El sueño es un concepto infravalorado y su trascendencia en la salud de las personas es un tema todavía desconocido por la sociedad. Por ello, Manuel de Entrambasaguas, neurofisiólogo experto en medicina del sueño del Hospital Clínico de Valencia y autor del estudio de la prevalencia del insomnio crónico ha desgranado para Gaceta Médica las causas de esta realidad. El especialista insta a hacer una reflexión colectiva sobre el estilo de vida en relación con el insomnio.

Pregunta. Se ha producido un aumento del insomnio crónico en los últimos años, ¿A qué se debe este aumento de casos? ¿Se espera que esta tendencia alcista se prolongue en el tiempo?

Respuesta. En los últimos años han aumentado los casos de insomnio en nuestro país. Por ello, hemos realizado un estudio para conocer la situación actual de esta patología, después de 20 años sin haber actualizado estos datos. El ensayo ha sacado a la luz el infradiagnóstico existente, dónde los adultos jóvenes son los más afectados si hablamos de síndrome de insomnio (síntomas nocturnos, más consecuencias diurnas durante al menos tres días a la semana durante tres meses). 

P. Este aumento de prevalencia en los adultos jóvenes y adolescentes, ¿Tiene alguna relación con el uso masivo de pantallas?

R. Es una realidad que tenemos que investigar y que nos llama la atención. En estos últimos 20 años ha habido un cambio social muy importante: la irrupción del smartphone, que antes no existía. Ahora, ya tenemos normalizado llevarlo en el bolsillo y parece que es parte de la vida, pero hubo un tiempo en que no existía. De hecho, tener un dispositivo que continuamente nos tiene hiperconectados y que espera que respondamos ante cualquier notificación, ante cualquier aviso, es probable que influya en esa dificultad para desconectar, relajarse, meditar etc.

“Se utilizan estos dispositivos por la tarde noche, muchas veces como parte de un problema de procrastinación”

Estamos en una continua conversación con las personas que nos rodean, contestando cómo estamos, que hacemos, qué queremos hacer, etc. Sobre todo si se utilizan estos dispositivos por la tarde noche, muchas veces como parte de un problema de procrastinación. Si durante el día la persona ha estado ocupado trabajando, a última hora o ya en la cama, aprovecha para ver los vídeos o las redes, cuando debe de estar descansando.

P. Existe un gran infra diagnóstico en el insomnio, sobre todo en la gente joven, ¿Qué medidas habría que implementar para luchar contra este infra diagnóstico?

R. Muchas personas jóvenes tienen bastante interiorizado el hecho de compensar las carencias de sueño entre semana con más horas de descanso durante el fin de semana y eso es viable en una edad más joven, en cambio cuando uno se hace mayor es mucho más difícil.
Por ello, es fundamental incidir que el sueño es un elemento importante de la salud, realiza muchas funciones durante ese periodo y hay que cuidarlo. Por tanto, una persona joven que tiene problemas para conciliar el sueño o al día siguiente porque no ha dormido bien debe de acudir a su médico de familia y que le derive a una unidad de sueño para ver si hay algo más detrás de eso.

P. ¿Se puede generar una dependencia de los fármacos indicados para tratar los síntomas del insomnio?

R. La mayor parte de los fármacos que se utilizan son benzodiacepinas o derivados, que por sus características pueden producir tolerancia y dependencia a la persona que los tome. Sin embargo, lo realmente preocupante es la falta de control existente. Un 25 por ciento de las personas sigue tomando la medicación, aunque no le siga haciendo efecto; un 18 por ciento de los que toman la medicación aseguran que si no la tomaran dormirían igual y un 20 por ciento ni siquiera sabe el nombre de su medicación. Es una realidad muy preocupante, porque este tipo de fármacos lo consumen sobre todo personas mayores y hay un riesgo importante de efectos adversos como caídas, o deterioro cognitivo. En definitiva, son fármacos que se dan durante mucho tiempo sin un seguimiento adecuado.

P. Hay mucha gente que tiene problemas de sueño que toma gominolas de melatonina, ¿La toma constante de estos productos puede tener una dependencia en el paciente? ¿Hay que tener un control respecto a este este tipo de tratamiento?

