La revista Lung Cancer ha publicado el artículo ‘Immunogenicity of COVID-19 vaccines in lung cancer patients’ (‘Inmunogenicidad de las vacunas COVID-19 en pacientes con cáncer de pulmón’), en el que se analizan los datos del estudio SOLID. La necesidad de llevarlo a cabo surge, como explica Mariano Provencio,  jefe de Servicio de Oncología en el Hospital Puerta de Hierro, presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) y firmante principal, “ateniendo a que los pacientes con cáncer de pulmón tienen un mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2 y complicaciones graves, pero la información sobre la eficacia de la vacuna en estos pacientes era escasa”. Es por este motivo que un equipo de oncólogos españoles desarrolló este trabajo “con el objetivo de evaluar la seguridad e inmunogenicidad de las vacunas COVID-19 en este tipo de población”. Provencio recuerda además que es cáncer de pulmón “es una de las neoplasias que presenta mayor número de pacientes en tratamiento, lo que realza la importancia de generar conocimiento respecto a la COVID-19”.

El presidente del GECP pone de relieve que “el estudio SOLID, en el que participaron 1973 pacientes con cáncer de pulmón de toda España, es el mayor estudio del mundo para evaluar la inmunogenicidad y durabilidad de la respuesta inmune inducida por las vacunas COVID-19 en estos pacientes”.

Protección en cáncer de pulmón

A la hora de realizar este estudio, según Provencio, se ha tenido en cuenta que “además de la vulnerabilidad de los pacientes con cáncer de pulmón, cabe resaltar que el 82 por ciento de los reclutados estaban en tratamiento activo”.

En este sentido, respecto a las posibles dudas que puedan surgir acerca de la protección que inducen las vacunas en estos pacientes apunta que “no parece que el tratamiento activo con quimioterapia o inmunoterapia influya en la inmunización, incluso llegándose a observar el efecto contrario con inmunoterapia”.

Por otra parte, se han visto diferencias en la respuesta inducida entre los distintos tipos de vacuna. Aquí, Provencio especifica que “en comparación con los pacientes vacunados con vacunas de ARN, los vacunados con vector de adenovirus tenían hasta casi 40 veces más probabilidades de ser seronegativos después de la vacunación, mientras que los pacientes vacunados con ARNm- 1273 tenían 2,6 veces menos probabilidades de ser seronegativos”.

Seguridad de las vacunas

Yendo a las conclusiones que se extraen de este estudio Provencio apunta que “este remarca que las vacunas son seguras en pacientes con cáncer de pulmón, y la mayoría de los eventos adversos relacionados con la vacuna son leves o moderados y similares a os observados en la población general”.

Por otra parte, explica que “La probabilidad de anticuerpos IgG seronegativos después de la vacunación no difirió significativamente entre los pacientes que recibieron tratamiento activo contra el cáncer o ningún tratamiento. Sin embargo, se observaron diferencias significativas según la terapia recibida: los pacientes tratados con inmunoterapia o terapia dirigida oral tenían menos probabilidades de ser seronegativos que los tratados con quimioterapia o radioterapia. “Está claro que todo lo que está relacionado con el sistema inmune debe estar debajo de los resultados, aunque en este caso no tenemos un estudio funcional de linfocitos y vemos las consecuencias, no las causas”, puntualiza.

Resultados y metodología

En cuanto a las conclusiones que arroja el estudio SOLID, Provencio remarca que este sugiere que “los pacientes con cáncer de pulmón pueden lograr de forma segura una fuerte respuesta inmune contra el SAR-CoV-2 después de la vacunación completa, independientemente de si están recibiendo tratamiento activo contra el cáncer o no”.

Desgranando estos resultados especifica que “los pacientes que reciben inmunoterapia o terapia oral dirigida tienen más probabilidades de ser seropositivos, al igual que los pacientes inmunizados con la vacuna mRNA-1273”. “Por el contrario, la probabilidad de ser seronegativo después de la vacunación completa fue significativamente mayor en los hombres, los pacientes mayores de 66,8 años, regular estado general (PS≥2), comorbilidades (enfermedad cardiovascular e hipertensión) y aquellos que tomaban medicamentos concomitantes”, manifiesta.

Dentro de este estudio se analizaron los datos de inmunogenicidad de la vacuna COVID-19 seis meses después de la primera dosis, y de estos se desprende como precisa Provencio que “mostraron que un estatus funcional medio se asociaba de forma independiente con una mayor probabilidad de ser seronegativo”. “Sin embargo, recibir quimioterapia o terapia oral dirigida y la vacunación con ARNM-1273 se asociaron de forma independiente con una menor probabilidad de ser seronegativo”, aclara. Además, Provencio recalca que esto es importante puesto que “proporciona información sobre la durabilidad de la respuesta inmune inducida por la vacuna en pacientes con cáncer de pulmón y enfatiza en la importancia de la revacunación, por ejemplo, en pacientes con PS≥ 2.

Comparación con población general

Para finalizar, Provencio compara los datos existentes en cuanto a la presencia de anticuerpos IgG -los que revelan que un individuo ha estado en contacto con este coronavirus- entre personas que padecen cáncer de pulmón y las que no. “La prevalencia general de anticuerpos IgG anti-SARS-CoV-2 en nuestra población se estimó en un 8 por ciento al inicio del estudio; este porcentaje es significativamente superior al de la población general en España, estimado en torno al 5 por ciento o al de la población general de otros países europeos y también a nivel mundial, estimado entre el 3,4 y el 5,5 por ciento”.

En este sentido, indica que con estos datos se puede concluir que “la mayor seroprevalencia encontrada en nuestra población puede reflejar el mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2 en pacientes con cáncer de pulmón”.


También te puede interesar…