Para los pacientes con enfermedad renal, cardiovascular o diabetes puede resultar difícil de entender que el no cumplimiento del plan terapéutico frente a su patología junto a una falta de alimentación saludable pueda acarrear complicaciones para su salud. En concreto, experimentar un incremento de potasio en sangre por encima de los niveles recomendables; lo conocido como hiperpotasemia.

Se trata de un episodio adverso que afecta al 5,7 de pacientes españoles con enfermedad renal crónica (ERC) y al 8,2 por ciento en el caso de aquellas que padecen insuficiencia cardiaca (IC)1. Este trastorno puede llegar a provocar el fallecimiento del paciente por arritmia cardiaca2 según su gravedad y periodo de detección, y su control obliga a “hilar fino” a los profesionales sanitarios.

El riesgo de desarrollar hiperpotasemia en estas patologías depende de la presencia de condiciones que facilitan este fenómeno, tales como la insuficiencia renal, la edad, la también presencia de diabetes o la utilización de fármacos inhibidores del sistema renina angiotensina aldosterona (iSRAA). En particular, en este último caso, los antagonistas del receptor mineralocorticoide (ARM)3,4,5.

Alberto Ortiz, jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid), explica para GM lo que este especialista califica como ‘la pescadilla que se muerde la cola; un círculo vicioso’: Los principales fármacos para proteger el riñón y el corazón son los iSRAA, que tienden a subir el potasio. A su vez, el principal riesgo de sufrir hiperpotasemia es la ERC. Por tanto, si los riñones no eliminan bien el potasio, pero se necesita seguir administrando estos fármacos en el paciente, el problema se agrava” 3,5, indica.

Alberto Ortiz, jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid).

Junto a la lógica de mantener el tratamiento para abordar sus enfermedades, de forma paralela otro factor entra en juego: la propia alimentación. “El potasio está presente en los alimentos. Incluso, en alimentos sanos como frutas y verduras. Eliminar el potasio de la dieta no es tan fácil. Incluso, si se consigue no es tan deseable, porque será a expensas de limitar el consumo de productos que están en la base de la pirámide alimentaria que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, insiste Ortiz.

“Reducir el potasio de la dieta no es bueno, y si se suspenden los tratamientos frente a la enfermedad renal o cardiaca tampoco lo es; y es ahí donde nos atascamos, reafirma el jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz para resumir este “círculo vicioso” que rodea la prevención y/o abordaje de la hiperpotasemia.

Una dieta baja en potasio es difícil de seguir por parte del paciente y presenta una eficacia limitada”, complementa como riesgos asociados a esta decisión Marisa Crespo, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña y portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Cabe recordar que el potasio es esencial en la función celular. Como promedio, el 98 por ciento del contenido corporal de potasio es intracelular y el 2 por ciento es extracelular6. Sin embargo, su distribución en los diferentes compartimentos del organismo depende de múltiples factores que influyen sobre todo en su absorción y eliminación e incluyen la función renal y gastrointestinal, la dieta, los fármacos, toma de suplementos dietéticos, el estado de activación neurohormonal o el equilibrio ácido base6.

“El riñón es el responsable de la excreción del potasio, pero en el caso concreto de los pacientes con IC con fracción de eyección reducida, los iSRRA mejoran la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes, por lo que son ampliamente utilizados. La hiperpotasemia es una causa frecuente de utilización de estos fármacos o de no poder alcanzar las dosis objetivo de los mismos (de acuerdo a las recomendadas en las guías de práctica clínica)”, especifica por su parte Crespo.

Abordaje de estos pacientes

¿Por dónde pasa, entonces, la solución? En palabras de Ortiz, hasta hace poco teníamos problemas de difícil solución”. Unas manifestaciones aludiendo al pasado que, por ende, vislumbran en sí mismas un actual cambio de escenario (como se verá más adelante).

