Las picaduras de avispas y abejas (himenópteros) se disparan durante los meses cálidos, cuando estos insectos están activos y se hace más vida al aire libre. Sin embargo, aunque entre el 56,6-94,5 por ciento de la población adulta ha sido picada al menos una vez en su vida por himenópteros, el paciente que no ha sido diagnosticado desconoce que puede ser alérgico hasta que padece una primera reacción. Por este motivo, es muy importante acudir al urgencias y posteriormente ser derivado al alergólogo, para que este pueda diagnosticarle correctamente y proporcionarle un tratamiento con inmunoterapia o vacuna.

“La inmunoterapia con veneno de himenópteros es el único tratamiento etiológico capaz de curar la alergia con una alta tasa de éxito, en torno al 95 por ciento. Esta eficacia se alcanza rápidamente tras llegar a una dosis de mantenimiento mínima de 100 μg, aunque para consolidar esta respuesta de tolerancia hay que administrar el tratamiento en dosis mensuales o cada dos meses durante aproximadamente 5 años”, precisa Berta Ruiz, presidenta del Comité de Alergia a Himenópteros de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).

“En el caso de los pacientes alérgicos a Vespa velutina, el 85 por ciento de los pacientes que han sido picados de nuevo por la Vespa velutina tras recibir el tratamiento con extracto de Vespula no han presentado ninguna reacción alérgica”, concluye.

En la actualidad no existe ningún otro método modulador del sistema inmunológico que trate la alergia al veneno de himenópteros. “Es importante saber que existe un tratamiento sintomático de emergencia de elección para una reacción aguda generalizada grave tras una picadura, que es la adrenalina, y que debe administrarse de forma precoz. Asimismo, los pacientes con antecedentes de reacción alérgica generalizada grave (anafilaxia) por veneno de himenópteros o por otras causas deben ser instruidos en la autoadministración de adrenalina, el tratamiento de emergencia de las reacciones anafilácticas”, recuerda la experta.

Calidad de vida de los pacientes

“Sabemos que el tratamiento con inmunoterapia con veneno de himenópteros mejora de forma significativa la calidad de vida de los pacientes alérgicos a himenópteros. Para demostrar su eficacia, se recurre a la prueba de repicadura en la que, de forma controlada y en un medio hospitalario, se pica al paciente con el insecto vivo y se comprueba si tiene o no reacción”, explica Ruiz.

La Seaic realizó un estudio multicéntrico, en pacientes en tratamiento con inmunoterapia con veneno de himenópteros, para analizar la influencia de la prueba de repicadura en su calidad de vida. Esta técnica demostró mejorar notablemente la calidad de vida de los pacientes ya que constituye una prueba objetiva de la eficacia del tratamiento y disminuye notablemente la ansiedad de los pacientes y el temor a reacciones con nuevas picaduras cuando salen al campo.

Asimismo, recientemente el Comité de Himenópteros de la Seaic ha realizado un estudio cuyo objetivo ha sido valorar la calidad de vida de los pacientes con reacción local extensa (RLE) (inflamación local >10 cm, que puede abarcar dos articulaciones contiguas y durar más de 24 horas) tras la picadura de himenópteros y comparar el resultado con el obtenido en pacientes con reacciones sistémicas (generalizadas) tras la picadura de himenópteros.

Se incluyeron 186 pacientes donde se obtuvo peor calidad de vida en aquellos pacientes que sufrieron RLE inmediatas tras picadura de himenópteros. Y se comprobó que el deterioro de la calidad de vida en los pacientes con RLE es similar al que presentan los pacientes con reacciones sistémicas tras picaduras.

Influencia del cambio climático

El cambio climático global está alterando el patrón de distribución de muchas especies de insectos. El aumento de las temperaturas anuales promueve la existencia de hábitats favorables a insectos invasores y prolonga su tiempo de actividad a lo largo del año. Esto supone un problema de salud pública, ya que aumenta la incidencia de daños por picaduras y la aparición de reacciones alérgicas en todo el planeta.

Especies agresivas, como algunas avispas en nuestro entorno o abejas africanizadas en otros países, son insectos en expansión, que pueden causar reacciones sistémicas por picaduras múltiples o por alergia al veneno. “En el caso de la Vespa velutina, puede que el calentamiento global vaya convirtiendo en favorables algunas zonas que inicialmente no lo eran, aunque esto sería un proceso lento y previsiblemente tendrían que pasar décadas hasta que se notara una ampliación mínimamente significativa”, explica Ruiz.