Fue en 2021 cuando la vacuna para la prevención del herpes zóster se incorporaba al calendario de vacunación español de los grupos de riesgo. Ahora, en julio de 2023, la Ponencia de Vacunas ha realizado una revisión del documento del Ministerio de Sanidad sobre las recomendaciones de vacunación frente a HZ. Así lo ha anunciado Manuel García, del Servicio de Epidemiología y Prevención Sanitaria y el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (IdiSNA), en el el XXII Congreso Nacional y XI Congreso Internacional de la Sociedad de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS).

Durante su intervención en la mesa ‘Herpes Zoster, un problema de salud pública’, moderada por Juan Rodríguez, del Hospital Universitario Son Espases, García ha expuesto las novedades que se introducen:

En mayores de 18 años:

  • En la recomendación de vacunar a los pacientes trasplantados de progenitores hematopoyéticos, se añade que “la primera dosis se administrará al menos seis meses tras el trasplante de progenitores hematopoyéticos“.
  • Hemopatías malignas: en el caso de personas que van a iniciar tratamiento quimioterápico, la primera dosis se administrará al menos 10 días antes de iniciar el primer ciclo de tratamiento, siempre que sea posible. La novedad incluida en este apartado es que, “en gran inmunosupresión, se pueden buscar periodos venta con inmunidad aceptable y plantear pauta corta de cuatro semanas entre dosis”. Asimismo, ha continuado García, se puede vacunar después de completar el curso de quimioterapia.
  • Finalmente, se incorpora a la recomendación el HZ de repetición: “antecedente de dos o más episodios de herpes zóster”. En este caso, la primeras dosis se administrará al menos seis meses después del último episodio.

En mayores de 50 años:

  • Se recomienda la vacunación frente a HZ en personas en tratamiento con otros fármacos inmunomoduladores o inmunosupresores.

Respecto a estos tratamientos, la Ponencia de Vacunas se refiere a los siguientes:

  • Terapias dirigidas frente a células B.
  • Anticuerpos monoclonales frente al receptor de IFN-I.
  • Anti-TNF.
  • Moduladores de la coestimulación de células T.
  • Inhibidores del receptor de IL-6.
  • Inhibidores de IL-17.
  • Inhibidores de IL-12/23.
  • Inhibidores de IL-23.
  • Corticoides sistémicos a dosis moderadas-altas.
  • Otros fármacos, como metotrexato >20 mg/semana; azatioprina 3 mg/kg/día; 6-mercaptopurina >1,5 mg/kg/día; o micofenolato >1 g/día, en los tres meses previos o combinaciones terapéuticas a dosis individuales inferiores a las descritas.

“Siempre que sea posible se realizará la vacunación antes de iniciarse el estado de inmunosupresión o aprovechando las mejores ventajas inmunológicas”, ha señalado García.

Cabe destacar que todas estas modificaciones introducidas, aún no están aprobadas por la Comisión de Salud Pública.

Por otro lado, García ha nombrado otras patologías que “podrían beneficiarse, a pesar de no estar financiadas algunas de ellas, de la vacuna de HZ”, como el cáncer, la esclerosis múltiple, ciertas inmunodeficiencias primarias, psoriasis y artritis psoriásica, artritis reumatoide, inmunodeficiencias primarias o enfermedades crónicas.

La disparidad entre CC. AA.

En España, la existencia de distintas comunidades autónomas lleva a tener diferentes estrategias de vacunación. Y es que, tal y como ha recordado Rocío Lorenzo, especialista de Medicina Preventiva del Hospital Virgen de la Victoria, tenemos “un sistema descentralizado, en el cual existen competencias en la Administración central del Estado, sobre todo, en cuanto legislación sanitaria, pero recaen muchas competencias en las autonomías, sobre todo, de gestión del sistema sanitario”.

De este modo, aunque el Ministerio realice una serie de recomendaciones de vacunación, en este caso de HZ, serán las comunidades las que tengan que “aplicarlas o adaptarlas” a sus poblaciones. Y es aquí donde se perciben disparidades. Así, la preventivista ha expuesto las experiencias de algunas regiones.

Así, Lorenzo ha explicado la aplicación del modelo de adaptación integral en la Comunidad de Madrid, donde existe “poca dispersión geográfica” y existe un centro sanitario cerca de cada persona. En grupos demasiado extensos, se ha hecho a través de campañas vacunales y se ha citado a las personas para que acudieran a los “vacunódromos“. El objetivo de esta estrategia era “alcanzar la mayor cobertura posible en el menor tiempo”, pero no fue “todo lo efectiva que quisiéramos”.

Otro modelo es el de priorización de grupos de riesgo, que se ha aplicado en Andalucía. “Hay que tener en cuenta que es la comunidad más poblada de España, pero los habitantes están muy dispersos; el 17 por ciento vive en zonas rurales”, ha señalado Lorenzo. En este caso, la vacunación se centró solo en los servicios de Medicina Preventiva y se realizó de forma escalonada, por grupos.

Por otra parte, en Cantabria se ha introducido una nueva indicación: la vacunación de HZ de repetición. Esta región “es la segunda por la cola en número de habitantes” y, por ello, “es fácil entender que ellos han podido llegar a la cobertura indicada por la Ponencia y mucho antes que iAndalucía”, ha recalcado.

Como conclusión, Lorenzo ha querido dejar claro que “ningún modelo o estrategia es perfecta; todos tienen aspectos positivos y negativos”.

Una visión internacional del coste-efectividad

Por su parte, Pieter de Boer, del National Institute for Public Health and the Environment (RIVM). University of Groningen. Research Institute for Health Research, ha aportado durante su intervención una visión internacional del coste-efectividad de la vacunación frente a HZ.

El experto ha comenzando su intervención haciendo alusión a las dos vacunas existentes: Zostavax, (una vacuna viva atenuada de MSD, que se administra en una dosis y cuya eficacia es del 62 por ciento en mayores de 50 años) y Shingrix (una vacuna recombinante de GSK, que se administra en dos dosis y es efectiva en el 94 por ciento de pacientes mayores de 50 años).

Sobre el coste-efectividad de estas vacunas, De Boer ha señalado que Zostavax es coste-efectiva en comparación con la no vacunación en 14 de 26 estudios; mientras, Shingrix es coste-efectiva frente a no vacunación en 15 de 18 estudios y en comparación con Zostavax en 11 de 12 estudios.

Por tanto, algunos factores de coste-efectividad son el tipo de vacuna, la edad de vacunación, la duración de vacunación o el precio de la vacuna. En este sentido, De Boer ha indicado que el coste por dosis de Zostavax es de 150 euros y 175 en el caso de Shingrix (350 euros la pauta completa).

Los países utilizan diferentes umbrales de coste-efectividad, tal y como ha afirmado De Boer. Por ejemplo, Reino Unido, 15.000 libras por año de vida ajustado por calidad (AVAC); Países Bajos, 20.000 euros por AVAC; y España, 30.000 euros por AVAC.


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