El abordaje y tratamiento de la leucemia linfocítica crónica ha avanzado enormemente en los últimos años. Francesc Bosch, jefe del Servicio de Hematología en el Hospital Vall d’Hebron, explica que este progreso se debe principalmente a dos factores interrelacionados: “el conocimiento de la biología que a su vez ha contribuido a que cada vez existan mejores tratamientos”.

En este sentido, desarrolla que “el conocimiento de la enfermedad nos permite ahora el uso de medicamentos dirigidos a las dianas de la enfermedad; es una de las enfermedades en cáncer que más ha evolucionado en cuanto a tratamiento y una de las que más opciones tiene, hemos pasado de la quimioterapia a fármacos mucho más novedosos”.

Pau Abrisqueta, coordinador de ensayos y miembro de la Unidad de LLC en el Vall d’Hebron, recogió el premio BiC.

Pero para Bosch, más allá de labores técnicas, el principal activo que les ha llevado a obtener este reconocimiento es el equipo. “Contamos con hematólogos y clínicos de primer nivel, investigadores de prestigio internacional… en definitiva, un gran grupo de profesionales formando equipo para dar el mejor tratamiento a esta enfermedad”, valoraba.

Mirada en el futuro

Los buenos resultados no frenan al servicio, que sigue trabajando para mejorar. Bosch señala que esta unidad tiene “la suerte de liderar el grupo español de leucemia linfocítica crónica”. Esto es útil para “desarrollar ensayos clínicos novedosos para la enfermedad”. También precisa que “en cuanto a bases de datos, desde el servicio se ha hecho una red de análisis molecular que permite que todo el país tenga acceso a estas pruebas de diagnóstico molecular, de las cuales hemos analizado más de 5.000 en los últimos cuatro años”. El especialista agrega que desde su servicio también se realiza “investigación de la enfermedad en el laboratorio, con muestras de sangre y testando la sensibilidad a distintos fármacos o combinaciones para ver cómo reacciona el paciente”.

Ahora, Bosch apunta que “el reto fundamental es conseguir soporte financiero para hacer investigación, lo que es un reto global y no solo para nuestro centro”. A este respecto, detalla que “la investigación es muy costosa; necesita aparataje, grandes equipos… por ello se precisa de financiación pública que permita mantener niveles de excelencia, lo que se hace consiguiendo los mejores equipos técnicos y personales que permitan alcanzar los objetivos marcados”.