Cirugía en tres dimensiones, con hasta 40 aumentos y movimientos casi reales. Esto es lo que ha logrado el robot quirúrgico Da Vinci, que ya acumula 3.000 operaciones en Madrid y que tiene por objetivo realizar intervenciones cada vez más complejas y reducir los tiempos de recuperación para los pacientes con cirugías menos invasivas.

Este lunes, un equipo de cirujanos robóticos del Hospital Clínico San Carlos ha mostrado cómo se utiliza el robot Da Vinci, que ya está presente en cinco hospitales de la capital (Rey Juan Carlos de Móstoles, Villalba, Gregorio Marañón, Fundación Jiménez Díaz y Clínico San Carlos), y ha valorado sus resultados desde que empezó a utilizarse en el año 2006. Al encuentro, ha acudido la consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute, que ha informado de que el Gobierno regional ha invertido más de 12 millones de euros en siete dispositivos de este tipo, que se instalarán en los quirófanos Getafe, Puerta de Hierro, La Paz, Ramón y Cajal, 12 de Octubre, La Princesa y Fuenlabrada.  

“Este fue el primer hospital en el que se empezó a realizar esta cirugía en 2006, con cirugía oncológica. Fue un gran avance porque disminuía las complicaciones de los pacientes, que se recuperaban antes porque se hacían cirugías más precisas. Ahora tenemos cinco robots en los hospitales del SERMAS, pero van a ser más. Vamos a tener hasta 12”, ha apuntado Matute “Esto es un gran avance porque permite cirugías muy complejas, como las oncológicas, aunque ya se ha extendido a todas, como por ejemplo a la cirugía pediátrica, donde también se necesitan intervenciones muy precisas”.

El médico tiene “una sensación de introducirse dentro del propio paciente para realizar este tipo de intervenciones”, describía Jesús Moreno, jefe del Servicio de Urología del Hospital Clínico San Carlos. Otro de los puntos fuertes de este dispositivo es poder operar en una posición mucho más cómoda para el especialista: sentado y apoyado. “Si nos cansamos menos, vamos a realizar las cosas mucho mejor”.

Una imagen tridimensional

El robot quirúrgico cuenta con tres partes fundamentales. Una consola, que es donde se sienta el cirujano y manipula los distintos elementos. “Con los pedales tenemos la opción de utilizar distintas fuentes de energía y mover la cámara, alejarla y acercarla. Hay un mayor control del cirujano”, explica Rocío Anula, cirujana general en el Clínico San Carlos.

La segunda parte del robot es la torre de visión. Ahí es donde se procesan las imágenes. Y, finalmente, el carro robótico, que es donde están los cuatro brazos con los diferentes instrumentos, como pueden ser la cámara o las tijeras.

“La ventaja añadida que tiene este sistema con respecto a lo que estábamos utilizando hasta ahora, que es la cirugía laparoscópica convencional, está en la posibilidad de tener una imagen tridimensional”, ha apuntado la experta. Cuando se opera con laparoscopia, el cirujano y los ayudantes miran una pantalla, como si estuvieran viendo la televisión, por lo que se pierde la profundidad.

También es importante “la magnificación de la imagen”, puesto que pueden llegar a aumentar hasta 40 veces la imagen real. “La precisión en estructuras de pequeño tamaño, como la preservación nerviosa o la disección fina nos ayuda mucho. Además, filtra nuestro temblor fisiológico que, en la laparoscopia, sí que se reproduce”, compara. Además, añade, la laparoscopia tiene una limitación de movimientos que no tiene este robot, que da la posibilidad de reproducir de igual manera el movimiento de las muñecas de un cirujano.

Las ventajas para el paciente tienen que ver con la precisión. Como se trata de una cirugía mucho más precisa, disminuyen el número de complicaciones y se mejora mucho en los postoperatorios, tanto a nivel de dolor como en tiempo de estancia.

Proceso de formación

Pero para utilizar esta nueva tecnología primero hay que aprender y después hacer unos cuantos entrenamientos, ha asegurado Pluvio Coronado Martín, cirujano robótico pionero en España, jefe de la Unidad de Cirugía Oncológica del Clínico San Carlos y profesor de la UCM, que ha comparado la formación con el dispositivo Da Vinci con el proceso de aprender a conducir. Coronado Martín forma a otros cirujanos españoles y portugueses para poder realizar cirugías con estos dispositivos.

“Una vez que se han superado una serie de cursos, lo que hacemos es asistirles en sus primeras cirugías. Les contamos nuestros trucos o cómo poner los trócares. Es como conducir un coche y que te ayude alguien que ya conduce”, añade el cirujano, que comenta que la formación se suele hacer de manera intensiva. “El robot se maneja con las manos y con los pies, y se necesita estar muy coordinado y eso se gana con la experiencia. Con los pies, por ejemplo, se cambia de brazo, se controla la cámara y se embragan los mandos para mejorar la posición”, enumera.

El robot está diseñado para hacer “cirugía complicada”, generalmente oncológica. Sin embargo, en estos momentos ya se utiliza en especialidades como urología, ginecología, aparato digestivo o pediatría. “Intentamos que el robot, que es un recurso caro, se aproveche al máximo con cirugías complicadas, que nos llevarían mucho tiempo, alrededor de cuatro horas”, ha especificado Coronado Martín. Con este tipo de dispositivos, el cirujano puede llegar a ahorrarse una hora y realiza toda la operación en una posición mucho más cómoda, algo que mejora el rendimiento de los especialistas. Los robots van a seguir mejorando con el objetivo de hacer cada vez cirugías más completas, concluye el cirujano.


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