SER/ Los pacientes son atendidos por un reumatólogo al entrar al sistema

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almudena fernández Madrid | miércoles, 27 de marzo de 2013 h |

Ahorrar alrededor de 35 millones de euros anuales cambiando únicamente la puerta de entrada del paciente con dolencias musculoesqueléticas al hospital. Esto es lo que ha conseguido el Servicio de Reumatología del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia con la puesta en marcha de un programa de atención temprana a este tipo de pacientes.

José Andrés Román Ivorra, vicesecretario de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y jefe del servicio de Reumatología del Hospital La Fe, explicó a GACETA MÉDICA que el programa se aplica a pacientes con incapacidad laboral temporal y consiste en que los enfermos reumáticos, en lugar de entrar al sistema sanitario por el servicio de Atención Primaria para ser posteriormente derivados a Reumatología, desde el principio son enviados a la consulta del especialista. Agregó que, con la implantación de este programa, la asistencia “ha cambiado mucho”, ya que antes este tipo de pacientes se demoraban bastante en el nivel de AP y tardaba en llegar a la atención especilizada y, en ocasiones, ese retraso incluía la solicitud del inspector, que pedía una valoración por parte del especialista. Sin embargo, en la actualidad, estos enfermos pasan sistemáticamente por la consulta de los reumatólogos y, además, son atendidos “en plazos muy cortos”, prácticamente durante su primera semana de baja laboral, dando así un servicio “de alta calidad” —atendiendo el reumatólogo las patologías del aparato locomotor— y, además, con una atención muy temprana.

Las consultas de discapacidad transitoria se llevan a cabo en el centro de especialidades por ser el lugar más próximo al paciente, lo que permite atender a enfermos tanto en horario de mañana como de tarde. Al hospital se deriva a los pacientes que presentan alguna complejidad o cuando requieren de algún tipo de técnica diagnóstica o terapéutica especial que no pueda llevarse a cabo en el centro de especialidades, pero estos casos “son los menos”, recalcó. Como norma general, son protocolos de atención al paciente ambulatorio, sobre todo en el centro de especialidades, y están ya establecidas unas pautas, sobre todo en base a las patologías que con mayor frecuencia se ven en estas consultas —como podrían ser las de lumbalgia o de cevicalgia—, por lo que los especialistas tienen claros los pasos a seguir en estos casos.

Reducción del 27%

Sólo un año después de su implantación en el Hospital La Fe, los análisis realizados a 31 de diciembre de 2012 revelan que se ha conseguido una reducción del 27 por ciento de los días de incapacidad transitoria, disminuyendo considerablemente la duración médica de los pacientes en baja laboral en todas las categorías de dolencias musculoesqueléticas.

Sin embargo, la implantación del programa tanto en este hospital como en su intento por extenderse a otras comunidades autónomas no está exenta de problemas políticos y organizativos. Román Ivorra apuntó a que desde la Atención Primaria están encantados de que se pueda valorar rápidamente a los pacientes, dando los reumatólogos apoyo y ayuda a estos profesionales. Sin embargo, en el caso de la inspección, “al principio puede que se sientan un poco reacios” por no entender realmente en qué consiste este nuevo método organizativo de la atención, pero cuando observan que realmente funciona y que gracias al nuevo programa se están resolviendo problemas previos, terminan siendo también un apoyo y colaborando con el sistema. En cuanto a los organismos políticos, “entienden muy bien este proyecto”, al menos en lo que a la Comunidad Valenciana se refiere, en la que el vicesecretario de la SER asegura que tuvo un apoyo “importantísimo” por parte de los grupos de gestión y los partidos políticos porque entendieron que se trataba de un proyecto que beneficiaba a la población y, sin duda, redundaría en una reducción de los costes por lo que, en este sentido, el proyecto cuenta con “un amplio apoyo”.

A la hora de llevar este nuevo modelo de organización de la atención a la práctica en diferentes centros es necesario contar con suficientes profesionales para ello. En ocasiones se opta por contratar reumatólogos para que se dediquen en exclusiva a esta práctica, mientras que en otras áreas es asumido dentro de la cartera de servicios de las propias unidades de reumatología.

Asimismo, abogó por hacer públicos y dar una mayor difusión a los resultados obtenidos con este proyecto de atención temprana para que las autoridades sanitarias conprueben que se trata de un modelo que funciona y estén dispuestos a invertir en su implantación porque, a la larga, redundará en una mayor eficiencia del sistema.

Otras medidas

Aún así, hay otras medidas por las que también podría optarse para reducir los costes asociados a las enfermedades reumáticas como establecer consultas de alta resolución para derivar a la atención especializada solamente a aquellos pacientes que realmente lo necesitan. Estas consultas, a juicio del jefe de Servicio de Reumatología del Hospital La Fe, deben estar atendidas por reumatólogos pues, “cuanta más cualificación, mejor se realiza la derivación”. Sería aconsejable también implantar medidas de gestión en relación con la actuación en áreas de alto coste en toda la reumatología, controlando el gasto desde varios puntos de vista para ser más eficientes.

Este tipo de pacientes se demoraban mucho en AP y ahora son atendidos en una semana

Debe darse más difusión a los datos para que las autoridades vean que el modelo funciona

Juan Ángel Jover, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, fue el impulsor de este plan de atención temprana a personas con incapacidades asociadas e enfermedades reumáticas y coordina actualmente el proyecto a nivel estatal. Una inciciativa que, en su opinión, es fundamental, ya que el 30 por ciento de las consultas en AP están relacionadas con problemas musculoesqueléticos. Y es que en el Clínico San Carlos —hospital pionero en aplicarlo— llegaron a reducir hasta un 40 por ciento los días de baja y un 50 por ciento el porcentaje de invalidez permanente gracias a que los pacientes a los que les expedía el parte de baja el médico de AP por problemas reumáticos, eran vistos en el plazo máximo de una semana por el reumatólogo.

Si esta intervención temprana se ampliase a toda la Comunidad de Madrid, Jover calcula que el ahorro que se produciría sería de más de 100 millones de euros de los 305 millones que cuestan los procesos de incapacidad temporal provocados por enfermedades reumáticas. Y es que en la autonomía se registra aproximadamente un caso de incapacidad temporal por cada 40 habitantes con una media de duración de 40,66 días.