Un paciente que se ve bien ve reforzada su autoestima y esto influye positivamente en la adherencia terapéutica, clave para el pronóstico. Esta ha sido una de las conclusiones manifestadas durante el encuentro “Cáncer y autoimagen: cuidados dermocosméticos en el paciente oncológico”, organizada por el Consejo General de Enfermería (CGE) a través de su instituto de formación ISFOS.

Esta jornada ha abordado las necesidades del paciente oncológico más allá del tratamiento, como ha señalado Florentino Pérez Raya, presidente del CGE, “hoy hemos hecho una completa revisión del cuidado de este paciente. Hablar de autoimagen, de sexualidad o de comprarse una casa no son una frivolidad, también son importantes y, además, como hemos visto, influyen en el estado de ánimo del paciente y este en su adherencia al tratamiento, clave en el pronóstico”.

Ponentes en la mesa inaugural de la jornadas.

Tratamientos y piel

Se han descrito numerosos efectos secundarios en la piel relacionados con los tratamientos oncológicos, aunque ocho son los más frecuentes: piel seca, erupción papulopustular, exantema maculopapuloso, síndrome mano pie, fotosensibilidad, paroniquias o afecciones en las extremidades maños y uñas, picor y radiodermitis.

En este sentido, Jorgina Serra López, enfermera de práctica avanzada en inmunoterapia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau en Barcelona, ha explicado que “entre un 50 y un 70% de los pacientes presentan problemas en la piel derivados de los tratamientos oncológicos. Y, aunque estos varían en función del tipo de tratamiento, hay dos que suelen coincidir como son la xerosis y el prurito”.

Las principales herramientas con las que el paciente puede hacer frente a estos efectos secundarios son mantener unos buenos hábitos de higiene e hidratación. “Los cuidados deben realizarse cada 24 horas, salvo en el caso de que haya xerosis, entonces deben ser cada 12”, ha añadido Serra. Además de la frecuencia, también es importante qué productos se utilizan, para ello, se recomienda que “no contengan ni alcohol, ni perfumes, ni detergentes”, ha añadido.

La fotosensibilidad es otro efecto adverso frecuente, que se asocia a tratamientos como la quimioterapia o la terapia dirigida. Por ello, es importante que estos pacientes utilicen fotoprotectores solares.

Actividad física

Otro de los temas en los que se ha hecho hincapié ha sido en los cambios que experimenta el paciente oncológico durante todo el proceso, cambios muchas veces asociados a los tratamientos y que pueden conllevar incluso problemas de adherencia por el impacto que llegan a tener en su calidad de vida.

“Hay efectos asociados al cáncer como son la caída del pelo, cambios en el peso, pérdidas funcionales asociadas, por ejemplo, a la colostomía o lo que se conoce como fatiga del cáncer, que se manifiesta en el rostro, que sabemos que pueden afectar mucho a la calidad de vida de los pacientes. Las enfermeras podemos contribuir a mejorar su autoestima mediante consejos, educación y divulgación y si mejoramos la autoestima sabemos que estamos contribuyendo a la adherencia terapéutica y con ello a un mejor pronóstico”, ha señalado Héctor Nafría Soria, supervisor de Oncología del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda de Madrid. Además, este especialista ha subrayado la importancia que tiene el deporte en el bienestar del pacientes. “Ahora mismo, la ciencia nos dice que el deporte es indispensable. Ya no hablamos de reposo sino de adaptar el deporte a cada paciente, teniendo en cuenta sus características y la fase de la enfermedad en la que se encuentre”. Y esto es así no sólo para pacientes jóvenes ya que “también en las personas mayores se ha visto que va muy bien el ejercicio de fuerza y de impacto, mucho mejor que simplemente pasear”, ha indicado.

Sexualidad y cáncer

Otra de las facetas de la vida que los pacientes con cáncer ven mermadas es la sexual, debido a factores tanto físicos como psicológicos. “De un lado, están los efectos secundarios de los propios fármacos, que pueden afectar a la excitación, al deseo y al orgasmo. De otro, todo aquello que tiene que ver con la autoestima y la autoimagen. La caída del cabello y otros cambios físicos pueden afectar no tanto a la respuesta sexual como al hecho de que el paciente no se sienta deseable para su pareja y eso le dificulte mantener relaciones sexuales”, ha destacado Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga general sanitaria.

Asimismo, en determinados tipos de cáncer como el de próstata, ovarios o mama, donde se ven afectados órganos sexuales y zonas, como el pecho, altamente sexualizadas, la inseguridad o el miedo a que pueda haber complicaciones son aún mayores. “De hecho, a menudo, la pareja puede también tener cierto miedo a provocar algún daño durante las relaciones. Por eso, es importante que, cuando sea necesario, la ayuda psicológica vaya enfocada a ambos miembros de la pareja y no sólo al paciente”, ha añadido la psicóloga.

Otros de los temas que se han abordado en la jornada han sido, por un lado, el uso del maquillaje terapéutico o corrector y, por otro, cómo ha evolucionado la protección de los derechos de los pacientes oncológicos en nuestro país en los últimos años.

Avanzando mediante la colaboración

Asistentes a la jornada.

El evento se ha hecho con la colaboración de La Roche Posay. “Hemos desarrollado la primera tabla de recomendaciones dermocosméticas del cuidado de la piel del paciente oncológico, dirigida a reducir los efectos adversos provocados por los tratamientos. Asimismo, apoyamos la investigación y la formación de los profesionales, en este caso de las enfermeras, con las que, a través del Consejo General de Enfermería e ISFOS, desarrollamos acciones como la que hoy hemos celebrado”, ha explicado Isabel Castillejo, directora de Relaciones Médicas y Comunicación Científica de L’Oreal.

En este sentido, Pilar Fernández, directora de ISFOS, ha destacado la importancia de que las enfermeras estén formadas en todo lo que se refiere al cuidado de los pacientes. “Nuestra cercanía hace que podamos prestar atención a aspectos de su vida que para otros profesionales pueden pasar desapercibidos. Gracias a este tipo de colaboraciones podemos desarrollar proyectos de formación como este, que nos permiten conocer mejor las necesidades de los pacientes y cómo ayudarles y acompañarlos en su proceso de recuperación”.


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