“Las diferencias biológicas entre hombres y mujeres deben integrarse en los EE. CC.”

GM entrevista a Ruth Vera, jefa de Servicio de Oncología Médica en el Complejo Hospitalario de Navarra

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En términos de investigación, cada vez se habla más de las diferencias a nivel biológico entre hombres y mujeres y sus implicaciones. Ruth Vera, jefa de Servicio de Oncología en el Complejo Hospitalario de Navarra, explica cómo en oncología, los avances en conocimiento molecular están llevando a identificar diferentes alteraciones y biomarcadores al incluir la variable de sexo.

Pregunta. A rasgos generales, ¿hay alguna consideración a tener en cuenta al abordar el cáncer en mujeres?

Respuesta. Aunque no hay una en concreto, cada vez detectamos más diferencias. Por una parte, hay cánceres que son típicamente de mujeres como el de mama o los tumores ginecológicos, pero lo que hemos observado en los últimos años es que hay diferencias biológicas en otros tipos de tumores en función del sexo. Estas, las hemos identificado en tipos de cáncer como el de pulmón o el de colon. Las diferencias se perciben a nivel molecular y, de una forma más transversal, también en otros aspectos como el distinto comportamiento frente a algunos tratamientos o en toxicidad. Desde la incorporación de la inmunoterapia en ciertos tumores, también hemos visto que los efectos adversos inmunorrelacionados son diferentes. Además, observamos estas diferencias tanto desde un punto de visto biológico como a nivel emocional o psicológico. En cuanto al género, las teníamos más claras. Entre ellas se encuentran la manera de aceptar el diagnóstico, la vivencia del dolor, los cuidados… pero ahora se empieza a hablar de las diferencias biológicas. Cada vez se está investigando más, pero en muchos ensayos clínicos comienza a incorporarse la variable ‘sexo’. Y es que, te das cuenta de que en muchos ensayos en fase I, la mayor parte de participantes son varones; si hay diferencias biológicas, esto debe tenerse en cuenta en todo el desarrollo de los ensayos clínicos.

P. ¿Existen o se están estudiando biomarcadores específicos en mujeres en algún tipo de cáncer actualmente?

R. El mayor conocimiento que hemos adquirido en los últimos años a nivel molecular nos está llevando a identificar alteraciones moleculares o biomarcadores que encontramos de forma más frecuente en hombres o en mujeres. Cuando avanzas en el conocimiento y la investigación, empiezas a detectarlo; ahora, algunos de los tipos de tumores en los que más hemos avanzado son el de colon o el de pulmón.

P. En estos momentos, ¿cuáles son los tipos de cáncer que presentan una prevalencia más alta en mujeres?

R. El cambio más notorio de cifras ha sido en pulmón, también por un tema de cambio de hábitos, como el aumento del tabaquismo entre mujeres. Así, el de pulmón ha pasado a ser el segundo cáncer más prevalente en mujeres, según los datos informe SEOM ‘Las cifras del cáncer 2020’. Aparte de hábitos como el tabaquismo, cabe destacar que a nivel de diagnóstico, la participación de las mujeres es diferente también. Por ejemplo, en melanoma se suele diagnosticar en fases más avanzadas en hombres que en mujeres, porque ellos acuden de forma más tardía a la consulta médica. También quizá porque las mujeres prestan más atención al cuidado de la piel. Pero, volviendo a esa parte biológica, se está estudiando que las hormonas femeninas también pueden tener un efecto protector; por eso, al profundizar y ver las diferencias en alteraciones y biomarcadores entre hombres y mujeres, podemos avanzar y hacernos preguntas que antes pasaban desapercibidas.

P. En tipos de cáncer predominantes en mujeres como mama, ¿cuáles diría que son los avances más importantes logrados en los últimos años?

R. Creo que hay que informar de que cada año aumenta la incidencia; en concreto, más de 120.000 mujeres serán diagnosticadas de cáncer este año en España. La parte positiva es que también está aumentando la supervivencia. Esto es muy importante, porque permite incidir en la importancia de la educación y de adquirir hábitos saludables como la alimentación y el ejercicio, o el impacto negativo del tabaquismo. Por otra parte destacaría los avances tanto en diagnóstico precoz, que son posibles también gracias al avance tecnológico, o el avance en innovación farmacológica que se ha logrado. Ahora ya no solo tenemos quimioterapia o terapias dirigidas. Se ha incorporado la inmunoterapia, lo que ha sido un paso muy importante.

P. Cada vez se habla más de la posición de la mujer en oncología. ¿Cómo la definiría actualmente y qué se debe mejorar?

R. Actualmente estamos mejor, pero no podemos caer en la autocomplacencia. También, por razones objetivas: estamos por detrás de otros países europeos. Aunque cada vez haya más mujeres en el ámbito de la oncología o más residentes mujeres, los puestos de jefaturas de servicio, profesores de universidad o jefes de grupo de investigación siguen teniendo una representación de mujeres mucho menor que la de los hombres. Para avanzar, tenemos que seguir con medidas de educación y formación. Y es que aunque también vemos que progresivamente mejoramos en temas como la participación de mujeres en foros, congresos o ponencias, al observar los datos en puestos de responsabilidad, el ratio sigue siendo muy bajo. Tenemos que seguir poniendo esto encima de la mesa e intentar que aquellas mujeres que quieran acceder a puestos de responsabilidad puedan hacerlo. Muchas veces confluye la carrera profesional con el periodo de maternidad, pero si se analiza, son periodos relativamente cortos dentro de la totalidad de la carrera profesional. Además mucha gente, cuando ve que va a llegar ese momento, decelera, ‘pone el freno’, incluso antes de llegar, no se meten en proyectos, por si acaso. Y esto es un periodo de tiempo, pero luego vuelves a tu carrera profesional. Hay mujeres que han vivido estas situaciones y es importante seguir recordándolos y visibilizándolos, para que estos periodos no mermen el progreso en la trayectoria; con otro tipo de bajas, no se produce esta misma brecha. En definitiva, nadie debería verse en la tesitura de tomar una decisión tan importante como la de la maternidad en función de la carrera profesional. Tenemos que tomar medidas para facilitar que se puedan compaginar. Además, poner de manifiesto que cuando se vuelve de esta baja de maternidad no hay que recuperar nada; se retoma el trabajo y no pasa nada. Creo que es importante transmitir que es un tiempo en el que paras, pero que luego se puede segur. En España, la natalidad es muy tardía y esto puede condicionarla. Hay mujeres que la retrasan para que no interfiera en su carrera y no debería ser así. Considero que los hombres no se plantean tanto estos aspectos y hay que plantear que, llegados a un punto, tanto la vida personal como la profesional avanzan, y hay que encajarlas.


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