“El tratamiento de la hiperpotasemia depende de las circunstancias de cada paciente, la severidad de la misma y la repercusión clínica; particularmente, la repercusión sobre el corazón4”, enumera su compañera cardióloga. “La ERC y la enfermedad cardiaca van muy unidas. Los fármacos que hemos utilizado durante décadas para este problema evitaban que el potasio se adsorbiese en el intestino, pero son bastante mal tolerados, y provocaban episodios de estreñimiento dramático 5, resalta Ortiz.

Así, las medidas de ‘choque’ para evitar episodios de hiperpotasemia pasaban por “suspender los suplementos en potasio y recomendar la dieta baja en potasio”, refleja Crespo. Sobre el tratamiento, reducir o suspender aquellos que aumentan el potasio, añadir quelantes del potasio y en situaciones graves, puede ser necesario un tratamiento intravenoso o diálisis” 5,6, completa.

Marisa Crespo, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña y portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

La gravedad de la clínica que provoca no depende exclusivamente de las cifras de potasio, sino también de otros factores como la rapidez de instauración, las comorbilidades del paciente, los fármacos que esté tomando y la presencia de otras anormalidades iónicas6. “Como se comentó anteriormente, aumenta el riesgo de arritmias graves y muerte súbita” 6, añade la cardióloga.

Nuevas herramientas terapéuticas

Ahora bien, como en tantas otras ocasiones y ámbitos en la práctica clínica, las innovaciones farmacológicas se presentan como ‘aliadas’ de los profesionales. Por ejemplo, recientemente AstraZeneca ha presentado en España Lokema7 (ciclosilicato de sodio y zirconio) para el tratamiento de la hiperpotasemia en pacientes adultos.

“La hiperpotasemia era un círculo vicioso del cual era difícil escaparse. Ahora disponemos de nuevas opciones de tratamiento que permiten de alguna forma romper este círculo vicioso y poder mantener en el paciente una dieta alimenticia más libre”, señala Ortiz.

En concreto, la combinación de ciclosilicato de sodio y zirconio demostró en sus ensayos pivotales una rápida reducción del potasio en sangre a partir de la primera hora de ser administrada la dosis, así como un efecto sostenido durante un año, con un 88 por ciento de los pacientes manteniendo un nivel de K+ inferior a 5,1 mmol/L durante ese periodo7,8,9.

El potasio de la dieta se une a este medicamento en el intestino y es expulsado sin problemas, sin pasar por el cuerpo”, subraya Ortiz. “Asimismo —prosigue este especialista— este fármaco interfiere de forma limitada con el resto de medicamentos administrados para las enfermedades asociadas que hemos comentado7”.

“El inicio de acción es rápido, con efectos iniciales ya en una hora y con un tiempo medio de normalización de cifras de potasio en 2,2 horas. Los efectos adversos más frecuentes son alteraciones gastrointestinales y edema, pero la tolerancia es bastante buena7”, continúa Crespo.

Lokelma se administra por vía oral y actúa en todo el tracto gastrointestinal. El mecanismo de acción es mediante unión selectiva del potasio en intercambio por sodio7.

Los nuevos quelantes del potasio son buenas opciones terapéuticas para la hiperpotasemia. En pacientes con IC, permiten optimizar el tratamiento con iSRAA, en especial los ARM. Actualmente hay estudios clínicos en marcha que evalúan si estos nuevos quelantes del potasio, además de permitir optimizar el tratamiento con iSRRA, mejoran los resultados clínicos”, concluye la especialista en Cardiología.

En el ensayo HARMONIZE9,10 se evaluó durante 28 días la eficacia y seguridad del ciclosilicato de sodio y zirconio en pacientes con hiperkalemia.  En las primeras 48 horas, el ciclosilicato de sodio y zirconio redujo y devolvió a la normalidad los niveles de potasio, y dichos niveles bajaron durante 28 días  en un alto porcentaje de pacientes.   

