioro funcional y cognitivo, y un aumento de la tasa de institucionalización.

“El delirium también afecta a los familiares o cuidadores, ya que es una fuente de estrés y sobrecarga”, afirma la doctora. Medidas preventivas sencillas y económicas

Además de las graves consecuencias para los pacientes, el delirium representa un elevado gasto para el sistema sanitario. Se calcula que de media, el sobrecoste aproximado del ingreso en un centro hospitalario de un paciente con este trastorno respecto a una persona hospitalizada que no lo sufre es de 500 euros.

Estos gastos, según la doctora Neus Gual, se podrían evitar, en buena parte de los casos, aplicando, tanto por parte de la familia como de los profesionales sanitarios diferentes medidas preventivas muy sencillas y económicas. “Algunas de ellas son ambientales, como mantener la iluminación adecuada de la habitación, abriendo las persianas y cortinas durante el día, para que el paciente distinga el día de la noche; mantener el orden de la sala y retirar objetos que no sean de utilidad o evitar ruidos innecesarios, sobre todo durante la noche”, indica.

Otra geriatra del Parc Sanitari Pere Virgili, Cristina Udina, asegura que otras estrategias útiles son dirigirse al paciente con un lenguaje claro y sencillo y un tono de voz adecuado, escucharlo siempre, no realizar un cuidado específico sin habérselo explicado previamente y solicitado su colaboración. También es recomendable realizar actividades de reorientación, como recordarle la fecha y la hora, por lo que son muy efectivos los relojes o los calendarios, y de movilización, con el fin de que se mantenga activo, con paseos, lecturas, etc., y garantizarle una nutrición y hidratación adecuadas. “Estas medidas también son muy efectivas en el tratamiento del delirium, ya que, a pesar de que para solucionarlo debemos resolver el factor desencadenante, reducen la duración del trastorno y favorecen su reversión”, señala.