El rap se ha convertido en la banda sonora de la vida de millones de personas en todo el planeta, que se ven identificadas en sus letras contra la violencia de género, el racismo o la degradación medioambiental. España no se queda atrás a la hora de escuchar este tipo de música, siendo uno de los países que más consume este estilo musical.

Pero en el ámbito medioambiental, cuando hablamos de RAP nos referimos a la denominada “Responsabilidad Ampliada del Productor”, que además de compartir acrónimo, tiene otros paralelismos con el movimiento musical, puesto que también ha irrumpido con mucha fuerza y se está implantando con firmeza en nuestro país para poder seguir el ritmo de la normativa europea en materia de economía circular.

La RAP medioambiental es una política para avanzar en este nuevo modelo de producción y consumo, estimulando la prevención, el ecodiseño y la reciclabilidad de los productos y, para ello, añade una serie de obligaciones que los productores deben cumplir a través de sistemas individuales (SIRAP) o colectivos (SCRAP) de responsabilidad ampliada. Estas obligaciones están vinculadas fundamentalmente a la prevención, puesta en el mercado de productos y recogida de sus residuos.

El sector farmacéutico (333 laboratorios farmacéuticos; más de 22.100 farmacias; y 142 almacenes de la distribución farmacéutica) cuenta para ello con el SCRAP de SIGRE. Mediante su participación en esta entidad, el sector colabora activamente para reforzar los aspectos ambientales relacionados con el ciclo de vida del medicamento: el ecodiseño del envase de un producto tan esencial para nuestra salud, la promoción de un uso cada vez más adecuado del mismo y la correcta gestión de los residuos que se generan por el consumo de dichos medicamentos una vez finalizado el tratamiento.

De esta forma, a través de la RAP se está contribuyendo al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluidos en la Agenda 2030, y en particular a los objetivos 3 –salud y bienestar–, 12 –producción y consumo sostenibles–, 13 –acción por el clima- y 14 –vida submarina–.

Tras la reciente aprobación del Real Decreto 1055/2022, de envases y residuos de envases, una norma que amplía las obligaciones de todas las empresas que comercializan productos envasados en el mercado español, el sector farmacéutico español ha “subido el tono” de su compromiso con el medio ambiente y con la salud de las personas.

Para dar cumplimiento a estas nuevas obligaciones, los socios de SIGRE (industria, distribuidores y farmacias) han decidido ampliar el ámbito de actuación de la entidad, que a partir de 2025 asumirá no sólo la correcta gestión medioambiental de los residuos de medicamentos procedentes de los hogares, sino también la de los envases generados en todos los centros sanitarios (hospitales, clínicas, ambulatorios, etc.) y en las instalaciones del canal farmacéutico (distribuidores, operadores logísticos y farmacias).

De esta forma, todo el sector farmacéutico seguirá contribuyendo a través de SIGRE a un futuro más sostenible, para que la música de la naturaleza no se deje de escuchar.


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