Seguridad/ Los problemas de comunicación están en la base de la mayoría de fallos

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| viernes, 10 de septiembre de 2010 h |

Saray Pardo

Madrid

Pregunta. ¿Se le da la importancia que merece a la seguridad del paciente en España?

Respuesta. Sí, sobre todo en los últimos años desde que el plan de calidad del Sistema Nacional de Salud marcó como una de sus líneas estratégicas la seguridad del paciente. Lo cierto es que tanto a nivel nacional como de CC.AA. se han desarrollado multitud de iniciativas. Estamos alineados con lo que está ocurriendo en la mayor parte de países del mundo después de que la OMS señalara que era un auténtico problema de salud pública. No cabe duda de que los profesionales y las administraciones lo consideran un problema prioritario y que en esa línea se han emprendido acciones. ¿Todas las que se deben tomar? Probablemente no. La seguridad del paciente es una carrera de fondo en la que hay que invertir tiempo.

P. ¿Cuál es el nivel de España en este sentido?

R. Lo que demuestran los estudios que se han hecho (Eneas, Apeas) es que estamos a nivel de lo que ocurre en la mayor parte de países que han sido capaces de hacer estudios para ver su nivel en este tema. Lo que se sabe es que entre un 9-11 por ciento de los pacientes que ingresan en los hospitales tiene un efecto adverso relacionado con la asistencia sanitaria y éstos son los datos de los países que han hecho estudios de este tipo. Una manera de que no haya efectos adversos es no medirlos, por eso cuando un país se decide a hacer el diagnóstico de un problema, efectivamente lo diagnostica y lo encuentra, pero eso no significa que sea peor que otros. Y ése es el primer paso que hay que dar: conocer el problema para luego poder desarrollar las estrategias oportunas para mejorarlo.

P. ¿Qué aspectos habría que mejorar aquí?

R. Primero la higiene asistencial. Se insiste mucho en el tema del lavado de manos, pero no es fácil cambiar de hábitos y tenemos amplias oportunidades de mejora al respecto, aunque en esa línea se ha hecho bastante. Otro es la medicación, todo lo que tiene que ver con errores de medicación tanto en el proceso de prescripción como de administración, como en el de consumo por los propios pacientes. El medicamento es un mundo de oportunidades para cometer errores… y efectivamente es uno de los problemas prioritarios pero en todos los países. Luego hay otro problema, que es difícil que salga en los estudios epidemiológicos, pero que siempre aparece en el fondo de todos los problemas de seguridad y es la comunicación. No nos comunicamos bien entre nosotros mismos, entre servicios, entre niveles asistenciales, entre éstos y los servicios de urgencia… y tampoco con los pacientes, o no con la suficiente precisión. Está en la base de la mayor parte de los problemas de la seguridad del paciente.

P. ¿Y cuáles serían los puntos fuertes?

R. Tenemos avances importantes en temas de higiene hospitalaria, pero no sólo en lo que son conductas de personas sino en tema de control de procedimientos de antisepsia, de esterilización de control de todos estos procesos en la mayor parte de países. En todo lo que implica medios materiales en lo que se refiere a higiene hospitalaria ha habido avances muy importantes. También los ha habido en los temas de identificación de pacientes; en prevención de úlceras por presión y en infecciones nosocomiales y se ha reducido sensiblemente la frecuencia de algunas como las urinarias, las de herida quirúrgica. Lo que pasa es que, como decía un poco antes, esto es camino de perseverancia.

P. También es asesor científico del jurado de los Premios de Seguridad del Paciente que organiza la compañía Roche que se fallarán en noviembre. ¿Qué nos puede contar de ellos?

R. Que el éxito de presentación de candidaturas demuestra el interés que ha habido, que es muy destacable. En un primer vistazo de lo que había me llamó la atención fue la dispersión geográfica que había de proyectos de todo el país, lo que es destacable.