Johnson & Johnson, ha anunciado los resultados del análisis final del estudio de Fase III RESONATE-2, que demuestran un beneficio significativo y sostenido de la supervivencia libre de progresión y global en pacientes con leucemia linfocítica crónica (LLC) no tratada previamente que reciben Imbruvica (ibrutinib) en monoterapia frente a clorambucilo, con un seguimiento de hasta 10 años. Los datos se presentaron en un póster en el Congreso de la Asociación Europea de Hematología (EHA, por sus siglas en inglés) de 2024, que tuvo lugar en Madrid del 13 al 16 de junio de 2024.

Cuando se presentó por primera vez ibrutinib hace más de diez años, cambió el curso del tratamiento de la leucemia linfocítica crónica (LLC), y en la actualidad sigue siendo un elemento esencial del tratamiento estándar de los pacientes con neoplasias malignas de células B”, afirma Alessandra Tedeschi, del Hospital Niguarda de Milán (Italia), investigadora del estudio clínico. “El análisis final del estudio RESONATE-2 confirma que el perfil de beneficio-riesgo favorable de ibrutinib se mantiene a lo largo del tiempo, con los datos de seguimiento más prolongados de cualquier tratamiento orientado en la LLC, y demuestra su potencial para permitir a los pacientes diagnosticados de LLC en la actualidad contemplar la posibilidad de una esperanza de vida normalizada”, añade.

El estudio de Fase III RESONATE-2 evaluó a 269 pacientes con LLC no tratados previamente, de 65 años o más, que fueron asignados aleatoriamente a recibir ibrutinib como agente único o clorambucilo durante un máximo de 12 ciclos. Con un seguimiento de hasta diez años, los pacientes tratados con ibrutinib demostraron un beneficio significativo y sostenido en la supervivencia libre de progresión (SLP) frente a los pacientes tratados con clorambucilo. La mediana de la SLP fue de 8,9 años en el brazo de ibrutinib frente a 1,3 años en el brazo de clorambucilo. El beneficio de la SLP fue significativamente mayor para los pacientes tratados con ibrutinib en todos los subgrupos, incluidos aquellos con características genómicas de alto riesgo: mutación TP53, IGHV no mutado o deleción 11q. Con un seguimiento de hasta 10 años, no se había alcanzado la mediana de la SG con ibrutinib, y a los nueve años la tasa de SG era del 68 por ciento. A los 10 años, el 27 por ciento de los pacientes del estudio seguían tomando ibrutinib, con una duración media del tratamiento de 6,2 años.

Ibrutinib fue bien tolerado como tratamiento a largo plazo y no surgieron nuevas alertas de seguridad. Las tasas de acontecimientos adversos (AA) de interés durante los años 8-9 y 9-10 fueron del 28 por ciento y el 26 por ciento, respectivamente, para la hipertensión, y del ocho por ciento y el nueve por ciento, respectivamente, para la fibrilación auricular. Durante toda la duración del estudio, 34 de los 136 pacientes (25 por ciento) que recibieron ibrutinib presentaron AA de cualquier grado que condujeron a una reducción de la dosis, de los cuales en 28 de los 34 pacientes (82 por ciento) se resolvieron todos los AA. Los AA de cualquier grado condujeron a la interrupción del ibrutinib en el 33 por ciento de los pacientes durante toda la duración del estudio, en el 13 por ciento de los pacientes en el año ocho y nueve, y en el 7 por ciento de los pacientes en el año nueve y 10. Ningún paciente interrumpió ibrutinib debido a la progresión de la enfermedad en los años nueve y diez.

En el congreso de la EHA se presentaron nuevos datos agrupados de tres estudios clínicos aleatorizados de Fase 3 sobre el tratamiento de primera línea con ibrutinib en pacientes con LLC. El análisis agrupado incluyó los estudios RESONATE-2 e iLLUMINATE, que estudiaron la administración de ibrutinib como agente único o en combinación con rituximab u obinutuzumab, respectivamente. En los estudios agrupados se trató con ibrutinib a un total combinado de 600 pacientes de edades comprendidas entre 31 y 89 años. Con una mediana de seguimiento de 49,7 meses, la SG fue comparable entre los pacientes tratados con ibrutinib y la población general europea emparejada por edad utilizando la probabilidad de supervivencia por grupos de edad de las tablas de vida 2019 publicadas por la Organización Mundial de la Salud.

