Los datos del estudio Shift, el mayor hasta la fecha, demuestran que añadirlo a la terapia convencional disminuye el riesgo de hospitalización
El ensayo es también el primero en confirmar que bajar la frecuencia cardiaca reduce el riesgo de muerte por insuficiencia cardiaca
E. Sainz Corada
Env. especial Estocolmo (Suecia)
Ivabradina (comercializado por Servier en España como Procoralan), el agente reductor específico de la frecuencia cardiaca que se utiliza actualmente en el tratamiento de la angina estable, resulta también eficaz frente a la insuficiencia cardiaca (IC) al reducir el riesgo de muerte y hospitalización añadido a la terapia convencional en pacientes con este problema.
Así lo demuestra el estudio Shift (Systolic Heart failure treatment with the If inhibitor ivabradine Trial), cuyos resultados, presentados en el Congreso Europeo de Cardiología, celebrado en Estocolmo y publicados simultáneamente en The Lancet la pasada semana, mostraron que reduce el objetivo primario compuesto de muerte cardiovascular u hospitalización por agravamiento de la IC en un 18 por ciento. La disminución del riesgo absoluta fue del 4,2 por ciento.
También redujo la probabilidad de muerte por insuficiencia cardiaca en más de un cuarto (26 por ciento, p=0,014) y el riesgo de hospitalización debido al empeoramiento de la IC en la misma cantidad (26 por ciento, p<0,0001).
Estos beneficios fueron evidentes en sólo tres meses después del tratamiento a pesar del hecho de que los pacientes ya recibían la terapia recomendada por las guías (betabloqueantes, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, diuréticos o antagonistas de la aldosterona).
“Veinte años después de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y diez de los betabloqueantes, tenemos ahora un nuevo fármaco que salva vidas disponible para nuestros pacientes”, señaló Michel Komajda, profesor de Cardiología de la Universidad Pierre y Marie Curie de París (Francia) e investigador principal del estudio sobre el primer agente de una nueva familia terapéutica conocida como los inhibidores IF.
El Shift es el mayor estudio de morbi-mortalidad con tratamientos para la insuficiencia cardiaca publicado hasta la fecha al reclutar a más de 6.500 pacientes (3.241 recibieron entre 5 y 7,5 mg de ivabradina dos veces al día y 3.264 placebo) de 37 países con IC de moderada a severa y una frecuencia cardiaca de más de 70 lpm (latidos por minuto) que fueron controlados durante una media de 23 meses.
También confirmó que ivabradina tiene un buen perfil de tolerancia en estos pacientes.
La frontera, en los 70 lpm
Pero éste no ha sido el único logro del Shift. El estudio es también el primero que confirma específicamente que, gracias a ivabradina, la reducción exclusiva de la frecuencia cardiaca disminuye el riesgo de muerte u hospitalización por insuficiencia cardiaca. De esta forma, este descubrimiento confirma que la frecuencia cardiaca juega un papel clave en la progresión de la enfermedad.
El copresidente del Shift, Karl Swedberg, de la dirección del Departamento de Emergencia y Medicina Cardiovascular de la Universidad de Gotemburgo (en Suecia), indicó que “el estudio tiene importantes implicaciones para nuestra práctica clínica. Nos indica que tener una frecuencia cardiaca alta es perjudicial para los pacientes con IC. De modo que deberíamos medir rutinariamente la frecuencia cardiaca en estos pacientes y, si es superior a 70 lpm, debería considerarse reducirla con Procoralan, independientemente del tratamiento de base”, aseguró.
“Podemos hacerlo mejor para reducir las insuficiencia cardiaca”, añadió Komajda. “Creemos que los resultados de este estudio tendrán impacto en la guías clínicas”.
La IC afecta a 15 millones de personas en Europa (entre 2-3 por ciento de la población), lo que supone una importante carga sanitaria y económica, pues representa uno de cada diez ingresos.