Ana Martíns, directora general de Grünenthal para España y Portugal, es la primera mujer en ocupar esta posición en la compañía. Martíns muestra cómo Grünenthal lleva trabajando desde hace tiempo en la inclusión e igualdad, con iniciativas y actividades que fomentan el impulso del talento femenino, y los desafíos pendientes en materia de igualdad en el ámbito de la investigación.

Pregunta. ¿Cuál es la representación de las mujeres en Grünenthal?

Respuesta. Los últimos datos reflejan que la industria farmacéutica es líder en empleo femenino y Grünenthal no es una excepción. Actualmente, nuestra plantilla se compone de un 49 por ciento de mujeres, una estadística que se mantiene también en posiciones de responsabilidad y estratégicas. Es el caso de nuestro Equipo de Dirección, que cuenta con el mismo número de directoras que de directores. Es importante avanzar hacia un modelo laboral que refleje la diversidad de nuestra sociedad. Con ese objetivo trabajamos cada día en Grünenthal, para consolidarnos como una referencia de inclusión e igualdad, con políticas y prácticas que fomenten la diversidad. En Grünenthal, la representación femenina nunca ha sido un objetivo, sino una realidad que proviene del trabajo meticuloso y profesional a la hora de seleccionar a las personas que trabajan en esta compañía, buscando siempre un excelente perfil profesional, calidad en el desarrollo del trabajo y valor humano.

P. ¿Qué proyectos o actividades de la compañía están enfocados a impulsar el talento femenino?

R. En 2010, y con gran anticipación al RD 6/2019 sobre igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres, creamos un Plan de Igualdad por el que formamos e informamos a toda la compañía con el objetivo de desarrollar unas relaciones laborales basadas en el respeto, la diversidad, el reconocimiento de la igualdad de oportunidades y la no discriminación por razones de sexo, raza o religión, entre otros factores. El resultado de más de diez años de políticas activas es un equipo diverso y equitativo que se ve reflejado no solo en el Equipo de Dirección, sino que también se extiende a los mandos intermedios y al resto del equipo humano.

Asimismo, desde 2022 formamos parte de la plataforma Mujeres en Farma, una comunidad digital de mujeres y hombres, para empoderar y capacitar a las mujeres y dar visibilidad a la industria como referente de diversidad y equidad. Además, formamos parte de los programas de Equipos & Talento, llevando a cabo iniciativas y talleres sobre empoderamiento femenino y liderazgo inclusivo y diverso. De hecho, Grünenthal ha sido reconocida recientemente con los sellos Diversity Leading Company y Empowering Women’s Talent.

P. ¿Qué retos futuros tiene la compañía en materia de igualdad?

R. El sector ha demostrado que rompe el techo de cristal, donde más del 53 por ciento de las personas que trabajan en la industria farmacéutica innovadora son mujeres y el porcentaje de directivas roza la paridad. En Grünenthal seguiremos trabajando por una diversidad de género en todas nuestras áreas, manteniendo nuestro compromiso con un empleo estable, cualificado e igualitario.

P. ¿La investigación incluye la perspectiva de género?

R. La investigación está empezando a incluir la perspectiva de género, pero todavía queda mucho que hacer. Partiendo de que los estudios de desarrollo pre-clínicos tradicionalmente se han llevado a cabo en animales masculinos, no femeninos, no se tiene en cuenta habitualmente en la práctica clínica la distinta prevalencia de la patología en función del género –no sólo del sexo– o la forma que habría que tratar de forma más holística según el género, incluyendo la valoración de los efectos adversos.

P. ¿Salud e igualdad deben ir de la mano?

Sin lugar a dudas. No obstante, tenemos que ser conscientes de que existen características sociales, físicas y fisiológicas que son diferentes entre hombres y mujeres y, por eso, los mismos tratamientos y terapias no funcionan igual entre ellos. En el caso del dolor y su abordaje, que es el campo que lidera Grünenthal en España, las diferencias entre el dolor de una mujer y un hombre es significativamente diferente. El dolor crónico afecta más a las mujeres que a los hombres, y las diferencias en aspectos biológicos, psicológicos y sociales que suponen el género y el sexo, deberían tenerse más en cuenta en la atención sanitaria.