El virus respiratorio sincitial (VRS) y el neumococo son dos de los patógenos respiratorios (el primero, un virus; el segundo, una bacteria) más comunes que afectan tanto a niños como a adultos mayores. Su interacción es muy relevante en el contexto de las infecciones respiratorias, pues, tal y como destaca Federico Martinón-Torres, jefe de Pediatría y director de Pediatría Traslacional y Enfermedades Infecciosas en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, en declaraciones a GM, “el VRS suele preceder a las infecciones bacterianas por neumococo.

“Este fenómeno se debe a que el VRS puede dañar el epitelio respiratorio, lo que facilita la adhesión y colonización del neumococo”, explica. De hecho, a nivel molecular, se ha demostrado su interacción directa. “El VRS aumenta la expresión de receptores en las células epiteliales respiratorias que el neumococo utiliza para adherirse e invadir los tejidos; la coinfección es frecuente y puede conducir a complicaciones severas como la neumonía y la sepsis“, apunta Martinón-Torres.

Interacción entre VRS y neumococo

En este sentido, la interacción entre este virus y esta bacteria quedó patente durante la pandemia de COVID-19. El experto afirma que, al dejar de circular el VRS y, por tanto, reducirse las infecciones a consecuencia del virus, también cayó la incidencia de la enfermedad neumocócica. Eso sí, Martinón-Torres aclara que, aunque se redujeron los casos de enfermedad, no disminuyó la transmisión de neumococo de persona a persona, es decir, la “tasa de portadores de neumococo era similar a la pre-pandemia”.

Estas interacciones entre VRS y neumococo “varían con la edad”. En niños, las infecciones son “más frecuentes y severas” debido a la “inmadurez” de su sistema inmunológico, mientras que en los adultos, especialmente en aquellos que padecen comorbilidades o tienen una edad avanzada, “la severidad de las infecciones puede ser alta” por la disminución de la respuesta inmunitaria y la presencia de enfermedades crónicas como la diabetes o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

“La diferencia en la respuesta inmunitaria se debe principalmente a la ontogenia del sistema inmunológico en los niños y la inmunosenescencia en los adultos mayores“, resume Martinón-Torres. “Durante la pandemia, se observó que las infecciones respiratorias en adultos mayores tenían peores desenlaces, resaltando la necesidad de entender las diferencias inmunológicas por edad, entre otros factores”, agrega.

La importancia de la inmunización

Ante este hecho, el experto apunta a la importancia de la inmunización, “herramienta clave para prevenir infecciones respiratorias”. “La vacuna neumocócica, especialmente la vacunación conjugada, ha reducido significativamente la incidencia de enfermedades invasivas por neumococo en todas las edades”, asegura. También recuerda que está disponible la inmunización frente al VRS en lactantes con el anticuerpo monoclonal nirsevimab o protección pasiva a través de vacunas VRS para la gestante, así como en adultos con “tres vacunas disponibles que han demostrado una gran eficacia”.

Respecto a una posible inmunización cruzada, Martinón-Torres es precavido: “Es pronto para sacar conclusiones sobre su interacción, sin embargo, sabemos que la vacunación frente a neumococo, reduce la incidencia de infecciones respiratorias de cualquier etiología y específicamente de infecciones virales graves”. “Y en el caso del nirsevimab, hemos visto también una reducción de las infecciones respiratorias de cualquier causa, y no solo del VRS”, añade.

“De algún modo esto apunta a la interrelación que existe entre virus y bacterias y más específicamente entre neumococo y VRS, reforzando el papel de protección sinérgica que estas medidas de prevención pueden tener”, concluye el experto.

Además, la prevención es más importante si cabe en el contexto de la conocida como ‘tripledemia’, es decir, circulación simultánea de VRS, gripe y COVID-19. “Para abordar esta situación, se recomienda una estrategia integral en la que, sin duda, la vacunación es un pilar fundamental“, asevera. Porque, “al margen de las interacciones especificas entre estos patógenos y con otros patógenos, no debemos olvidar que la infección secuencial también tiene consecuencias muy graves”, explica Martinón-Torres.

De este modo, de cara a la próxima temporada de infecciones respiratorias, la vacunación es “la clave más potente”. “Es esencial tener el calendario vacunal al día, siguiendo las recomendaciones oficiales e independientemente de la edad”, destaca el experto, quien insiste especialmente en los más vulnerables y susceptibles a estos tres virus y también frente al neumococo: personas de edad avanzada, personas con enfermedades de base cardiacas, respiratorias o metabólicas, inmunodeprimidos, etc.

“Los cuatro (VRS, gripe, COVID-19 y neumococo) explican la gran mayoría de las infecciones respiratorias graves que podemos padecer y hoy son prevenibles mediante vacunación en la mayor parte de los casos”, concluye.