En el ensayo ZS-0058 se comprobó que una dosis diaria de de ciclosilicato de sodio y zirconio estaba asociada al mantenimiento de los valores normales de potasio sin cambios sustanciales en la inhibición del sistema renina angiotensina aldosterona durante 12 meses.

El ciclosilicato de sodio y zirconio es un polvo inorgánico no polimérico y no absorbible, está formulado como polvo para suspensión oral, y actúa capturando el potasio de forma altamente selectiva7. Se administra por vía oral, es inodoro, insípido y no requiere condiciones especiales de conservación7,11.

Este medicamento está sujeto a seguimiento adicional, es prioritaria la notificación de sospechas de reacciones adversas asociadas a este medicamento.

Bibliografía:

  1. Santiago Jiménez-Marrero S, Cainzos-Achirica M, Monterde D, Vela E, Cleries M, García-Eroles L et al. Impacto clínico y en costes sanitarios de alteraciones de potasio en pacientes con enfermedades cardiovasculares, metabólicas y renales crónicas. Rev esp Cardiol 2021;74(4):312-20.  https://doi.org/10.1016/j.recesp.2020.06.016
  2. Allan Rivera‐Juárez A, Hernández-Romero I, Puertas C, Zhang-Wang S, Sánchez-Álamo B, Martins R et al. Clinical Characteristics and Electrophysiological Mechanisms Underlying Brugada ECG in Patients With Severe Hyperkalemia. J Am Heart Assoc. 2019; 8(3). DOI: 10.1161/JAHA.118.010115
  3. Belmar-Vega L, Rodrigo-galabia E, Bada de Silva J, Bentanachs-González M, Fernández-Fresnedo G, Piñera-Haces C et al. Epidemiología de la hiperpotasemia en la enfermedad renal crónica. Nefrología 2019;39(3):277-86. https://doi.org/10.1016/j.nefro.2018.11.011
  4. Hernáez A, Delgado JF, Cinca J, Fernández-Avilés F, Marrugat J. Prevalencia e incidencia de hiperpotasemia en población española con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección deprimida: revisión sistemática y relevancia poblacional. Rev. Clín. Esp. 2018;218(5):253-60. DOI: 10.1016/j.rce.2018.01.006
  5. Palmer BF, Carrero JJ, Clegg DJ, Colbert GB, Emmett M, Fishbane S et al. Clinical Management of Hyperkalemia. Mayo Clin Proc 2021;96(3):744-62. https://doi.org/10.1016/j.mayocp.2020.06.014
  6. Sequera-Ortiz P, Alcázar-Arroyo R, Albalate-Ramón M. Trastornos del Potasio. Hipopotasemia. Hiperpotasemia. Nefrología al día 2021. Disponible en: Trastornos del Potasio. Hipopotasemia. Hiperpotasemia | Nefrología al día (nefrologiaaldia.org)
  7. Ficha Técnica Lokelma, polvo para suspensión oral 5 y 10mg Disponible en:  https://cima.aemps.es/cima/publico/detalle.html?nregistro=1171173004. Consultado junio 2021
  8. Spinowitz BS, Fishbane S, Pergola PE, Roger SD, Lerma EV, Butler J et al. Sodium Zirconium Cyclosilicate among Individuals with Hyperkalemia: A 12-Month Phase 3 Study. CJASN 2019;14(6):798-809. https://doi.org/10.2215/CJN.12651018
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  10. Zannad F, Hsu BG, Maeda Y, Shin SK, Vishneva EM, Rensfeldt Met al. Efficacy and safety of sodium zirconium cyclosilicate for hyperkalaemia: the randomized, placebo-controlled HARMONIZE-Global study. ESC Heart Fail. 2020; 7(1):54-64. doi: 10.1002/ehf2.12561
  11. Stavros F, Yang A, Leon A, Nuttall M, Rasmussen HS (2014) Characterization of Structure and Function of ZS-9, a K+ Selective Ion Trap. Plos one 2014;9(12):e114686. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0114686

ES-14195 junio 2021