A medida que pasan los años, las enfermedades no han dejado de sorprender a los profesionales sanitarios. Y, al igual que estos expertos se encuentran en un estado de aprendizaje constante, el paradigma de la investigación también ha cambiado con cada uno de los hallazgos, inclinándose hacia la búsqueda de un tratamiento innovador con el que dar solución a los retos que presentan las diversas patologías.

Sin embargo, la falta de conocimiento sobre determinadas enfermedades, sobre todo si se consideran raras o ultra raras, dificulta su diagnóstico y, por ende, la búsqueda de un fármaco eficaz. Por ello, Jesús Villarrubia, del servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid), cree necesario recordar a los expertos que tengan presente en su diagnóstico a una enfermedad que sigue siendo desconocida para la gran mayoría: el déficit de esfingomielinasa ácida (ASMD, por sus siglas en inglés).

ASMD, Jesús Villarrubia, del servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Ramón y Cajal
Jesús Villarrubia, del servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Ramón y Cajal.

Se trata de una patología de origen genético, transmitida por herencia autosómica recesiva, con una incidencia aproximada de 1 caso entre 250.000 nacidos vivos y que reduce la esperanza de vida 40 años. Pertenece al grupo de las denominadas enfermedades lisosomales, o enfermedades de depósito lisosomal, que y se caracteriza por la acumulación de esfingomielina en diferentes órganos, causando alteraciones celulares y viscerales —insuficiencia respiratoria, trastornos a nivel abdominal con bazos gigantes, trastornos a nivel de hígado, alteraciones a nivel óseo, citopenias, perfil lipídico muy aterogénico, cardiopatía, entre las más comunes, y alteraciones del sistema nervioso central en la más grave—.

Pero, lo más importante es que se trata de una enfermedad que no tenía tratamiento, hasta ahora. La Comisión Europea (CE) ha dado luz verde a olipudasa alfa (Xenpozyme), de Sanofi, el primer y único fármaco para el ASMD, aprobado en Europa como terapia enzimática sustitutiva para el tratamiento de las manifestaciones no relacionadas con el sistema nervioso central (SNC) del déficit de esfingomielinasa ácida en pacientes pediátricos y adultos con ASMD tipo A/B o tipo B.

La ASMD tiene una incidencia aproximada de 1 caso entre 250.000 nacidos vivos y reduce la esperanza de vida 40 años

“El tratamiento más efectivo”

Olipudasa alfa permite suplir la enzima de la que son deficitarias los pacientes de ASMD, lo que, en palabras de Villarrubia, “supone un cambio radical en la calidad de vida, mejorando de forma muy significativa la insuficiencia respiratoria, disminuyendo las organomegalias, mejorando las citopenias y la patología ósea, y revirtiendo el perfil lipídico, que pasa a ser normal”.

En este aspecto, la aprobación se fundamenta en datos positivos de dos ensayos clínicos (ASCEND y ASCEND-Peds) en los que se ha mostrado una mejora notable y clínicamente relevante de la función pulmonar y una reducción de los volúmenes del bazo y el hígado, con un perfil de seguridad bien tolerado.

“Los resultados son espectaculares. En base a la capacidad de difusión del monóxido de carbono, hemos observado mejoas de un 29 a un 30 por ciento a nivel funcional, así como una disminución de los bazos en un 40-50 por ciento y se ha observado que revierte el perfil aterogénico en adultos sólo en el primer año”, asegura el experto. Y apunta: “Los resultados demuestran que es el tratamiento más efectivo de todos los existentes para las enfermedades lisosomales”.

“Y en niños —añade— los resultados del estudio ASCEND-Peds son todavía mejores. En cuanto a los resultados a dos años, aunque no están publicados, podemos decir que siguen mejorando”.

Necesidades urgentes no cubiertas

Por las urgentes necesidades médicas no cubiertas de la comunidad de ASMD, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha otorgado a olipudasa alfa la designación de PRIority MEdicines (PRIME). Asimismo, también ha recibido designaciones de avances especiales de otras agencias reguladoras de todo el mundo.

ASMD, Domingo González-Lamuño, presidente de la AECOM
Domingo González-Lamuño, presidente de la AECOM.

En cualquier caso, los expertos apuntan a que esta enfermedad ahora presenta otros retos. En palabras de Domingo González-Lamuño, de la Unidad de Nefrología y Metabolismo Infantil del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander) y presidente de la Asociación Española para el Estudio de los Errores Innatos del Metabolismo (AECOM), disponer de tratamientos efectivos que puedan ser utilizados en la edad pediátrica supone un nuevo reto en cuanto al diagnóstico.

“Para ello, es necesario plantearse la posibilidad de cribados presintomáticos o cribados selectivos en poblaciones con riesgo de padecer estas enfermedades ya que es previsible que muchos de estos pacientes puedan alcanzar la vida adulta en mejores condiciones y con mejores expectativas de vida que hace unos años”.

De igual modo, Villarrubia indica que la disponibilidad del fármaco en España es otro motivo de preocupación: “Los pocos que nos dedicamos a esto aquí en España sabemos que hay niños que ya están con respiradores, por ejemplo. La idea es intentar acelerarlo todo lo que podamos, pero me extrañaría que en menos de 15 meses se tuviera ya la disposición“, lamenta.

La importancia de la industria farmacéutica

De forma paralela, la CE ha concedido la autorización de comercialización de avalglucosidasa alfa (Nexviadyme), también de Sanofi, como nuevo tratamiento para la enfermedad de Pompe; otro trastorno poco frecuente y debilitante por el que la opción terapéutica actualmente disponible (Myozyme o alglucosidasa alfa, de la misma Compañía) es de 2006.

Por necesidades médicas no cubiertas, la EMA ha otorgado a olipudasa alfa la designación de ‘PRIority MEdicines’

Con esta autorización, avalglucosidasa alfa podrá comercializarse en la Unión Europea como nueva opción terapéutica de referencia para la enfermedad de Pompe, una terapia enzimática sustitutiva (TES) para el tratamiento a largo plazo de esta patología, tanto de inicio tardío como de inicio infantil. Para ambos expertos, estas dos aprobaciones de la CE ponen de manifiesto el importante papel de la industria farmacéutica, pues “asumen un gran riesgo al apostar por enfermedades en las que se van a poder beneficiar del tratamiento muy pocos pacientes y son quienes financian las investigaciones, dando la posibilidad de encontrar un nuevo tratamiento“.


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