“El Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario General de Villalba es un servicio joven, centrado en el cuidado de las personas, en el que se atienden todas las patologías relacionadas con la especialidad, pero con una especial dedicación a los pacientes oncohematológicos y hematopediátricos”. Así define Rafael Martos, jefe de Servicio de Hematología y Hemoterapia en el Hospital de Villalba el trabajo en su unidad.

En esta ecuación, el equipo se centra en cuidar al paciente, y su entorno. Todo ello, en base a tres objetivos principales que enumera Martos: “Mejorar la experiencia de paciente, aprendiendo y mejorando su futuro gracias a un seguimiento más estrecho y personalizado. En segundo lugar, fomentando su salud con una adecuada promoción y prevención de la misma, que nos facilite anticiparnos a la enfermedad y ganar en calidad de vida. Y, en tercer lugar, siendo responsables y manteniendo altos niveles de eficiencia que nos permitan una mejor gestión de los procesos asistenciales, gracias a la implementación de recursos tecnológicos”. Esto, combinado con “procesos diagnósticos y terapéuticos innovadores, destacando servicios no presenciales, y una calidad asistencial lo más humana y cercana posible”, detalla el especialista.

Rafael Martos, jefe de Servicio de Hematología del Hospital Universitario General de Villalba.

Recorrido asistencial

Una de las claves según explica el jefe de Servicio es que “el paciente, desde que se tiene una sospecha de patología hematológica, es atendido de forma personalizada y sin demora”. Aquí, precisa que “con un circuito denominado ‘C-15’, para que todo paciente que presente una sospecha de enfermedad hematológica sea visto en consulta en menos de 3 días, y tras una valoración exhaustiva del caso, se realicen las pruebas diagnósticas necesarias para que en el menor tiempo posible (habitualmente menos de 15 días) el paciente tenga tanto un diagnóstico, como un tratamiento definido, confirmando el inicio del mismo y el seguimiento estrecho por parte de Hematología durante todo su proceso asistencial”. En este proceso, agrega Martos, “el paciente es partícipe de su enfermedad, tendiendo la posibilidad de contactar con sus médicos o enfermeras mediante el Dialogo Web, funcionalidad de nuestra aplicación, el Portal del Paciente, con formularios de salud y evitando desplazamientos innecesarios al hospital que no le aportan valor”.

Y es que, para esta unidad, una gran parte del avance en el abordaje oncohematológico (más allá de las novedades terapéuticas y diagnósticas) se basa en “que la digitalización, las nuevas tecnologías y los recursos informáticos deben de integrarse en la atención continuada del paciente”.

Todo ello, detalla, se orienta en “humanizar la atención al paciente”. “Por ejemplo, con el “Programa de acompañamiento” que tenemos en marcha en nuestro hospital, el paciente sabe en todo momento cuándo, dónde y cómo va a enfrentarse a su enfermedad. Conoce de antemano qué días recibe tratamiento, dónde lo recibe (en qué puesto, sillón o box de Hospital de Día), qué hacer si tiene alguna incidencia o efecto adverso (contacto directo a través del Portal del Paciente o el Diálogo Web con sus médicos), etc… En definitiva, el paciente (y su familia) sabe que en ningún momento va a encontrarse sólo, ya que siempre tendrá a alguien que le oriente y ayude cuando lo necesite, sin preocuparse de nada más y centrando todos los esfuerzos en curarse”, desarrolla el doctor.

Proyectos innovadores

Para lograr mejorar la atención en esta especialidad, Martos enumera tres proyectos pioneros.

El primero, el proyecto PREMS y PROMS, en el que “se da voz a los pacientes y se evalúan los resultados en salud y experiencia reportados por ellos”. En segundo lugar, el Programa de acompañamiento para pacientes oncohematológicos, en el que se fomenta “la participación del paciente en su proceso asistencial, animándolo a participar en la planificación e implementación de mejoras de su enfermedad a partir de sus vivencias y opiniones y facilitando en la medida de lo posible la asistencia mediante servicios no presenciales”.

Por último, Martos destaca, la Consulta de Hematología Pediátrica y Proyecto Coagulín, proyecto sobre el que el doctor afirma que el equipo “se siente especialmente orgulloso”. Se trata del seguimiento de la anticoagulación oral en niños (y también en adultos) en domicilio a través de aplicaciones informáticas (‘Proyecto Coagulín’), buscando la mayor seguridad clínica y menor variabilidad, humanizando la atención a los niños y sus familias, favoreciendo la conciliación familiar y una mejora en la calidad de vida. Impartimos talleres a pacientes anticoagulados, donde les enseñamos a picharse, a introducir sus resultados en la aplicación informática y a tener un seguimiento de su tratamiento”.

Todo esto encaminado a un mismo fin. Tal y como expresa Martos, todos estos proyectos “posibilitan una gestión responsable, con un manejo sostenible y eficiente de los recursos, y unos resultados finales en conceptos de calidad, salud y experiencia del paciente para mejorar la práctica diaria, creando una cultura de autoevaluación y aprendizaje que nos acerque a la continua mejora de la excelencia.


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