23 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria

La atención sanitaria requiere de una transformación para dirigirse a una atención sanitaria basada en valor, tal y como señaló Eloína Núñez, gerente del Área Sanitaria de Santiago de Compostela y Barbanza del Servicio Gallego de Salud en el marco del 23 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, organizado por SEDISA y ANDE y celebrado en Las Palmas de Gran Canaria del 8 al 10 de marzo de 2023. 

Durante la mesa ‘Fundamentos de la atención sanitaria basada en valor. Experiencias de modelos implementados’, que contó con el apoyo de Janssen, Núñez apuntó a la necesidad de disponer de un “modelo innovador dirigido a mejorar los resultados en salud para la población que atendemos, que es diferente entre las comunidades autónomas y dentro de la propia comunidad”. “Tenemos que aportar calidad, eficiencia y sostenibilidad y escuchar e involucrar en la toma de decisiones al paciente”, aseguró. Y, todo ello, unido a los avances tecnológicos, da lugar a la medicina 5P (personalizada, predictiva, preventiva, participativa y poblacional).

Medir los resultados

Por su parte, Julio Mayol, jefe de sección de Cirugía del Hospital Clínico San Carlos, definió esa necesidad de contar con una atención sanitaria basada en valor como una “revolución pendiente”. Y la solución, indicó, no pasa por la eficiencia, sino por la necesidad de medir los datos. “Seguimos sin medir de verdad los resultados. Cuando hablamos de esa transformación pendiente hablamos de asumir un modelo donde tenemos la responsabilidad de medir los resultados, transparentarlos y rendir cuentas“, aseveró.

De este modo, Mayol puso de manifiesto los 10 retos para lograr una sanidad basada en valor:

  1. La sociedad “no está preparada” para asumir el cambio, porque no existe una cultura de rendir cuentas.
  2. La “toxicidad directa de nuestras acciones”: “Ninguna acción sanitaria se escapa sin morbilidad y mortalidad”.
  3. El desperdicio de recursos o “toxicidad financiera”, que termina revertiendo en “daño para los pacientes”.
  4. La inequidad: “Estamos contentos por sobrediagnosticar o sobretratar a los que menos lo necesitan y no nos importa infradiagnosticar a los que más se beneficiarían y cuando llegan al sistema es demasiado tarde”.
  5. La prevención insuficiente.
  6. El impacto medioambiental.
  7. Despersonalización de la asistencia: “No podemos humanizar la asistencia sanitara si no humanizamos la relación con las personas que trabajan en nuestras instituciones”.
  8. La enfermedad de los costes: “Nuestros aumentos salariales no están relacionados con nuestros aumentos de productividad”.
  9. La medicina basada en la evidencia es una “epistemología incompleta”.
  10. Enorme variabilidad en la calidad y resultados de la investigación clínica.

“Si queremos una sanidad de valor deberíamos financiar el sistema por el valor, que es el beneficio menos el daño, no solo la efectividad”, concluyó Mayol.

En la misma línea fue Gabriel Mercadal Orfilia, adjunto del Servicio de Farmacia del Hospital Mateu Orfilia, quien destacó la importancia de medir los PROMs y los PREMs. De hecho, apuntó, ya no se puede presentar un medicamento a la FDA sin los PROMs y los PREMs. En este sentido, destacó que “el paciente no está en el centro, sino dentro del sistema; es uno más dentro del equipo”. Por ello, hizo hincapié en que para tener resultados basados en valor hay que “tomar decisiones con los pacientes“.

Del mismo modo, hizo referencia a la importancia de establecer cadenas de valor y, de este modo, definir los objetivos que importan al paciente, implicar a los pacientes, promover un trabajo multidisciplinar, etc. “Los beneficios de implementar la asistencia sanitaria basada en valor son la eficiencia, la calidad de vida o la satisfacción y experiencia del paciente”, aseguró. Y, en definitiva, instó a concebir el valor como la “percepción de la percepción de la efectividad por parte de los pacientes en relación con los costes de los tratamientos”.

El papel de la Farmacia Hospitalaria

Desde el punto de vista de la Farmacia Hospitalaria, Joaquín Borrás Blasco, adjunto del Servicio de Farmacia del Hospital de Sagunto, señaló que si desde estos servicios se quiere investigar y tomar decisiones, es necesario “proveer la mejor atención farmacéutica a nuestros pacientes y, para ello, debemos implementar modelos de gestión dentro de nuestros servicios”.

“Una vez tenemos esto, debemos ver las variables que podemos medir para demostrar el valor de un medicamento”, agregó Borrás. Así, abogó por ver qué fármacos son modificadores de la enfermedad en las enfermedades inflamatorias inmunomediadas (IMIDs), ya que este tipo de medicamentos consiguen retrasar la enfermedad, mejorar los signos y síntomas y están respaldados por la evidencia con un biomarcador. Algo que, tal y como indicó Borrás, es un “gran desafío”.

De este modo, el farmacéutico hospitalario considera que a la medicina 5P se debería añadir una sexta ‘P’: la persistencia. “La persistencia nos habla de la bondad del tratamiento, ver si es satisfactorio para el profesional y para el paciente. Esa persistencia nos permite hablar de valor y de la efectividad de los tratamientos”, apuntó. Y es que la persistencia, aclaró, determinará el “valor del tratamiento” porque incluye la experiencia del especialista, del farmacéutico y del propio paciente.


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