La revista Clinical and Translational Oncology ha publicado un artículo en el que se aúnan dos estudios que analizan la carga de trabajo y necesidades en la Oncología Médica en España. Este documento ha sido elaborado en base a dos encuestas online realizadas en 2021 y 2022 y en este se cuantifica el número de oncólogos médicos que han de formarse cada año para poder ofrecer una asistencia de calidad, teniendo en cuenta diferentes factores previstos a futuro. Para poner en perspectiva esta situación, Gaceta Médica entrevista a Ana Fernández Montes, coordinadora del proyecto, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncóloga médica del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO).

Pregunta. Actualmente, ¿Cómo diría que es la carga de trabajo en Oncología Médica y cuáles son las principales necesidades por cubrir?

Respuesta. En oncología médica cada vez tenemos más carga asistencial. Primero, el número de pacientes se incrementa por el envejecimiento de la población y por la exposición a factores ambientales, estamos hablando de incidencia. Desde el punto de vista de la prevalencia, tenemos mejores tratamientos que hacen que los enfermos estén vivos más tiempo y con mayor calidad de vida. Entonces hay dos factores: la incidencia y la prevalencia. En el artículo nos centramos únicamente en datos de incidencia y en qué hacemos los oncólogos.

Nuestra carga está incrementándose, sobre todo en términos de asistencia, y somos los oncólogos quienes tenemos que calcular cuántos oncólogos hay que incorporar a nuestras plantillas , teniendo en cuenta el incremento en la carga asistencial y las jubilaciones previstas. Oncología es una especialidad joven, surge en el 79, pero de repente vamos a encontrarnos con un gran número de jubilaciones que nos obligan a incorporar aproximadamente a 130-150 especialistas con contratos fijos cada año.

P. ¿Cómo afrontan los profesionales de la Oncología las diferentes labores que comprende la especialidad?

R. Los oncólogos tenemos tres funciones: atender a los pacientes, que debería ser en torno a un 70 por ciento del tiempo de la jornada laboral según han cuantificado las sociedades científicas e instituciones académicas; sin embargo, por la carga asistencial, es superior al 80 por ciento en la mayoría de los hospitales. La segunda función que tenemos gracias a la cual progresa nuestra especialidad es la investigación; por lo tanto, en cáncer, sobre todo, al ser una enfermedad tan frecuente, tendríamos que destinar muchos recursos a ello. Actualmente, sólo en hospitales académicos de tercer nivel se destina tiempo a investigar. Lo siguiente, es la formación de otros especialistas. Nosotros somos oncólogos ahora, pero hay que formar a nuevos médicos, y nos enfrentamos a que disponemos de muy poco tiempo destinado a docencia.

“Una función que tenemos gracias a la cual progresa nuestra especialidad es la investigación; por lo tanto, en cáncer, sobre todo, al ser una enfermedad tan frecuente, tendríamos que destinar muchos recursos a ello”

P. ¿Cómo se hace frente a los constantes cambios y avances que llegan a esta especialidad?

R. La actualización de los médicos no se hace nunca en horario de trabajo, no está financiada tampoco por los hospitales,  y disponemos de pocos días estipulados por el hospital para que podamos dedicarlos a esta tarea. Tanto esta labor como la labor científica en forma de publicaciones, como comunicaciones (pósters, presentaciones orales ), coordinación de actividades científicas como por ejemplo el trabajo que presentamos se realizan también en horas de “ocio”.

P. Según los datos recogidos en las encuestas, los ratios de pacientes por oncólogo son superiores, aunque por poco, a los niveles óptimos. ¿Qué impacto tiene esto tanto para los oncólogos médicos como para los pacientes?

R. Hay un mensaje importante a transmitir, necesitamos tener más oncólogos incorporados a nuestros servicios asistenciales para que podamos asumir el trabajo, como uno de los ejes centrales que somos en el manejo del cáncer. Nos formamos específicamente cinco años de forma integral en cáncer. El impacto que puede tener para los pacientes es que tengan más tiempo de espera. Luego está otro riesgo que sabemos: muchos médicos están afectos del síndrome del  burnout , siendo una de las causas el sentimiento  de no a sacar el trabajo adelante , esa sensación de no cumplir objetivos.

P. ¿Cómo afecta este síndrome de burnout a los oncólogos?

R. Hay un artículo de SEOM que lo analiza. El principal problema es que necesitamos estabilidad laboral por un lado. No puedes vivir con contratos temporales y no poder coger una baja, no poder optar a una hipoteca entre otras cuestiones. El siguiente punto es la realización como profesional, no nos podemos centrar en únicamente ver pacientes en  una especialidad con  una carga mental tan grande. Necesitamos vías que nos ayuden a enfrentarnos a esta carga emocional de la mano de la investigación y de la docencia. Esto es un binomio que va todo junto. Si investigas, el paciente está mejor atendido, el profesional está más satisfecho y hay menos riesgo de burnout, al margen de que hay factores individuales para cada persona y ello repercute directamente sobre el paciente.

“Si investigas, el paciente está mejor atendido, el profesional está más satisfecho y hay menos riesgo de burnout, al margen de que hay factores individuales para cada persona y ello repercute directamente sobre el paciente”

P. Con los datos recogidos en el artículo se estima que mientras la demanda de servicios de oncología se incrementará un 42%, el número de oncólogos crecerá solo en un 28%. ¿En qué aspectos hay que trabajar para asegurar que este desequilibrio no influye de manera negativa en la calidad asistencial?

R. Con las plazas MIR se nos ha consultado el número de plazas para mantener nuestros ratios. Estimamos que precisamos formar anualmente entre 130 y 150 oncólogos formados, y hay que tener en cuenta que en torno al 10-20 por ciento de los oncólogos que se forman en España se van fuera o pueden ir a la industria , por lo que tenemos que hacer ese cálculo. Sí que es cierto que el Ministerio ya ha tenido en cuenta nuestros números y que este año hay 150 plazas. Pero más allá, no hay que olvidar que formar un oncólogo son cinco años.

“Es cierto que el Ministerio ya ha tenido en cuenta nuestros números y que este año hay 150 plazas. Pero más allá, no hay que olvidar que formar un oncólogo son cinco años”

P. Con todos los datos recogidos en el artículo, ¿Cuáles diría que son los desafíos a corto, medio y largo plazo para asegurar que la carga de trabajo en Oncología Médica se corresponde con las necesidades estimadas a futuro?

R. Necesitamos incorporar oncólogos, formar a muchos profesionales y establecer bien los tiempos para que se puedan cumplir los objetivos de docencia, investigación y asistencia. Y un déficit que tiene nuestro sistema sanitario es que la formación/actualización del médico así como la producción científica que se hace en nuestro tiempo de ocio.


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