CARMEN M. LÓPEZ Madrid | miércoles, 14 de septiembre de 2016 h |

Hablar de desastres naturales o catástrofes es una realidad que desgraciadamente está a la orden del día. Basta con tirar de hemeroteca. Hace unas semanas el mundo fue testigo del terremoto de Amatrice, y precisamente, la semana pasada se conmemoraba el 15 aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre, dos ejemplos claros que reflejan el esfuerzo en cooperación sanitaria, pero… ¿cómo es la respuesta de España en estos casos?

Como explica Fernando Prados Roa, responsable de Emergencias en la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (Semes), hasta ahora no existía una respuesta organizada a nivel internacional para apoyar en estas situaciones. Si bien, los distintos gobiernos solicitaban a los servicios hospitalarios personal para ayudar en los desastres. En el caso de España, tanto la Dirección General de Protección Civil como la Agencia Española de Cooperación (Aecid) requerían a los servicios hospitalarios tanto la logística como el personal sanitario para atender en los primeros momentos de la catástrofe. Sin embargo, una vez en el lugar de la catástrofe hacía falta —explica el jefe de la Oficina de Acción Humanitaria de Aecid, Rafael De Prado— tener una clasificación y un registro médico preposicionados antes de actuar. Como asevera el especialista en emergencias, la ONU y otros organismos internacionales han entendido que los recursos que se enviaban a los países no están bien organizados. “La respuesta no era homogénea y además no contaban con una buena cartera de servicios”, indica Prados Roa.

La Oficina de Coordinación de Naciones Unidas es la encargada de gestionar las diferentes respuestas, pero cada país tiene sus prioridades y necesidadades diferentes, además de sus propios recursos adicionales. En este contexto y al igual que en el resto de Europa, España ha decidido establecer unos patrones de servicios mínimos para unificar criterios a nivel global.

Mejorar la calidad

Es aquí cuando entra en juego el Start, que surge de la necesidad de mejorar la calidad de la respuesta conforme a los estándares internacionales requeridos por la OMS y el Mecanismo Europeo de Protección Civil. Para ello, ya se ha iniciado la inclusión del equipo en el proceso de clasificación internacional, para formar parte del catálogo de recursos disponibles en el Mecanismo Europeo de Protección Civil.

Como indica De Prado, los países que acepten el despliegue del equipo Start tienen la garantía de que la intervención española cumple los más exigentes requisitos de calidad.

Por su parte, Prados Roa aclara que esto es algo que ya se ha hecho con los bomberos y con la Unidad Militar de Emergencias (UME), dos colectivos que “son reevaluados periódicamente por parte de los organismos internacionales”.

Para cumplir estos requisitos, el roster de emergencias estará conformado por profesionales que acrediten amplia experiencia y tendrá un sistema logístico propio y disponible, todos los días del año. Además, contará en sus intervenciones de emergencia con un Hospital de Campaña de nivel II, con capacidad quirúrgica. “Un valor añadido y con capacidad adicional, indica el portavoz de Aecid, ya que “en todas las emergencias de cualquier país hay nivel I”. Un nivel III implicaría un sobrecoste enorme”. En este sentido, España aportará un equipo con las características de un hospital con capacidad de hacer cirugía mayor. Es algo necesario, a juicio de ambos, ya que hasta ahora no era posible hacer intervenciones mayores en estos escenarios. Hasta ahora, los equipos trasladados a zonas debastadas “tenían una limitada capacidad quirúrgica y de resolución de casos”, dice el experto en emergencias. De hecho, en las últimas intervenciones, los equipos han trasladado también a cirujanos porque “era absolutamente indispensable realizar una estabilización de los pacientes traumáticos”.

Además de médicos y enfermeros del Sistema Nacional de Salud (SNS), Start estará formado por ingenieros expertos en agua y saneamiento, logistica, expertos en electricidad y electrónica, entre otros. Los despliegues estarán liderados por personal de la Aecid y apoyados por el personal de las Oficinas Técnicas de la Cooperación Española adscritas a sus respectivas embajadas.

Este proyecto ha sido subvencionado en parte por la Unión Europea. De hecho, como confirma De Prado ya han recibido el 70 por ciento de los fondos, que estarán destinados a formación, simulacros y adquisición de materiales no fungibles.

En cuanto a los recursos que se dedicarán a este equipo, De Prado comenta que con la idea de no sobrecargar al SNS, será Aecid quien se encargue de la logística y los recursos, así como de los medicamentos necesarios.

Se buscan candidatos

Así, el dream team ya bautizado como “chalecos rojos” por ser la indumentaria oficial del personal de la Aecid será un equipo de élite que estará listo para desplegarse en menos de 72 horas en caso de emergencia humanitaria en la que la cooperación española decida intervenir.

En cuanto pase el proceso de selección, De Prado asegura que los integrantes contarán con una formación a través de una plataforma web. Se centrarán, no sólo en cuestiones médicas sino también en temas humanitarios. “Hay que tener en cuenta que es una medicina de choque”, añade el urgenciólogo, por lo que se hace necesario formar equipos multidisciplinares preparados para estas situaciones límite.

De momento, el Ministerio de Sanidad ha abierto el proceso de selección de estos profesionales. Aunque el equipo lo formarán 48 especialistas del SNS, serán preseleccionadas 384 personas, ocho por cada uno de los 48 perfiles que componen el grupo. Hay que recordar que esta puesta en marcha de la base de datos de profesionales fue acordada en el último Pleno de la Comisión de Recursos Humanos del SNS, donde el ministerio y las comunidades autónomas lo aprobaron por unanimidad.

Asimismo, el portavoz de Aecid adelanta que el roster podría estar listo para actuar en el primer semestre de 2017.

Con todo, como explica Prados Roa el proyecto sitúa a España como una referencia tanto en el entorno europeo como en el ámbito internacional, junto a países como Australia, Japón o Bélgica. “Lo que está haciendo España es dar un paso más para intentar dar respuesta específica de mayor nivel” apostilla Prados Roa.

El terremoto de Haití, el origen del debate

El terremoto de Haití marcó un antes y un después en la organización global de la asistencia en desastres. Tras el devastador terremoto, la población y la Administración fueron ignorados por la comunidad internacional. Uno de los problemas más recurrentes en un proceso de emergencia es la complejidad de coordinar la multiplicidad de actores que intervienen. En este sentido, y como explica De Prados no existió. Las autoridades haitianas no tuvieron conocimiento de las intervenciones que se hicieron por parte de los equipos sanitarios de los diferentes países. “Años después muchos pacientes presentaron problemas de salud pública importantes, como amputaciones mal hechas, operaciones de traumatología mal efectuadas”. Todo ello, propició el debate en el seno de la OMS, de tal modo que se puso sobre la mesa la necesidad de poner cierto orden en la asistencia médica internacional. Así empezó la iniciativa Foreing Medical Teams.