El valor de invertir en salud

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Por Mar Fábregas, directora General STADA España.

Las grandes crisis nos ponen a prueba. Personas, sociedad, sistemas. Y esta pandemia no ha sido una excepción. Todos nos hemos sentido vulnerables. La sociedad ha redefinido su escala de valores. El sistema, y en particular, el sistema sanitario ha sido sometido a una tensión extraordinaria, pero también ha demostrado su capacidad que no es poca, gracias al talento y compromiso de los profesionales sanitarios que lo componen.

Las grandes crisis, inesperadas en el tiempo, aunque en cierto modo previsibles, tienen un factor transformador indiscutible. Y esta no es una excepción. Una ola de transformación que catapulta la recuperación hacia un nuevo modelo sanitario e industrial donde la digitalización, la tecnología, la conectividad, pero sin duda, las personas, son y serán las palancas del cambio. Y en esta transformación, adquiere un papel fundamental la inversión decidida en salud.

Es el momento de invertir en salud, en múltiples planos. En talento, por supuesto, en innovación, fundamental, pero también en todo aquello que contribuye a hacer el sistema más eficiente y sostenible

Calidad de vida, bienestar, pero también productividad. La inversión en salud en salud es un factor fundamental para el crecimiento económico y social sostenible. Una sociedad sin un sistema sanitario capacitado difícilmente alcanzará los objeticos y retos que se proponga. Esta pandemia ha puesto en valor la inversión en salud. Hoy este concepto es más tangible que nunca para el conjunto de la sociedad.

Es el momento, por tanto, de volver a situar la salud en el centro del debate social. De apostar decididamente por un sistema sanitario que refleje los valores y las demandas de la sociedad, capaz de dar respuesta a las necesidades y retos sanitarios de cada comunidad. Es el momento de invertir en salud, en múltiples planos. En talento, por supuesto, en innovación, fundamental, pero también en todo aquello que contribuye a hacer el sistema más eficiente y sostenible.

Desde el inicio de la pandemia la industria de medicamentos genéricos ha operado a pleno rendimiento para garantizar la producción y el suministro de fármacos a todos los hospitales y oficinas de farmacia del país, en ocasiones multiplicando significativamente el suministro medicamentos esenciales necesarios en los tratamientos para la COVID-19 demostrando el compromiso y capacidad del sector.

El 70% de los fármacos declarados esenciales por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para el tratamiento de la COVID-19 disponen de medicamento genérico o biosimilar. Una industria consolidada es sin duda un activo para todo el sistema a la hora de garantizar el suministro de medicamentos en cualquier circunstancia. Pero por ello, es necesario desarrollar normativas que fomenten de forma efectiva el uso de los medicamentos genéricos, como pueden ser el establecer una diferencia de precio entre medicamentos genéricos y de marca, o fijar determinadas condiciones de dispensación para estos dos grupos de medicamentos, asegurar unos márgenes mínimos de rentabilidad que garanticen que las compañías farmacéuticas sigan apostando por el desarrollo y puesta en el mercado de medicamentos genéricos, como medida esencial para asegurar el acceso, el abastecimiento y la eficiencia en el sistema, fomentando la libre participación en la fabricación y suministro de medicamentos genéricos para asegurar el abastecimiento de fármacos y erradicar las medidas dirigidas a la exclusividad.

Estamos en un momento decisivo y debemos seguir apoyando la capacidad del sistema sanitario para dar la mejor respuesta posible a esta pandemia. Pero también es responsabilidad del sector impulsar la transformación del sistema para posicionarlo adecuadamente ante las demandas de la sociedad. Esta pandemia ha puesto en valor inversión en salud. La salud hoy un activo tangible y una prioridad social. Hagamos que esto sirva para avanzar hacia los nuevos retos que tenemos por delante.