La estimulación magnética transcraneal (EMT) es una terapia física de neuromodulación no invasiva que permite modular la actividad del córtex cerebral través de un campo magnético que se genera con una bobina que se coloca sobre la superficie del cráneo. 

“En los últimos años, su demostrada evidencia, ha permitido que sea una técnica aprobada, tanto por la FDA como a nivel europeo, para el abordaje terapéutico de la depresión resistente a tratamientos convencionales (fármacos y psicoterapia) y del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)”, informó Álvaro Moleón, psiquiatra en Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, durante la celebración de las I Jornadas de Actualizaciones en Neuromodulación, organizadas por la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica (SEPC).

“Además, se está investigando su empleo en otras patologías como las adicciones a sustancias psicoactivas, el trastorno de estrés postraumático o la esquizofrenia”, añadió.

Según destacó Yolanda Cañada Pérez, psiquiatra del Hospital La Fe de Valencia, la EMT no forma parte de la cartera de servicios del servicio nacional de salud y su uso todavía se encuentra limitado a unos pocos hospitales públicos y a algunas clínicas privadas.

“Su costo-efectividad, la utilidad de la misma y su efectividad meta-analítica, sin embargo, indican que su uso debería generalizarse a nivel público”, sostuvo la experta, que puso como ejemplo de esta efectividad los buenos resultados que se están obteniendo en el hospital valenciano en el tratamiento de pacientes con depresión unipolar y bipolar refractaria.

“Los pacientes que tenemos en tratamiento presentan aproximadamente un 60 por ciento de respuesta antidepresiva, una elevada adherencia al tratamiento, buena tolerancia y valoración de la técnica en cuanto a cambios en funcionalidad y satisfacción”, remarcó.

Un cambio de paradigma en el abordaje de la depresión

Según señalaron los expertos durante sus intervenciones en la jornada, la EMT ha generado muchas expectativas para el abordaje de la depresión resistente a tratamientos convencionales (antidepresivos y psicoterapia), un hándicap que padecen el 30 por ciento de los pacientes con depresión mayor y que es la indicación más contrastada para la EMT.

El psiquiatra destacó entre las ventajas de la EMT el hecho de que se trata de “una opción efectiva y segura, con mayor rapidez de efecto, mayor tamaño de efecto y mejor tolerabilidad”; que, además, presenta efectos secundarios “escasos y de poca relevancia en la mayoría de los casos”, siendo la cefalea transitoria el más frecuente, y la convulsión el más grave, aunque su incidencia es mínima: un caso cada 40.000 sesiones de EMT, aproximadamente.

Todas estas ventajas abren también una puerta a la esperanza para el uso de la EMT en pacientes con depresión no resistente. “En estos pacientes su efectividad es aún mayor”, expuso Moleón, que señaló que ya hay pacientes que, sin ser resistentes, solicitan la aplicación de esta técnica “para vencer antes la depresión, evitar los indeseables efectos secundarios de algunos antidepresivos y no tener que estar tomando una pastilla durante, al menos, un año”.

El desarrollo de la EMT también apunta a las posibilidades que ofrece esta tecnología en combinación con otros fármacos como la esketamina I.N, un nuevo medicamento utilizado para tratar la depresión resistente que modula la neurotransmisión glutamatérgica.

“Este mecanismo de acción es novedoso en psiquiatría con respecto a otros fármacos antidepresivos que modulan la transmisión serotoninérgica, noradrenérgica o dopaminérgica.  La vía de administración y su rapidez de acción también son una novedad, ya que alcanza mejorías clínicas desde las primeras administraciones y tiene un elevado potencial anti-suicida”, argumento Yolanda Cañada Pérez.


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