Plazas universitarias

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Por Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería de España.

Hemos explicado muchas veces que el déficit estructural de enfermeras que sufre España pone en jaque la atención sanitaria. Desgraciadamente, en esta parcela de la Sanidad, crucial para cuidar de una población longeva y aquejada de dolencias crónicas, nuestro país no puede compararse con Francia, Irlanda, Noruega o Finlandia y sí se codea, sin embargo, en la cola de la Unión Europea, con Grecia, Letonia o Bulgaria en la clasificación de enfermeras en relación a la población que deben atender. Tenemos un problema importante que los políticos no tienen como una prioridad porque el sistema sanitario, pese a todo, carbura por la profesionalidad de sus trabajadores y por una inercia de muchos años. Pero ignorar la realidad no hará que los problemas se resuelvan solos. No hay enfermeras suficientes, ¿es posible revertir esa situación? Sí, pero no será a base de mantener la desastrosa planificación de los recursos humanos del Sistema Nacional de Salud.

“Ignorar la realidad no hará que los problemas se resuelvan solos”

El anunciado incremento de un 7 por ciento de las plazas universitarias para estudiar el grado de Enfermería es un avance mínimo. Estimamos que haría falta duplicar las plazas universitarias en toda España. Las universidades tienen en su mano un aumento de cerca de un 10% en sus plazas sin tener que pasar por amplios trámites en la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). Para el deseable incremento mayor sí habrá que proceder a un nuevo proceso de acreditación (profesores, aulas…) pero un 10 por ciento se puede llevar a cabo sin demasiados problemas, pero en cualquier caso los movimientos no invitan a pensar en un interés de las CC.AA. -por tanto, una inversión- en este capítulo. Exigimos que los ministerios de Sanidad y Universidades valoren dar algún paso en este sentido y marquen la senda a los Gobiernos regionales.

“Para el deseable incremento mayor sí habrá que proceder a un nuevo proceso de acreditación”

No obstante, nos preocupa que una hipotética -y poco probable- acción política relacionada con la creación de plazas universitarias pueda dar lugar a un perverso efecto en cadena. Para alcanzar la cantidad de enfermeras y enfermeros que España necesita se precisa de una planificación y coordinación entre Universidades y Sanidad. No se trata de que, alentados por la necesidad de aumentar el número de egresados, todas las Universidades del país, ya sean públicas o privadas, disparen el número de plazas ofertadas. Eso podría dar lugar a un exceso de enfermeras que acabasen engrosando las listas del paro. Sucede en muchas carreras universitarias en las que la demanda excede en mucho la oferta, Periodismo sin ir más lejos. No, ese no es el camino. Esa salida daría lugar a una devaluación de los puestos de trabajo, a una emigración forzada y masiva y a un flaco favor a la Sanidad española. Es precioso aumentar con urgencia las plazas universitarias, pero háganlo con sentido común. Y empiecen por ser conscientes de que España tiene un problema, y grave, con la falta de enfermeras y enfermeros.