La Sociedad Española de Reumatología (SER) ha actualizado su documento de consejo sobre el uso de terapias biológicas y sintéticas dirigidas en la artritis reumatoide (AR). Esta publicación reemplaza a la anterior publicada en 2015. Así, proporcionan un marco para el manejo de la AR con este tipo de tratamiento con las última evidencias disponibles. Estas novedades están adaptadas a las necesidades específicas de cada paciente con nuevas situaciones clínicas, medicamentos y principios generales “que no estaban contemplados en las recomendaciones previas”.

El jefe del servicio de Reumatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, José María Álvaro-Gracia, ha detallado, en una entrevista para Gaceta Médica, que esta actualización “incluye la toma de decisiones compartidas entre el paciente y el reumatólogo a la hora de elegir cuál es la terapia más apropiada para cada caso”. Además, ha apuntado a la importancia de disponer de “todos los fármacos que se han aprobado para el tratamiento de esta enfermedad”. Esto es debido a que muchos pacientes, aunque inicialmente respondan a las terapias, pueden dejar de hacerlo con el tiempo.

En cuanto a las recomendaciones específicas, Álvaro-Gracia ha subrayado que “el tratamiento precoz con fármacos modificadores de la enfermedad, fundamentalmente el Metotrexato en todo paciente al que se diagnostica de artritis reumatoide”. Para aquellos pacientes que no responden al Metotrexato, “se establecen opciones más adecuadas incluyendo terapias biológicas y terapias dirigidas con inhibidores de Janus-Kinasas (JAK)”. Por ejemplo, ha puntualizado que este tratamiento “se consideran una opción razonable” restringido en ciertos casos. Entre ellos, “gente con antecedentes de tumores” o aquellos con un “riesgo aumentado de infecciones”, especialmente en pacientes mayores de 65 años o con riesgos cardiovasculares.

Además, de ello, la SER ha proporcionado pautas claras sobre “qué hacer en aquellos pacientes que dejan de responder a la primera estrategia con terapias biológicas”. El objetivo es analizar cuáles son las opciones más adecuadas según el perfil del paciente, según ha insistido Álvaro-Gracia. Por ello, también se han incorporado recomendaciones para pacientes en “situaciones clínicas especiales”, como aquellos con “afectación pulmonar previa” o con “antecedentes de cáncer”.

Impacto en la Reumatología

Sobre el impacto de esta actualización en el campo de la Reumatología, el Álvaro-Gracia ha incidido en que ésta es “probablemente la base más sólida para ayudar a los reumatólogos en la toma de decisiones terapéuticas para pacientes con artritis reumatoide”. De este modo, ha destacado la complejidad de esta enfermedad y la variedad de opciones terapéuticas disponibles. Este motivo lo ha considerado “fundamental” para tener guías claras basadas en evidencia rigurosa. El panel de 13 expertos que ha trabajado en estas recomendaciones ha permitido “digerir la complejidad de estos tratamientos y establecer cuáles son las opciones terapéuticas más adecuadas en función del perfil de los pacientes”.

En cuanto a las futuras actualizaciones y avances en terapias para la artritis reumatoide, el jefe del servicio de Reumatología del Gregorio Marañón ha sido cauteloso al predecir. “Hay que estar muy atentos a cómo evoluciona el conocimiento”, ha abundado. Así, ha resaltado la necesidad de obtener más información sobre el “perfil de seguridad de estos fármacos” a través de nuevos ensayos clínicos y estudios de vida real. Además, ha enfatizado sobre “estar pendiente de los nuevos avances en el descubrimiento de tratamientos novedosos”. Ello permitirá incorporar nuevas opciones en futuras recomendaciones.

Actualización del Documento

La actualización del Documento de Consenso de la SER sobre el uso de terapias biológicas y sintéticas dirigidas en la artritis reumatoide ha tenido como objetivo principal “apoyar al clínico en sus decisiones terapéuticas”, según se ha recogido del mismo. Este proceso ha involucrado a un panel de 13 expertos seleccionados a través de una convocatoria abierta en la SER. Para ello, han utilizado una metodología mixta de adaptación-elaboración-actualización basada en las recomendaciones de EULAR 2019, el American College of Rheumatology 2021 y GUIPCAR 2017.

En cuanto a los resultados, el panel ha concluido en cinco principios generales y 15 recomendaciones sobre el manejo de la AR. Estas cubren aspectos como la “importancia del tratamiento precoz”, el objetivo terapéutico o la “frecuencia de monitorización”. También han abordado el uso de glucocorticoides y la utilización de fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) sintéticos convencionales, biológicos y sintéticos dirigidos. Asimismo se han incluido directrices sobre la “reducción de dosis” en pacientes estables y el uso de FAMEb e inhibidores de JAK en las ya citadas situaciones clínicas especiales.


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