Cuando se habla de la preparación ante una hipotética futura pandemia, expertos y autoridades coinciden en que todavía queda mucho trabajo por hacer. Aunque la COVID-19 dejó muchos aprendizajes, incluirlos en las políticas nacionales e internacionales y conseguir una acción conjunta de todos los agentes implicados para materializarlos en medidas útiles, no es tarea fácil.

En Japón se ha detectado un incremento inusual de los casos de síndrome de choque tóxico estreptocócico, infección que en muchos acasos avanza rápidamente, derivando en enfermedad grave o incluso en el fallecimiento. Aunque todavía falta evidencia para determinar al cien por cien si es el Estreptococo A el responsable de estas infecciones, al haberse detectado casos de este patógeno en 45 de las 47 prefecturas del país nipón, se están ofreciendo las recomendaciones pertinentes para frenar la propagación basándose en las características de este virus.

Asimismo, en múltiples foros como las ‘IX Jornadas de Actualización en Gripe, organizadas por CSL Seqirus’, los expertos consideran prioritario estudiar determinados virus respiratorios, como los de origen aviar, para tratar de anticipar la respuesta ante cualquier notificación de salud pública inusual. Y una de las respuestas que se planteó en este foro fue la de, en casos de gripe, trabajar en vacunas universales que puedan contribuir a prevenir diferentes tipos de influenza debido a que los virus de la influenza tienen una alta capacidad de mutación. Este encuentro contó con la participación de expertos de la talla de Raúl Ortiz de Lejarazu, director emérito del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, Adolfo García-Sastre, director del Global Health & Emerging Pathogens Institute de la Icahn School of Medicine del Mount Sinai de Nueva York o Colin Russell, Department of Medical Microbiology del Amsterdam University Medical Center. Este último fue el que expuso la idea de que sería de gran utilidad “contar con vacunas modelo que cuenten con autorización de simulacro”.

Tanto el caso de Japón como los planteamientos de los expertos desembocan en una conclusión clara: más vale prevenir que curar. El país nipón, viendo la alta evidencia que gira en torno a que los casos de choque tóxico provengan del Estreptococo A, ha decidido emitir recomendaciones en base a ello con celeridad. Los expertos coinciden en contar con un trabajo de base que permita ofrecer vacunas que den respuesta con agilidad a los nuevos desafíos que puedan surgir en términos de salud pública. Queda mucho camino por recorrer. Pero es visible que desde diferentes ámbitos se van dando pasos en la buena dirección.


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