Desde su aparición el pasado mes de noviembre de 2021, la variante Ómicron no ha dejado de extenderse alrededor del mundo y ser la protagonista del inimaginable incremento de casos COVID-19. Causado, sobre todo, por su habilidad de escapar de la efectividad de las vacunas actuales o, incluso, de los anticuerpos generados por una previa infección, que presentan una rápida disipación. No obstante, sí hay una forma de hacer frente a Ómicron: con una dosis de refuerzo.

Esta ha sido la conclusión a la que han llegado varios expertos del Institut Pasteur y del Instituto de Investigación de Vacunas, en colaboración con KU Leuven (Lovaina, Bélgica), el Hospital Regional de Orleans, Hôpital Européen Georges Pompidou (AP-HP), Inserm y el CNRS, en un estudio reciente.

En él, y en comparación con la variante Delta, los científicos apuntan a que Ómicron es mucho menos sensible a los anticuerpos neutralizantes -anticuerpos que se unen a un virus e interfieren con su capacidad de infectar una célula-.

Por otra parte, la investigación indica que, tras cinco meses de recibir la segunda dosis de Pfizer o AstraZeneca, los anticuerpos en la sangre ya no eran capaces de neutralizar a Ómicron. Una incapacidad que también se observó en personas que habían sido infectadas con SARS-CoV-2 en los últimos 12 meses.

Aunque Ómicron no escapa a todo lo que se le presenta. El estudio afirma que la administración de una dosis de refuerzo de la vacuna Pfizer o una dosis única de la vacuna en individuos previamente infectados conduce a un aumento significativo en los niveles de anticuerpos, suficientes para neutralizar a Ómicron.

Por tanto, Ómicron es mucho menos sensible a los anticuerpos anti-SARS-CoV-2 que se utilizan actualmente en la práctica clínica o que se obtienen después de dos dosis de vacuna.

Investigación bajo demanda

Al igual que lo asevera este estudio, también lo ha hecho otra investigación elaborada por expertos del Instituto Ragon de MGH, MIT y Harvard, a raíz de la “necesidad desesperada” por parte de la población de saber si las vacunas actuales protegen contra Ómicron.

“Detectamos muy poca neutralización del pseudovirus variante Ómicron cuando usamos muestras tomadas de personas que fueron vacunadas recientemente con dos dosis de la vacuna de ARNm o una dosis de Johnson & Johnson”, indica Alejandro Balazs, PhD, cuyo laboratorio en el Instituto Ragon investiga cómo diseñar inmunidad contra enfermedades infecciosas.

“Pero las personas que recibieron tres dosis de la vacuna de ARNm tuvieron una neutralización muy significativa contra la variante Ómicron“.

Aunque todavía no está claro por qué un refuerzo de ARNm mejora drásticamente la protección inmunológica contra Ómicron, García-Beltrán explica que existe la posibilidad de que esto se deba a que una dosis adicional de estas vacunas pueda crear anticuerpos que se unan más estrechamente a la proteína de pico, aumentando su efectividad. 

Vacunas contra Ómicron

Por otro lado, la farmacéutica estadounidense Pfizer ha anunciado que en marzo, según sus previsiones, estará lista una vacuna, no sólo que neutralice las variantes que ya habían abarcado con su anterior vacuna hasta el momento, sino que también sea más efectiva contra Ómicron.

Sin embargo, el propio consejero delegado de la compañía, Albert Bourla, ha confesado que, aunque la empresa ya está empezando a fabricar las primeras dosis, no saben si al final será realmente necesaria.

Pese a ello, el Gobierno de España ya ha manifestado la intención de comprar en este mes de enero un total de 344.000 dosis de este nuevo antiviral.

Mientras, la compañía Moderna también espera tener disponible para el próximo otoño una nueva dosis de refuerzo con el mismo objetivo que Pfizer: sacar una vacuna diseñada de forma específica para combatir la variante Ómicron, según explicó este lunes su consejero delegado, Stephane Bancel, entrevistado por CNBC.

Por su parte, España no se queda atrás. Los laboratorios de Hipra trabajan en una vacuna española que, a diferencia del resto de vacunas COVID-19 del mercado, utiliza una plataforma de proteína recombinante que se produce a través de una secuencia genética del virus, una parte concreta de la proteína Spike, y se inserta en células de mamífero en suspensión. A partir de ahí, se puede desarrollar la vacuna en distintos formatos, bien sea a partir de partículas purificadas del virus, que acaban formando un pico de partículas que simulan al virus, o bien purificar la proteína, que es lo que hace la compañía, y suspenderla en el adyuvante. Este adyuvante es equivalente al MF59C.1, de uso establecido en vacunas de salud humana.

Este antiviral, que se espera para el primer semestre de 2022, se encuentra actualmente a la espera de la autorización de la Agencia Española del Medicamento (AEM) para pasar a la siguiente fase, donde se podrá ver si funciona también como dosis de refuerzo.

Mutaciones similares a otras variantes

De sus más de 50 mutaciones, los expertos detallan que sólo se habían estudiado previamente una docena de ellas.

No obstante, un artículo elaborado por 8 investigadores de Estados Unidos, Colombia y Perú han detallado las similitudes que mantiene esta variante “de características extraordinarias” con el resto de sus hermanas, también pertenecientes al grupo de variantes de preocupación.

Según el artículo, tiene la deleción en la posición del pico 69-70, similar a la variante Alpha, que conduce a la pérdida del gen S o al fracaso del objetivo del gen S. Asimismo, también tiene tres mutaciones clave, similares a las encontradas en las variantes Beta y Gamma que confieren un escape inmune. Además, tiene una variedad de mutaciones cercanas al sitio de escisión de la furina, semejantes a las presentes en la variante Delta.

La combinación de estas mutaciones similares junto con otras nuevas podría determinar el nivel de gravedad que puede llegar a tener Ómicron. Pero, para los expertos, aún es pronto para tener esta información ante la falta de conocimiento del resto de mutaciones.


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