New England Journal of Medicine ha publicado los resultados del ensayo clínico Positive, coordinado en España por Solti y Geicam. Los resultados evidencian que pausar la terapia endocrina para poder quedarse embarazadas, bajo control médico y durante un periodo temporal que no supere los dos años, no incrementa el riesgo de recaída a corto plazo en pacientes jóvenes con cáncer de mama hormonosensible y deseo de ser madres. Las cifras indican que el riesgo de recaída de estas pacientes es del 8,9 por ciento, frente a un 9,2 por ciento en pacientes de condición equivalente que no pausaron la terapia en busca de un embarazo. 

La terapia endocrina, indicada para el tratamiento adyuvante en los casos de cáncer de mama con receptores hormonales positivos, puede provocar malformaciones en el feto por lo que se desaconseja a las pacientes que se queden embarazadas mientras la toman. Por otro lado, los tumores con receptor hormonal positivo son los que pueden presentar un riesgo más elevado de recaída por el aumento de estrógenos durante la gestación.

Cristina Saura, coordinadora del estudio en España, miembro de la junta directiva de Solti y jefa de la unidad de cáncer de mama del Hospital Vall d’Hebron y VHIO, apunta que “la evidencia de este estudio refuerza la idoneidad de apostar por la preservación de la fertilidad antes de iniciar el tratamiento oncológico y abre la posibilidad de un embarazo seguro para aquellas pacientes con cáncer de mama que lo deseen, una vez que han realizado al menos 18 meses de terapia endocrina adyuvante”.

Hasta ahora, la recomendación era empezar a buscar el embarazo pasados un mínimo de 5 años tras haber superado el cáncer de mama y siempre que no hubiera ninguna recaída; “una ventana temporal que suele alargarse y que puede dificultar la planificación familiar”, añade Saura, que concluye que los resultados del estudio “pueden cambiar las guías clínicas actuales, reduciendo el tiempo desde el diagnóstico hasta el momento recomendable para iniciar la búsqueda del embarazo para aquellas mujeres que no han satisfecho el deseo de ser madres antes de la enfermedad”. “No obstante, no hay que olvidar que el seguimiento a largo plazo de estas pacientes será fundamental para corroborar estos datos”, señala

Por su parte, Manuel Ruiz Borrego, co-coordinador del estudio Positive en España, miembro de la Junta Directiva de Geicam y jefe de la unidad de Cáncer de Mama del hospital Virgen del Rocío de Sevilla añade: “El estudio arroja resultados esperanzadores para aquellas jóvenes diagnosticadas de cáncer de mama que quieren ser madres, y aporta conocimiento a la comunidad científica sobre la relación entre este tumor y el embarazo”.

“Sabemos que el cáncer de mama es cada vez más frecuente en mujeres jóvenes y por tanto coincide con el deseo de ser madre de muchas de ellas. Por esta razón, fertilidad y embarazo resultan preocupaciones importantes tanto para las pacientes oncológicas como para los investigadores, que buscan encontrar herramientas que permitan abordar estos casos de forma óptima”, señala Ruiz Borrego.

Los primeros casos de éxito

Los resultados demuestran además que las tasas de concepción y parto están a la par o eran superiores a las de la población en general; de 497 mujeres a las que se hizo seguimiento para ver si se habían quedado embarazadas, 317 dieron a luz al menos a un hijo y nacieron un total de 365 niños; lo que significa que ha habido embarazos múltiples y mujeres que han tenido más de un hijo -a través de embarazos consecutivos-.

Los investigadores continúan el seguimiento de las participantes en el estudio para evaluar el riesgo de recaída a lo largo del tiempo, algo que será fundamental para confirmar estos primeros resultados a corto plazo, que surgen tras un seguimiento a 41 meses. No obstante, estos primeros datos sientan ya un precedente que puede ayudar en la toma de decisiones de las pacientes que deseen ser madres siempre previa recomendación y con debido seguimiento de sus oncólogos.


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