Francisco Pita, miembro del Área de Nutrición de la SEEN.

El ayuno intermitente es una pauta en la que se restringen alimentos durante un periodo del día, que se ha popularizado en los últimos años como un hábito revolucionario. Habitualmente todas las personas hacen un ayuno fisiológico al estar sin comer durante 8-12 horas. Hay distintas pautas de ayuno, siendo las más habituales la diaria (mayoritariamente 16h de ayuno) y la semanal (habitualmente 2 días a la semana, seguidos o no). Lo importante no es la hora de inicio, sino la duración del periodo de ayuno.

En este sentido, Francisco Pita, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha explicado que durante el ayuno, los triglicéridos que están en el tejido adiposo se van a dividir en ácidos grasos y glicerol. El hígado transforma los ácidos grasos en cuerpos cetónicos, que serán la principal molécula energética durante el ayuno, y no la glucosa, que la obtenemos por los alimentos o del depósito que tenemos en el hígado (glucógeno). Se cree que los posibles beneficios del ayuno intermitente están mediados por este cambio de molécula energética.

Estudio Escuela de Medicina de la Universidad de Chicago

No obstante, recientemente, un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chicago ha revelado que las personas que limitan su alimentación a menos de 8 horas tienen un 91 por ciento más probabilidades de morir de enfermedad cardiovascular en comparación con las que comen entre 12 y 16 horas al día.

“El estudio no demuestra causalidad ni datos homogéneos para comparar los casos de muerte y sí que hay sesgos o factores de confusión”

Francisco Pita, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)

En este sentido, Pita recalca que este estudio no demuestra causalidad (que el ayuno provocase la muerte) y, además no hay datos homogéneos para comparar los casos de muerte y sí que hay sesgos o factores de confusión. “El mensaje fundamental que tiene que recibir la población es que el ayuno intermitente es una pauta alternativa para personas seleccionadas, que pueden evitar una ganancia de peso con esta pauta” y añade que si deciden realizarla, deberían realizar controles médicos (recomendable en Endocrinología y Nutrición por ser los médicos especialistas del metabolismo) para vigilar posibles efectos adversos.

Beneficios

De hecho, hay distintos estudios que parecen encontrar beneficios en el ayuno intermitente, sobre todo porque se estima que al realizar el ayuno se están ingiriendo unas 500 kcal menos que si no se realizase. Esos posibles beneficios se relacionan con mejoría de resistencia a insulina, hipertensión, alteraciones en lípidos, y marcadores de inflamación. También parece que puede ser tan eficaz y seguro como una dieta controlada en calorías.

Los beneficios se relacionan con mejoría de resistencia a insulina, hipertensión, alteraciones en lípidos, y marcadores de inflamación

Aunque, el especialista apunta que “faltan datos para poder afirmar con seguridad que es una pauta para realizar de modo universal y por todos las personas” y añade que no se recomienda en personas con problemas de salud como la enfermedad renal, hepática, problemas de corazón, de metabolismo, trastornos de la conducta alimentaria o embarazo. Por ello, es fundamental que una persona que se plantee realizar ayuno intermitente debe consultarlo con un médico especialista en Endocrinología y Nutrición para confirmar que no presenta contraindicaciones y para realizar un seguimiento.

Buen control

Además, Pita recomienda que la persona que vaya a realizar el ayuno tiene que saber que puede presentar algún efecto secundario por el cambio del sustrato energético (dolor de cabeza, irritabilidad, mareo…), que hay medicación que puede alterar su funcionamiento (algunos fármacos precisan ser ingeridos con alimentos) y que puede ser necesario un reajuste de medicación. Además, aquellas personas que tengan enfermedades del metabolismo deben vigilar el buen control de la misma. Es más, podría darse el caso de la presentación de alguna enfermedad metabólica en adultos que no había sido diagnosticada al no realizar un ayuno prolongado, como puede ser un trastorno del metabolismo de los ácidos grasos.

“La persona que vaya a realizar el ayuno tiene que saber que puede presentar algún efecto secundario por el cambio del sustrato energético”

Sin embargo, señala que hay personas que pueden realizar este patrón con comodidad, sin efectos adversos e incluso manteniendo un peso saludable e indica que van a influir distintos aspectos, como la situación sociolaboral (eventos o comidas de trabajo), posibilidad de la realización, tolerancia al mismo, ausencia de enfermedades. De hecho, asevera que hay personas que pueden encontrar en el ayuno intermitente una pauta adecuada para su vida diaria, “pero no es la mejor ni la única pauta”, y no es imprescindible para perder peso. La publicidad por las personas populares o algunos medios de comunicación aumentan su difusión; “el gran peligro es no explicar que hay personas que no lo deberían realizar, y que no es un milagro”, subraya Pita.


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