El consumo en auge de la llamada ‘cocaína rosa’ o tusi, la nueva amenaza sintética de moda en ambientes nocturnos, así como el uso de sustancias alucinógenas en rituales de chamanismo, preocupan a los médicos de los servicios de Urgencias. Durante el 2023 se ha producido un aumento significativo de intoxicaciones agudas relacionadas con nuevas sustancias de abuso, tal y como se expuso en las IV Jornadas Internacionales de Medicina de Urgencias #CONCEPTOS2023.

El Congreso, organizado por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) en colaboración con la Universidad Católica de Chile, reunió en Toledo a más de 600 médicos de Urgencias y Emergencias de España y Latinoamérica para tratar asuntos como “alarmante” aumento del consumo de drogas y de rituales como la ayahuasca, el rito del sapo bufo, la ceremonia del Yopo o el rito del Kambo, unas prácticas que pueden acabar con sus participantes en Urgencias.

La ‘cocaína rosa’, tusi o tusibí es una droga sintética cuyo precio oscila entre los 80 y 100 euros, pero ni es cocaína ni es de lujo. En la mayoría de los casos, contiene sobre todo ketamina, MDMA o incluso cafeína. Así lo explicó Emilio Salgado, del Grupo de Toxicología de SEMES, quien alertó del creciente consumo de este derivado anfetamínico de síntesis de los años 70. “Llevamos, en lo que va de año, unas 1.500 personas atendidas en Urgencias del Hospital Clínic por intoxicaciones ligadas a sustancias de abuso, y un 2 por ciento corresponde al consumo al tusibí”, concretó.

Salgado abordó, además, el concepto ‘One Pill Killers’, que hace referencia a aquellos medicamentos en los que la ingesta de un único comprimido o cucharadita es suficiente para alcanzar la dosis letal (DL) en un niño de 10 kilos: “Las intoxicaciones accidentales existen y hay que concienciar sobre este potencial riesgo”.

Ceremonias religiosas

El consumo de sustancias alucinógenas en ceremonias religiosas puede suponer también un grave peligro para la salud. “Los problemas principales de los pacientes que acaban en nuestro servicio tienen que ver principalmente con el efecto ‘purgativo’ de las sustancias utilizadas, y también con los efectos psicológicos y cardiovasculares derivados del uso de los alucinógenos”, explicó Miguel Galicia, del Grupo de Toxicología de SEMES.

Al respecto, Galicia incidió en que normalmente son cuadros autolimitados, pero que precisan de asistencia inmediata: “Hablamos de ceremonias como la ayahuasca, el rito del sapo bufo, la ceremonia del Yopo o el rito del Kambo”. Asimismo, advirtió del aumento del consumo de cannabis, “una sustancia que cada vez es más utilizada y está demostrado que su uso continuado genera riesgo de enfermedades cardiovasculares”.

Síndrome por suspensión

El Congreso #CONCEPTOS2023 contó con casi 100 ponencias nacionales e internacionales. El vicepresidente de SEMES y coordinador de las Jornadas, Pascual Piñera, comentó que “formar y compartir conocimientos entre los urgenciólogos de tantos países es verdaderamente eficiente y necesario”.

Entre otros temas, los ponentes también expusieron cuestiones como la donación de órganos o el síndrome por suspensión. Sobre esta última, el coordinador de SEMES Montaña, Manuel Pons, destacó que este trauma, una reacción potencialmente mortal que puede ocurrir cuando una persona queda suspendida, “está al alza por el uso del arnés tanto a nivel recreativo como en el ámbito laboral”.

Por último, desde SEMES Socorrismo alertaron sobre los mitos de ahogamiento que todavía existen en España. “El ahogado no grita, no agita las manos y no pide ayuda; se ahoga en silencio”, reiteró Roberto Barcala, coordinador del Grupo. “En España fallecen 400 personas ahogadas, pero se ahogan más de 1.200”, puntualizó.


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