La Atención Primaria (AP) lleva años arrastrando una alta carga y presión asistencial, un factor que repercute en la salud de los profesionales y que ha conllevado a un incremento de los casos de insomnio, así como una mayor gravedad de dicha enfermedad. Una encuesta realizada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Alianza por el Sueño, a más de 500 médicos de Atención Primaria, ha puesto el foco en los factores determinantes que afectan al insomnio en estos profesionales.

La carga de trabajo (76,32 por ciento), el escaso reconocimiento profesional (46,99 por ciento), los problemas con los usuarios (37,34 por ciento), el mal clima laboral (35,34 por ciento), los problemas con su salud (26,78 por ciento), los problemas de inseguridad laboral como la temporalidad (20,04 por ciento) y los problemas económicos (el 17,49 por ciento) son las principales causas del insomnio y de su agravamiento en los médicos de familia, según recoge la encuesta.

Isabel Paúles, coordinadora del Grupo de Trabajo Estilos de Vida y Determinantes de Salud de la SEMG; Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la SEMG, y Lorenzo Armenteros, coordinador del estudio y miembro del Grupo de Trabajo Salud Mental de la SEMG.

El insomnio es una enfermedad que afecta a la noche y el día de quienes lo padecen, ya que el problema de sueño nocturno se asocia a una somnolencia diurna que afecta a la actividad diaria, provocando cansancio, fatiga, irritabilidad, incapacidad de gestionar emociones y otros problemas de salud relacionados, que tienen un alto impacto en calidad de vida de las personas que lo sufren. Además, el insomnio tiene una relación bidireccional con la ansiedad y la depresión y es un factor de riesgo de suicidio.

Según los datos de este estudio, respecto a los profesionales sanitarios que participaron el 10,4 por ciento tenían ausencia de insomnio clínico, el 52,6 por ciento de insomnio subclínico, el 32,9 por ciento de insomnio clínico y el cuatro por ciento de insomnio grave. Asimismo, el 49,9 por ciento de los profesionales declararon que el insomnio afecta a su productividad laboral, el 40,8 por ciento consideró que impacta en su nivel de atención al paciente y el 12,6 por ciento afirmó que ha afectado a su carrera profesional. Además, el 85 por ciento de los encuestados declaró que los días posteriores a sufrir insomnio sienten mayor fatiga y el 54 por ciento reconoció cometer más errores en su ejercicio laboral.

Medicalización

“El insomnio produce efectos negativos en el día siguiente que impactan directamente en la vida de la persona, ya sea a nivel personal o profesional. Además, se asocia al deterioro de la calidad de vida relacionada con la salud mental y física, generando un alto impacto sobre quienes lo padecen”, explica el doctor Lorenzo Armenteros, coordinador del estudio y miembro del Grupo de Trabajo Salud Mental de la SEMG y de la Alianza por el Sueño.

La elevada carga laboral en la AP y la afectación en su productividad, lleva a los médicos que sufren insomnio a gestionar este problema de salud con medicamentos, según se constata en el estudio. Entre los resultados cabe destacar que el 51 por ciento de los médicos que padecían insomnio declaró estar consumiendo medicación para paliarlo, siendo los ansiolíticos las sustancias más utilizadas seguidos de hipnosedantes. En este sentido, el 22,2 por ciento de los encuestados apuntó que su consumo era de alguna vez al mes, el 12,7 por ciento de varias veces a la semana y el 16 por ciento diariamente.

El 51 por ciento de los médicos que padecían insomnio declaraba estar consumiendo medicación para paliarlo siendo los ansiolíticos las sustancias más utilizadas seguidos de hipnosedantes.

Relaciones sociales

En el estudio también se analizó cómo afecta el insomnio a las relaciones sociales de los profesionales, revelando que el 37,7 por ciento declaró que el insomnio afecta a su relación con la familia, la pareja o sus amigos.

“Las alarmantes conclusiones de este estudio, que ponen de manifiesto una vez más los problemas que vive la Atención Primaria, hacen necesaria la puesta en marcha de acciones urgentes por parte de las Administraciones y gestores en la puerta de entrada al Sistema Nacional de Salud, y más teniendo en cuenta los problemas de recambio generacional existentes en la especialidad de Medicina de Familia”, apunta Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la SEMG. “Tenemos que ayudar a nuestros profesionales a proteger su derecho a descansar y reducir estas cifras de insomnio”, añade.

Desde SEMG solicitan estrategias de reconocimiento profesional y programas internos de cuidado, de recomendación de hábitos de higiene de sueño o la capacitación en habilidades de afrontamiento emocional en la gestión del día a día de los médicos de AP. “Hemos observado en el estudio que aquellos médicos de familia que utilizan estas estrategias efectivas de afrontamiento emocional tenían un impacto positivo en la gravedad de su enfermedad y en su calidad del sueño. También es importante impulsar estilos de vida saludable, factor que influye en la gravedad de insomnio”, señala Isabel Paúles, coordinadora del Grupo de Trabajo Estilos de Vida y Determinantes de Salud de la SEMG.

En la misma línea, Lorenzo Armenteros destaca que “se necesitan programas de prevención y educación para la salud de la población infantojuvenil, como es la iniciativa SeguridadVital.org, creando desde edades muy tempranas un cambio cultural en los hábitos saludables en el sueño, poniéndolos al mismo nivel de concienciación en el que están la necesidad de hacer ejercicio con frecuencia y llevar una correcta alimentación para tener una vida sana”.


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