R. El primer tratamiento que se recomienda para cualquier adulto con trastorno de insomnio es la terapia cognitiva conductual para insomnio. Es lo primero que se tiene que hacer. La medicación puede venir a continuación si la terapia no es suficiente. Y en cuanto a la melatonina, al dispensarse como gominolas, no tiene ningún tipo de control. De hecho, en la última guía de revisión del trastorno insomnio de la Sociedad Europea del Sueño, no estaba claro que la melatonina tuviera un papel relevante. Eso está pendiente de revisar, porque la guía se va a actualizar. Pero, ahora mismo, la melatonina que se vende de manera más habitual es de liberación rápida y puede ser útil en los trastornos del ritmo circadiano, aunque no está claro su papel en el insomnio. Sin embargo, sí que está demostrada la utilidad de las melatoninas de liberación prolongada, las cuales se venden como fármacos. No obstante, el tratamiento inicial ante cualquier problema de sueño debe de ser la terapia cognitiva conductual.

“El primer tratamiento que se recomienda para cualquier adulto con trastorno de insomnio es la terapia cognitivo conductual para insomnio”

No en vano, estas gominolas de melatonina pueden dar somnolencia inicialmente, pero luego ese efecto se pasa y puede tener complicaciones después. El sueño se deteriora porque ese paciente no se ha diagnosticado adecuadamente. La vigilia nocturna puede ser parte de un trastorno de insomnio, pero también, puede ser un síntoma de otros trastornos del sueño, de otros procesos médicos o de salud mental.

P. ¿En qué consiste la terapia cognitiva conductual en insomnio crónico?

R. Es un sistema de tratamiento que incorpora varios elementos, tanto formativos como prácticos. Esta terapia incluye un elemento de educación en sueño para que el paciente reciba información fiable y contrastada de cómo es el sueño fisiológico, y que es lo que ocurre en el insomnio. Por ello, reúne medidas de higiene del sueño, aunque esto abarca más al cuidado de la salud en general que la salud del sueño.

Asimismo, incorpora medidas de tipo cognitivo para modificar las creencias erróneas en torno al insomnio y sus consecuencias, y ver si se pueden corregir los denominados esquemas cognitivos. Estos patrones mentales influyen en la manera que tiene una persona de enfrentarse a su “propio personaje”. Por ejemplo, las personas muy exigentes, muy perfeccionistas, tienen un riesgo mayor de padecer insomnio.

Por otro lado, la parte conductual es la más potente de la terapia. Consiste en una serie de estrategias, y herramientas que deber de utilizar el paciente para mejorar el descanso. Se debe de limitar el uso de la cama y dormitorio únicamente para el sueño. No es recomendable utilizarlo para el ocio, para comer, para estar trabajando. Para ello, se debe de limitar estos comportamientos con el seguimiento de un especialista. De esta manera, se pretende que la mayoría del tiempo que el paciente pase en la cama sea para dormir. Además, de estas herramientas que dota el especialista, se incluyen intervenciones de relajación o meditación que pueden ayudar mucho en este proceso. No obstante, esta terapia debe de ser única e individualizada para cada paciente.

“La mayor parte de los fármacos que se utilizan son benzodiacepinas o derivados que, por sus características, pueden producir tolerancia y dependencia a la persona que los tome”

P. ¿Cuáles son los principales problema de salud clínica y mental que se pueden derivar del insomnio?

R. El insomnio se basa en la hiperactivación, que es una un estado aumentado de los pensamientos, de las emociones, de las sensaciones del cuerpo y también a nivel del cerebro, y en ocasiones, el insomnio puede ser el primer síntoma de una depresión, de una ansiedad. Aunque, también se relaciona con el síndrome de estrés postraumático, es decir, que ante un insomnio que está apareciendo y se está manteniendo, hay que vigilarlo de manera adecuada. Es una ‘red flag’, una señal de alerta de que después puede venir algo mucho más importante.

P. ¿Cuáles son los principales retos a los que se tiene que hacer frente en el tratamiento del insomnio y de las diferentes enfermedades del sueño a corto, medio y largo plazo?

R. A corto y medio plazo hay que ampliar el número de personas que tienen una formación para dar la terapia cognitivo conductual para insomnio. Ahora mismo se en da muy pocos centros y no hay mucha gente formada. Asimismo, hay que averiguar qué pacientes pueden recibir la terapia. No todo el mundo responde a la terapia y es importante saber qué hacer con ellos. A veces, el insomnio se asocia a comorbilidades y puede ser que vaya de la mano de otros procesos médicos o de salud mental como dolor crónico, fibromialgia, ansiedad o depresión, que se deben tratar, siempre que sea posible, de una forma coordinada. Esta transversalidad nos falta un poquito en el sistema. Tendemos a trabajar mucho de manera individual, no hay sinergias entre las diferentes unidades y servicios, y el sueño es una cuestión muy transversal, así como lo es. No se puede obviar que el sueño es una parte muy importante de nuestra vida.


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