El dengue es una enfermedad infecciosa cuyo vector de transmisión es el mosquito, en concreto, aquellos de la especie Aedes aegypti. Aunque en España no se encuentra entre los problemas prioritarios en términos de salud pública, cabe destacar que a nivel global el 50 por ciento de la población vive en zonas de riesgo de transmisión y que cada 25 minutos se produce una muerte por dengue en el mundo.

La clasificación del dengue se puede realizar en dos categorías principales. Primeramente, por serotipos, ya que existen cuatro diferentes en esta enfermedad. Desde la clínica también se divide en función de su gravedad, puesto que hay casos asintomáticos o muy leves y otros en los que la enfermedad se complica, pudiendo acabar incluso en fallecimiento.

El diagnóstico del dengue es complejo, puesto que su cuadro sintomático es inespecífico; las alarmas pueden saltar si se conoce que el paciente ha viajado a zonas donde el virus es endémico. Pero este diagnóstico diferencial es fundamental. Sobre todo, porque el tratamiento de esta infección es sintomático, y está contraindicado el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o ácido acetilsalicílico para aliviar las molestias de la patología.

Para aumentar el conocimiento de esta patología y tratar de hacer una radiografía epidemiológica de la situación del dengue a nivel mundial, la compañía Takeda impulsó un encuentro con expertos que informaron de los aspectos principales que atañen a esta patología.

Control epidemiológico

Manuel Linares, médico de familia, microbiólogo y presidente de la Fundación IO, señaló durante este evento que el dengue se contagia “a través de mosquitos, que suelen estar en zonas periurbanas, se meten dentro de las casas y se multiplican en cuencos de agua, por lo que en países con alta prevalencia, hay grandes campañas de ‘descacharrización’ para evitar su reproducción en estos recipientes”.

A este respecto, Linares explicó que “el periodo de incubación de la enfermedad oscila entre los tres y los 14 días”. Durante los primeros días, los cuadros suelen ser muy banales, incluso sin síntomas. Por ello, añadió que teniendo en cuenta este factor y sus síntomas inespecíficos cobran especial importancia los cribados para controlar la transmisión; “actualmente, un viajero puede recorrer el mundo en un máximo de 26 horas de punta a punta, lo que permite que se pasen todos los controles sin que haya sospechas”.

Asimismo, es muy relevante el control de los casos autóctonos. En cuanto a las competencias para controlar la evolución de estos contagios, Linares indicó que “las competencias para ello están transferidas a las comunidades autónomas y los ayuntamientos, que son los que tienen que hacer planes de lucha vectorial”. Además, afirmó que, debido a la globalización, los viajes y, en definitiva, a todas aquellas condiciones que propician el aumento de contagios “este punto va a ser fuente de quebraderos de cabeza en un futuro”.  Además, Linares apuntó que las altas temperaturas consecuencia del cambio climático “aumentarán más aún el rango de Aedes aegypti y, por tanto, del virus del dengue y similares.

Prevención de los contagios

Teniendo en cuenta que la transmisión de la enfermedad es a través de los mosquitos, las barreras físicas como las mosquiteras son un elemento importante para su contención. Y es que, como remarcó Elvis García, doctor en Salud Pública, experto en epidemias, profesor de la Universidad de Harvard y Associate Director Market Access Vaccines en Takeda, “la prevención es la única herramienta que tenemos”.

Y en este contexto de prevención, las vacunas adoptan un papel protagonista. “La vacunación es la mejor herramienta en zonas que se convive con el dengue, pero también para gente que viaja a estas zonas endémicas; la buena noticia, es que vamos a tener disponible una nueva opción de inmunización en breve”, desarrolló García.

En esta línea, Gustavo Díez López, Vaccines Medical Lead en Takeda, puso en valor “la historia de Takeda en el mundo de las vacunas y, en concreto en cuanto a la vacuna para prevenir el dengue”. Y es que, los ensayos sobre la vacuna tetravalente contra el dengue (TAK-003) comenzaron en 2010 y que en octubre, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) emitió una opinión positiva al respecto. “La vacuna cuenta además con estudios de coadministración o estudios de eficacia en lugares endémicos, lo que certifica su impacto positivo”, aportó.

Durante los cuatro años y medio de seguimiento del estudio, los análisis exploratorios de TIDES  mostraron que TAK-003 previno el 84  por ciento de los casos de hospitalización por dengue. También, el 61 por ciento de los casos de dengue sintomático en la población general, incluidos tanto los individuos seropositivos como los seronegativos. Asimismo, esta vacuna fue bien tolerada sin evidencia de empeoramiento de la enfermedad en quienes recibieron la vacuna; tampoco se han identificado riesgos de seguridad importantes tras su administración.


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