España es uno de los 140 países del mundo cuya constitución recoge el derecho a proteger la salud de los ciudadanos. Este derecho, el derecho a la salud, es hoy una prioridad mundial. Así lo ha reconocido la Organización Mundial de la Salud (OMS), estableciendo que, este año, el lema del Día Mundial de la Salud, que se celebra cada 7 de abril, no sea otro que “Mi salud, Mi derecho”.

Juan Francisco Perán, presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE).

En la actualidad, existen multitud de factores que amenazan la salud de la población, como los conflictos bélicos o el aumento de los niveles de contaminación, así como otros relacionados con cambios culturales y el estilo de vida. El estrés, el sedentarismo y la adopción de dietas basadas en ultraprocesados, por ejemplo, están detrás del avance de patologías cardiometabólicas como la obesidad o la diabetes tipo 2.

Proteger a los pacientes vulnerables

El aumento de los casos de diabetes es especialmente preocupante, puesto que las administraciones se encuentran ante sí la tarea de garantizar la calidad de vida y los servicios sanitarios necesarios para un número mayor de pacientes crónicos. Según la Federación Internacional de la Diabetes (IDF, según sus siglas en inglés), los casos de esta patología habrán aumentado casi un 20 por ciento para 2030 en todo el mundo, y un 45 por ciento para 2045.

Los pacientes con diabetes, además, son vulnerables ante factores como las altas temperaturas, cada vez más frecuentes a consecuencia del cambio climático; o ante a la proliferación de enfermedades y pandemias, como se puso de manifiesto durante la crisis del coronavirus que tuvo lugar en 2020. Esta crisis, además, reveló cómo el tener acceso a un sistema de salud público y de calidad, dotado de los recursos necesarios, es crucial para garantizar la protección y cuidados de estos pacientes.

Una reflexión común

El Día Mundial de la Salud es una gran oportunidad para que todas las organizaciones representantes de pacientes nos unamos en una misma reivindicación: proteger el derecho a la salud de las personas. El derecho a servicios sanitarios de calidad, a respirar aire limpio, a tener una alimentación de calidad y a habitar en entornos seguros son solo algunos de los aspectos que, tal y como reivindica la OMS, es necesario defender en este sentido. Y, para ello, es responsabilidad de todos los países el apostar por una salud global que garantice la calidad de vida de las personas y frene el avance de las enfermedades prevenibles.


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