Alberto Cornejo Madrid | viernes, 08 de febrero de 2019 h |

El I Congreso Médico-Farmacéutico organizado por Semergen y Sefac en Madrid constituye “un hecho histórico. No solo por ser unificado, sino por ser necesario”. Así se ha referido durante la inauguración de este encuentro que se celebra en Madrid el 8 y 9 de febrero el director general de Coordinación Asistencial de la Consejería de Sanidad de Madrid, Antonio Alemany. El representante de la Administración madrileña aludió en su intervención a lo que posteriormente fue muchas veces repetido en las intervenciones de profesionales y de la plana política: “A nadie se le escapa que la sociedad y los pacientes han cambiado mucho y se necesita una nueva atención primaria en la que todos los profesionales participen y sumen; por supuesto, también los farmacéuticos”, aseguró.

Eso sí, Alemany recordó, de cara a llevar a buen puerto esta colaboración multidisciplinar, y dado que “los cambios no son fáciles”, que “es fundamental desvertirse de galones y protagonismos… Y a veces cuesta”. Sobre ello, Jesús C. Gómez, presidente de Sefac, defendió que “las reticencias e intereses se encuentran en algunas entidades y organizaciones, porque los médicos, farmacéuticos y enfermeros en el día a día se conocen, se entienden y se coordinan”.

Si de algo debe servir este foro, más allá de trabajar en la práctica colaborativa en beneficio del paciente, es para conseguir que ambas profesiones conociesen y profundizasen qué esperan la una de la otra. Por parte de los facultativos, José Luis Llisterri, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) apuntó a la “ayuda” que pueden ofrecer los compañeros farmacéuticos “contra el despilfarro en el uso de los medicamentos”.

Un despi lfarro que se combate con algo que puede parecer lógico: el buen uso de los mismos. Y es ahí donde entra el farmacéutico. “Las muertes relacionadas con el consumo de medicamentos es la décima causa de mortalidad en España. El 70 por ciento de ellas se podría evitar con la detección de un mal uso y el seguimiento”, indica Llisterri, abogando por programas que involucren a la farmacia comunitaria.

El presidente de Semergen es realista: “Los médicos no tenemos tiempo para revisar los botiquines; cuestiones como el seguimiento, la adherencia y la conciliación son funciones que pueden y deben hacer las farmacias”, indicó.


Llisterri: “Los compañeros farmacéuticos pueden ayudar contra el despilfarro en el uso de los medicamentos”



Gómez: “Las reticencias están en algunas entidades, los médicos y farmacéuticos se conocen y se coordinan”