Tal y como detalla un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis, la capacidad de evasión de anticuerpos generados a raíz de la vacunación no es especialmente buena en la variante Delta. Así lo refleja en un artículo publicado en la revista Immunity, que no obstante subraya que la aparición de variantes antigénicas del SARS-CoV-2 con mayor transmisibilidad es una amenaza para la salud pública. Para ello, se ha trabajado sobre la actividad neutralizante contra la cepa WA1/ 2020 -cepa original- y otras variantes de interés.
Según se apunta en la publicación, tras analizar los anticuerpos generados por las personas en respuesta a la vacuna de Pfizer, descubrieron que la variante Delta era incapaz de evadir todos los anticuerpos que probaron, excepto uno. Otras variantes preocupantes, como la Beta, evitaron el reconocimiento y la neutralización por parte de varios de los anticuerpos.
Los investigadores probaron los anticuerpos contra cuatro variantes de interés: Alfa, Beta, Gamma y Delta. Doce de los 13 anticuerpos reconocieron las variantes Alfa y Delta, ocho reconocieron las cuatro variantes y uno no reconoció ninguna de las cuatro variantes.
“Si tuviéramos una variante más resistente como la Beta pero que se propagara tan fácilmente como la Delta, tendríamos más problemas”
Además, los autores descubrieron que cinco de los 13 anticuerpos neutralizaban la cepa original. Cuando probaron los anticuerpos neutralizantes contra las nuevas variantes, los cinco anticuerpos neutralizaron la Delta, tres neutralizaron la Alfa y la Delta, y solo uno neutralizó las cuatro variantes. “Frente a la vacunación, la variante Delta es relativamente débil. Si tuviéramos una variante más resistente como la Beta pero que se propagara tan fácilmente como la Delta, tendríamos más problemas”, explica uno de los líderes de la investigación, Ali Ellebedy.
El anticuerpo 2C08
El anticuerpo que neutralizó las cuatro variantes se denominó 2C08. En los experimentos con animales, el 2C08 también protegió a los hámster de la enfermedad causada por todas las variantes probadas: la variante original, la Delta y una imitación de la Beta. Utilizando bases de datos públicas, los investigadores descubrieron que alrededor del 20 por ciento de las personas infectadas o vacunadas contra el SARS-CoV-2 crean anticuerpos que reconocen el mismo punto del virus al que se dirige el 2C08.
“Este anticuerpo no es exclusivo de la persona de la que lo obtuvimos. En la literatura científico-médica se han descrito múltiples anticuerpos dirigidos a esta zona; al menos uno está en desarrollo como terapia contra la COVID-19. […] No se limita a personas de ciertos orígenes o etnias; no se genera solo por la vacunación o por la infección. Mucha gente produce este anticuerpo, lo cual es estupendo porque es muy potente y neutraliza todas las variantes que hemos probado“, concluye Ellebedy.