GM/Madrid | jueves, 16 de enero de 2014 h |

Un equipo de cardiólogos de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) ha implantado mediante cateterismo un marcapasos de resincronización en un paciente que presentaba obstruida la vena de acceso al ventrículo izquierdo, evitando así la cirugía abierta. Es la primera vez que se realiza este procedimiento en Europa.

Tal y como destacan José Ignacio García Bolao, director del Departamento de Cardiología de la CUN, y Naiara Calvo, especialista del mismo servicio, “se estima que un 10 por ciento de los pacientes con insuficiencia cardiaca severa, que precisan un marcapasos o desfibrilador de resincronización, presentan una obstrucción o malformación anatómica del vaso que da acceso al ventrículo izquierdo”. Debido a esta dificultad, ese 10 por ciento de pacientes es candidato a la colocación del dispositivo en quirófano por cirugía abierta y mediante toracotomía (apertura del tórax). En los dispositivos convencionales de resincronización lo habitual es que se acceda, a través de la vena subclavia, hasta el ventrículo derecho, donde se colocaría un electrodo, mientras que el segundo electrodo se implantaría en una vena de acceso al ventrículo izquierdo.

Así, en aquellos pacientes en los que no puede realizarse por la técnica habitual debido a una obstrucción o estrechamiento de los vasos de acceso al ventrículoizquierdo, puede colocarse el dispositivo de resincronizaciónmediante una tecnología diseñada para colocar el segundo electrodo directamente dentro de este ventrículo. El acceso se realizaría, al igual que en el caso de los implantes convencionales, a través de la vena subclavia (situada debajo de la clavícula), hasta llegar a las cavidades derechas del corazón. Una vez allí, mediante punción desde el lado derecho del corazón se accedería hasta la aurícula izquierda, desde donde se pasaría al ventrículo izquierdo que alojaría directamente el segundo electrodo. Por otro lado, la parte del dispositivo generadora del impulso eléctrico, que incluye la batería, se alojaría bajo la clavícula, de forma completamente idéntica a los dispositivos implantados de forma convencional. Desde allí partirían los cables con los electrodos hasta el corazón.

El problema de esto es que aproximadamente un 10 por ciento de los pacientes que necesitarían la colocación de este dispositivo, indicado en pacientes con insuficiencia cardiaca severa o avanzada con trastornos de conducción cardíaca, presentan problemas en el sistema venoso coronario que impiden el paso o la colocación del cable que porta un electrodo. Ese porcentaje de pacientes constituiría el de los candidatos a implantar este dispositivo de resincronización mediante esta nueva técnica.

La indicación para este procedimiento se limitaría además a aquellos pacientes que tomen medicación anticoagulante, tipo Sintrom. Según explica Calvo, “los candidatos serían aquellos pacientes que a priori tomen anticoagulantes debido a arritmias. Tras implantar este tipo de marcapasos o desfibrilador es necesario que el paciente esté anticoagulado porque, al colocar un cable en la parte izquierda del corazón, la presencia del electrodo podría generar trombos”. El tiempo de intervención para implantar el dispositivo de resincronización mediante esta técnica se prolonga por espacio aproximado de una hora, similar al necesario para colocar un dispositivo de la forma convencional. El procedimiento se realiza con anestesia local y sedación y el ingreso hospitalario habitual es de 24 horas.

De la misma manera que los marcapasos o desfibriladores de resincronización normales, en este caso el dispositivo cardiaco se monitoriza también a distancia, mediante tecnología GSM (sistema de telecontrol a través de las redes de telefonía móvil), “de forma que desde la Clínica se puede observar la evolución del paciente. Además, el dispositivo transmite también al centro hospitalario tanto la existencia de arritmias, como cualquier incidencia del propio dispositivo”, explica la cardióloga.