Los ultrasonidos focalizados de alta intensidad han transformado la forma en que se trata el temblor esencial y la enfermedad de Parkinson, como señala Manuel Ramos, experto de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y neurorradiólogo del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, en el Día Mundial del Parkinson.

En ambos trastornos, el tratamiento inicial implica medicamentos, pero cuando estos no son efectivos, alrededor del 50 por ciento de los casos de temblor esencial, se deben considerar otras opciones. Hasta hace poco, la única alternativa real era la cirugía, específicamente la estimulación cerebral profunda. Sin embargo, desde aproximadamente 2016, se ha aprobado un nuevo tipo de tratamiento que puede inducir una lesión térmica en un área específica del cerebro sin recurrir a la cirugía. Esta técnica, conocida como HIFU (Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad), utiliza ultrasonidos de alta intensidad que pueden penetrar el cráneo y converger en un objetivo cerebral previamente seleccionado, provocando una lesión mediante calor.

“Este tratamiento, que no necesita abrir el cráneo, se controla en tiempo real con imágenes de RM. Controlando la temperatura que se alcanza en la diana cerebral, en cada momento, podemos vigilar los efectos beneficiosos y los adversos”

De acuerdo con el neurorradiólogo, “este tratamiento, que no necesita abrir el cráneo, se controla en tiempo real con imágenes de RM. Controlando la temperatura que se alcanza en la diana cerebral, en cada momento, podemos vigilar los efectos beneficiosos y los adversos. A una temperatura determinada vamos a obtener mejoría transitoria de los síntomas y podemos valorar clínicamente si aparecen efectos secundarios. Si no se presentan fenómenos adversos y ha mejorado en sus síntomas de forma apreciable, se realiza el tratamiento definitivo, subiendo la temperatura hasta causar una lesión térmica controlada. Con ello se minimizan los efectos secundarios que podrían aparecer”. Además, puntualiza que “el inconveniente es que el tratamiento es unilateral, aunque recientemente se ha aprobado que transcurridos 9 meses es posible tratar el lado contralateral”.

Tratamiento con HIFU

La enfermedad de Parkinson afecta aproximadamente al 1 por ciento de las personas mayores de 60 años y se caracteriza por ser un trastorno neurodegenerativo con síntomas motores predominantes, como temblor, rigidez y acinesia. La prevalencia de ciertos síntomas puede influir significativamente en la progresión de la enfermedad, siendo aquellos pacientes con predominio del temblor quienes suelen tener un pronóstico más favorable. Además de los síntomas motores, a lo largo del curso de la enfermedad pueden aparecer trastornos neuropsiquiátricos y demencia, afectando hasta al 80 por ciento de los pacientes después de 20 años desde el inicio de la enfermedad. Es más común en hombres que en mujeres, con una frecuencia de 1,5 a 2 veces mayor.

Por otro lado, el temblor esencial es una afección clínica heterogénea que afecta a casi el 5 por ciento de las personas mayores de 65 años. Se trata de una alteración progresiva de origen desconocido, caracterizada por movimientos involuntarios que pueden llegar a ser incapacitantes y afectar negativamente a la calidad de vida y la autoestima. Aunque el tratamiento inicial es médico, aproximadamente el 50 por ciento de los casos de temblor no responden a la medicación o los pacientes no toleran los fármacos disponibles.

“En ambos casos, el uso de la estimulación cerebral profunda es una importante opción y prácticamente la única que existía hasta hace pocos años. La cuestión es que, esta técnica quirúrgica, además de los riesgos inherentes a toda cirugía, se puede realizar a un número relativamente limitado de pacientes. El tratamiento con HIFU, en cambio, es extensivo a una mayor población y el número de pacientes que se pueden tratar es mayor que en el caso de la cirugía. Por ello, la aparición del tratamiento con HIFU puede, al mejorar las manifestaciones clínicas, modificar la evolución natural de la enfermedad” afirma Ramos.

Hasta el momento, aproximadamente 15.000 pacientes en todo el mundo han sido tratados utilizando la tecnología de HIFU guiada por resonancia magnética, y actualmente en España hay 12 centros autorizados para llevar a cabo este tratamiento. Sin embargo, el especialista señala que “se trata de una tecnología emergente que requiere una evaluación continua. Aunque son poco frecuentes, no se pueden ignorar las posibles complicaciones asociadas con la cirugía, como infecciones, hemorragias o incluso fallecimiento”.


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