El último barómetro del dolor crónico en España indica que más de 9 millones de personas adultas sufren esta enfermedad en nuestro país, siendo las mujeres las que presentan una mayor prevalencia (30,5 por ciento) respecto a los hombres (21,3 por ciento). De hecho, refleja que esta enfermedad es la causa más común de absentismo laboral en España, siendo el dolor crónico lo que más gasto provoca al Estado en atención socio-sanitaria, superando a las enfermedades cardiovasculares o al propio cáncer.

Motivo de ello, la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR) se ha unido este martes 17 de octubre a la conmemoración del Día Mundial contra el Dolor, promovido por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El lema de este año, ‘Tratamiento integrador contra el dolor’, coincide con uno de los principales objetivos de la Sociedad: promover tratamientos multidisciplinarios como parte esencial de los procesos de atención del tratamiento del dolor.

Cabe señalar que el dolor es una respuesta neurofisiológica que se produce después de una lesión o daño físico, pero también puede expresarse en casos en los que la lesión es inexistente. También ha sido definido, en sentido amplio, como una experiencia que puede ser sensorial o emocional y que puede ser percibida por todo ser vivo con sistema nervioso central. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud ha declarado que su tratamiento es un derecho humano. Por ello, desde SEMDOR defienden la necesidad del enfoque multidisciplinar e integrativo en el tratamiento del dolor crónico, una patología que afecta a la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo y que puede llegar a ser altamente incapacitante.

Un abordaje multidisciplinar

Desde SEMDOR consideran que es imprescindible la intervención de un equipo multidisciplinar de expertos que valoren y propongan tratamientos efectivos para paliar el dolor crónico del paciente de la manera más rápida posible. Un abordaje multidisciplinar en el que intervengan tanto médicos de distintas especialidades, como farmacéuticos, psicólogos, fisioterapeutas, enfermeros y otros profesionales de la salud. El objetivo es que apliquen tratamientos físicos, psicológicos, farmacológicos o una combinación de ellos,  utilizando desde técnicas en quirófano hasta otras como el láser, la ozonoterapia, acupuntura, terapia biológica regenerativa, fisioterapia y terapia manual. A ellas, se pueden añadir la fitoterapia y gestión psicológica del dolor, la realización de dietas personalizadas basadas en la nutrigenómica, las técnicas de mindfulness, yoga, terapia neural, la hidroterapia y la medicina natural.

“Creemos que el abordaje multidisciplinar y el tratamiento integrador del dolor es la forma más eficaz de reducir el sufrimiento de millones de personas en el mundo”, señalan desde la sociedad científica.


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