CARDIOLOGÍA/ La polución atmosférica, otra protagonista del 14º Simposio Internacional de Cardiopatía Isquémica

br

| viernes, 16 de abril de 2010 h |

C. Ossorio

Barcelona

La comunidad científica médica no cesa en sus esfuerzos para aunar en las guías clínicas todas las evidencias en torno a la prevención de la muerte súbita en cardiopatía isquémica. El problema es que existen muy pocos datos que avalen lo que se realiza en la práctica clínica. “En la mayoría de los casos nos encontramos ante puntos grises de las recomendaciones”, explicó a GM Pedro Brugada, de la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica), en el marco del 14º Simposio Internacional de Cardiopatía Isquémica, organizado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Como subrayó este experto, su equipo ha realizado algunos estudios cruciales en la búsqueda de los “puntos grises”. En uno de ellos, realizaron un análisis crítico de las recomendaciones que se han realizado desde la Asociación Americana del Corazón (AHA) y la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) acerca de la muerte súbita y las arritmias cardiacas. “Analizamos 1.000 recomendaciones, y sólo encontramos 10 que están basadas realmente en evidencia científica, es decir, una de cada 100”, apuntó Brugada.

La edad no influye

Una de ellas es que la edad del paciente, como factor independiente, no es un punto decisivo. “Una persona de 80 años no debe ser tratado de forma distinta que una de 60 en la misma situación física”, aclaró.

Ante esta situación, este experto subrayó que la crítica de las recomendaciones actuales sirve para orientar la labor de los jóvenes investigadores. “No hemos avanzado ni un milímetro en el abordaje de la muerte súbita en los últimos 20 años, algo que sólo se puede solucionar con investigación”, concluyó.

Polución atmosférica

En otro sentido, durante este encuentro internacional se trató sobre un factor de riesgo emergente en la cardiopatía isquémica, la polución atmosférica. Según indicó José A. Barrabés, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias de la SEC, se estima que en España se registran aproximadamente 16.000 muertes ligadas a la contaminación. Por tanto, si se redujera el nivel de contaminación de grandes ciudades como Madrid o Barcelona al recomendado a nivel internacional, se disminuiría en 3.500 el número de muertes y en 1.800 el número anual de ingresos hospitalarios por enfermedad cardiovascular y respiratoria —la exposición a gases contaminantes se asocia a disfunción del endotelio de los vasos sanguíneos, disminución de la variabilidad de la frecuencia cardiaca, y aumento de la presión arterial y de la coagulabilidad sanguínea—.