lucía barrera Enviada especial a Chicago | domingo, 01 de junio de 2014 h |

Los resultados positivos de cuatro ensayos clínicos de fármacos dirigidos a tratar estadios avanzados en cáncer de ovario, pulmón, cáncer de tiroides y leucemia linfocítica crónica fueron los protagonistas de una de las sesiones del 50 Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica que se celebra en Chicago. Los resultados de estos ensayos en estadíos medios y avanzados sugieren una progresión y una mejora de la supervivencia en pacientes que normalmente tienen resistencia a los tratamientos disponibles.

“Las recaídas y las resistencias a los tratamientos han sido siempre uno de los mayores retos en el tratamiento del cáncer”, señaló Gregory Masters, miembro de ASCO y oncólogo del F.Graham Cancer Center en Newark, Delaware. “Las buenas noticias son que la medicina genómica está ayudando a cambiar esta situación revelando nuevas formas de dirigirse al funcionamiento interno de las células cancerígenas”, comentó añadiendo que estos estudios ofrecen pistas de cómo se podría alcanzar nuevas opciones de tratamiento para aquellos pacientes que, hasta ahora, no tienen ninguno, o para aquellos en los que los efectos secundarios de los medicamentos disponibles superan los potenciales beneficios, como sucede en los pacientes ancianos con leucemia.

De este modo, el primero de los estudios presentados ofrece resultados sobre cómo la segunda línea de tratamiento con ramucirumab más standard docetaxel aumenta la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón de células no microcítico avanzado. Este estudio en fase III supone el primer avance en una década respecto a un aumento en la mejora de la supervivencia en segunda línea de tratamiento para estos pacientes. Así los resultados en fase III del estudio REVEL en pacientes con NSCLC en estadio IV revelan que la combinación del un nuevo anti-angiogenico, ramucirumab, y la quimioterapia estándar con docetaxel, extiende la supervivencia de todos los pacientes que han tenido una recaída después de la fase inicial de tratamiento comparado con docetaxel más placebo. La media de supervivencia global fue de 10,5 meses en la rama de ramucirumab comparado con los 9,1 meses de la rama placebo. “La mejora en la supervivencia es significativa porque los pacientes con NSCLC avanzado tienen una supervivencia muy corta siguiendo la segunda línea de tratamiento”, subrayó el autor principal del estudio, Maurice Pérol, director de oncología torácica del Cancer Research Center de Lyon.

Otro de los estudios destacados fue el desarrollado con ibrutinib, que ha demostrado ser altamente activo, especialmente en pacientes con progresión retardada y extendiendo la supervivencia en pacientes con resistencia o recaídas en leucemia linfocítica. Los resultados preliminares del estudio Resonate revelan que ibrutinib obtiene resultados duraderos en respuesta tumoral y una marcada mejora en la superviencia respecto a la terapia estándar con ofatumumab en pacientes con recaídas en leucemia linfocítica crónica. Esta es la primera vez que un medicamento oral ha demostrado una mejora en la supervivencia sobre la terapia estándar en esta enfermedad. Asimismo, la terapia fue bien tolerada por los pacientes, con pocos efectos secundarios.

Por otro lado se han presentado los resultados de un nuevo medicamento, lenvatinib, con respuesta significativa, que retrasa la progresión en pacientes con resistencia a la terapia con yodo radioactivo, en cáncer avanzado diferenciado. De este modo, cerca de dos tercios de los pacientes responden al tratamiento con lenvatinib, lo que retrasa la progresión de la enfermedad en 14,7 meses sobre placebo. “En base a estos resultados creemos que lenvatinib podría convertirse en un tratamiento estándar para el cáncer de tiroides resistente a yodo radioactivo”, explicó el principal autor del estudio Select, Martin Schlumberger, profesor de oncología en la Universidad de Paris Sud a la par que insistió en que hasta hace un año estos pacientes no tenían ningún tratamiento efectivo y ahora hay dos nuevos fármacos, ambos son inhibidores de la tirosina kinasa.

En cuanto al cáncer de ovario, una nueva combinación, cediranib más olaparib, ha mostrado un incremento significativo de la supervivencia libre de progresión en mujeres con cáncer recurrente. Esta combinación reduce en unos ocho meses comparado con olaparib solo. Esto implica la primera vez que dos tipos de fármacos dirigidos han sido combinados, lo que supone un avance para la enfermedad. “La significante actividad que vimos con la combinación sugiere que esto podría ser una alternativa eficaz frente a la quimioteria estándar”, apostilló el autor principal del estudio, Joyce Liu, del Dana-Faber Cancer Instituto, aunque reconoce que aún se necesitan más ensayos clínicos para confirmarlo.