El dolor se ha convertido en un auténtico problema de salud pública, tal y como ha arrojado el ‘Barómetro del dolor crónico en España 2022’, presentado por la Fundación Grünenthal y el Observatorio de la Universidad de Cádiz, con el apoyo de BioInnova Consulting.
Según los datos, el dolor crónico afecta en España a un 25,9 por ciento de la población adulta, lo que supone más de nueve millones de personas. Datos alarmantes si se comparan con los de trabajos anteriores (2011-2016) que estimaron una prevalencia cercana al 17-18 por ciento.
Agilizar la atención de los pacientes con dolor crónico, favorecer la colaboración entre los distintos niveles asistenciales implicados en su atención, aumentar los recursos y elaborar una Estrategia Nacional son algunas de las necesidades que se han enumerado durante el ‘‘Foro del dolor: Nuevos retos en el abordaje del dolor crónico en España’.
Una enfermedad infratratada
El dolor crónico presenta un gran impacto negativo en la calidad de vida del paciente, repercutiendo significativamente en su vida cotidiana. Sin embargo, a pesar de las cifras, se trata de una patología infradiagnosticada, infratratada y con la que se ha asumido “que se debe convivir”.
“Hasta un 25 por ciento de la población presenta dolor crónico, padeciéndolo de una forma moderada-intensa el 90 por ciento de la muestra. Estos datos indican que el dolor está infravalorado, no solo por el propio paciente, sino por el Sistema Nacional de Salud (SNS)”, ha señalado Inés Losa, representante de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes.
En esta misma línea, José Soto Bonel, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), ha subrayado que considerar el dolor como enfermedad no “termina de calar” en la persona que lo sufre. Al igual que en muchos “profesionales sanitarios” o “alumnos de medicina”, como ha incidido Luis Miguel Torres, presidente de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR).

Tal y como se ha hecho patente a largo del documento, los pacientes con dolor crónico sufren la enfermedad durante un periodo promedio de 6,8 años y la intensidad media percibida del dolor se sitúa en los 6,8 puntos en una escala de 0 (ausencia de dolor) a 10 (dolor insoportable). ¿A que se debe el incremento en el número de pacientes y en la intensidad percibida?
“Existe una gran variabilidad en lo que cada paciente percibe, de la misma forma que el estado mental también influye. Asimismo, gran parte de la percepción del dolor se debe a que no hemos superado la pandemia de COVID-19 y queremos llevar un ritmo de vida acelerado. El dolor nos limita, por tanto, la sensación de padecerlo es mayor”, ha explicado Luis Javier González Elena, representante de la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria (SEDAP).
“El progresivo envejecimiento de la población, el estilo de vida sedentario, los trabajos y el ámbito laboral también influyen en el aumento de las cifras”, ha explicado María Madariaga Muñoz, presidenta de la Sociedad Española del Dolor (SED).
Los especialistas que han participado en la mesa han pedido mayor formación, mejor gestión desde atención primaria y mayor integración de todos los servicios asistenciales
Integración y formación
El mencionado impacto del dolor crónico en la actualidad y las perspectivas futuras ponen de manifiesto la necesidad de situar a la enfermedad como una prioridad sanitaria a nivel nacional, con el objetivo de optimizar su abordaje y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Por ello, los especialistas que han participado en la mesa han pedido mayor formación, mejor gestión desde atención primaria y mayor integración de todos los servicios asistenciales.
“La participación en la formación continuada es fundamental. Hay que mejorar el contenido en estudio de dolor porque sigue siendo muy escaso en todas las profesiones de atención al paciente”, ha incidido Madariaga.
Un 42,1 por ciento de los pacientes con dolor crónico han acudido a servicios sanitarios en el último mes, siendo atención primaria el servicio de referencia, visitado por el 86,7 por ciento de los pacientes que han recibido atención
Y es que la correcta formación también incide en la derivación del paciente. Según los datos del Barómetro, un 42,1 por ciento de los pacientes con dolor crónico han acudido a servicios sanitarios en el último mes, siendo atención primaria el servicio de referencia, visitado por el 86,7 por ciento de los pacientes que han recibido atención. Dentro de los servicios especializados, utilizados por un 69,4 por ciento de los pacientes, traumatología constituye la especialidad más demandada, visitada por el 47,7 por ciento de los pacientes que reciben atención especializada.
“La gestión es muy desigual en los diferentes centros. No puede ser que en primaria deriven al especialista y el facultativo lo vuelva a remitir a primaria. Los procesos deben estar integrados y acompañados de comités del dolor”, ha continuado Soto, quien ha insistido en que la historia clínica debe estar “integrada”.
El tiempo medio de espera para ser atendido en una unidad del dolor es de 10 meses
“El dolor es muy difícil de medir y en muchas ocasiones se infravalora al ser trasversal a todas las patologías y ser tratado como un síntoma de la enfermedad principal en vez de como una patología en sí misma”, ha denunciado la representante de los pacientes. “Primaria es fundamental, pero necesitan formación y recursos”, ha añadido.

Por su parte, el tiempo medio de espera para ser atendido en una unidad del dolor es de 10 meses, según el estudio. “No puede ser que la atención del dolor sea dependiente del código postal. Muchos paciente no saben lo que es una unidad del dolor”, ha argumentado Losa.
A su vez, los especialistas han coincidido en la importancia de medir y analizar los datos para corregir la práctica clínica. “Es importante disponer de un indicador de calidad para todos los hospitales y CC. AA. No es viable plantear un objetivo de mejora si no conocemos qué hay que mejorar y para ello debemos preguntar a los pacientes”, ha expuesto Manel Santiñà Vila, representante de la Sociedad Española de Calidad Asistencial.
En la actualidad existen 417 hospitales que cuentan con unidades de dolor en España presentes en todas las regiones del país
La visión desde la administración
En la actualidad existen 417 hospitales que cuentan con unidades de dolor en España presentes en todas las regiones del país, con una media de 24,5 unidades por comunidad autónoma.
“Un tema muy preocupante es la manera de medir el dolor. No disponemos de un procedimiento estándar y la Escala Visual Analógica (EVA) limita a los facultativos”, ha especificado Cristina Ruiz Cavanilles, subdirectora General de Planificación y Organización Asistencial (Comunidad Valenciana).

Ruiz Cavanilles ha insistido en que falta una estrategia común con todas las sociedades científicas. “No puede ser que en cada CC. AA. lo aborde una especialidad”, ha añadido.
Por su parte, Eva Melendo Azuela, responsable del Plan Director Socio-sanitario (Cataluña), ha señalado como positivo el hecho de disponer de datos gracias al Barómetro. “Ahora podemos elaborar estrategias para abordar esta enfermedad”, ha expuesto Melendo, aunque ha reconocido que se debe aumentar el presupuesto.
“La estrategia sirve para alcanzar unos objetivos de forma organizada. Sin embargo, cada CC. AA. debe adaptarla a su realidad”, ha observado Alberto Pardo Hernández, subdirector General de Calidad Asistencial (Comunidad de Madrid). Asimismo, ha propuesto aprovechar la transformación digital para la formación, derivación e investigación.
Por otro lado, Rita Tristancho Ajamil, directora general de Programas Asistenciales (Canarias), ha argumentado que el sistema no está “acostumbrado” a administrar un tratamiento “más caro” que ahorre costes en el futuro. “Los nuevas sistemas de información pueden ayudar a predecir la respuesta”, ha puntualizado.