La SG estimada también fue comparable para el subgrupo de pacientes tratados con ibrutinib de 65 años o más. La SG estimada fue similar a la de la población europea emparejada por edad cuando se extrapoló por pacientes que recibieron ibrutinib como agente único o la combinación de ibrutinib y rituximab u obinutuzumab. Estos datos concuerdan con un análisis previo de la población estadounidense, presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, por sus siglas en inglés) de 2023.

“Estos resultados sugieren que el tratamiento con ibrutinib, con o sin la adición de un anticuerpo CD20, ofrece a los pacientes europeos con leucemia linfocítica crónica una esperanza de vida estándar, comparable a la de sus conciudadanos“, señala Edmond Chanespecialista en cirugía para Europa, Oriente Medio y África del área terapéutica de Hematología de Johnson & Johnson Innovative Medicine. “Nuestro objetivo ha sido cambiar lo que significa un diagnóstico de cáncer de la sangre, y con ibrutinib, tenemos el orgullo de estar a la vanguardia y liderar el rumbo de la medicina”, añade.

Un póster de presentación de pruebas reales proporcionó información adicional sobre el efecto potencial de las reducciones de dosis de ibrutinib en la duración del tratamiento (DT) y el tiempo hasta el siguiente tratamiento (TST) en pacientes tratados con ibrutinib frente a acalabrutinib en el tratamiento de primera línea. Los hallazgos sugieren que las reducciones de dosis de ibrutinib pueden ser una estrategia eficaz para gestionar la tolerabilidad al tiempo que se mantiene la eficacia clínica.

Entre los 286 pacientes que iniciaron el tratamiento de primera línea con ibrutinib como agente único con una dosis de 420 mg/día, el 15 por ciento sufrió una reducción de la dosis; 171 pacientes iniciaron el tratamiento de primera línea con acalabrutinib como agente único. La media de tiempo transcurrido entre el inicio del tratamiento de primera línea y la fecha índice fue de 167 días en cada cohorte. La media del tiempo de seguimiento posterior al índice fue de 425 y 221 días para las cohortes de reducción de dosis de ibrutinib y acalabrutinib, respectivamente. La mediana de la duración del tratamiento de primera línea (incluido el intervalo libre de tratamiento) fue de 21,3 y 11,1 meses para las cohortes de reducción de la dosis de ibrutinib y acalabrutinib, respectivamente. Un total del 37 por ciento y del 35 por ciento de los pacientes interrumpieron el tratamiento en las cohortes de reducción de la dosis de ibrutinib y de acalabrutinib, respectivamente; la mediana de DT no se alcanzó en la cohorte de reducción de la dosis de ibrutinib y fue de 9,5 meses en la cohorte de acalabrutinib.

La DT fue más prolongada en la cohorte de reducción de la dosis de ibrutinib que en la de acalabrutinib. Un total del 16 por ciento y del 17 por ciento de los pacientes de las cohortes de reducción de la dosis de ibrutinib y acalabrutinib recibieron la siguiente línea de tratamiento durante el periodo de seguimiento, respectivamente; la mediana del TST no se alcanzó en ninguna de las dos cohortes. El TST fue más prolongado para la cohorte de reducción de dosis de ibrutinib. Estas pruebas en el mundo real están sujetas al posible sesgo de confusión que suele asociarse a la investigación observacional.

“Estos últimos hallazgos se suman a los sólidos datos que respaldan el ibrutinib, el inhibidor de la tirosina cinasa de Bruton más exhaustivamente estudiado en el mundo, y la base de la atención en la leucemia linfocítica crónica”, comenta Mark Wildgust, vicepresidente de Asuntos Médicos a nivel Global de Johnson & Johnson Innovative Medicine. “Al reflexionar sobre la década transcurrida desde su primera aprobación, ibrutinib se erige como un testimonio del progreso que viene a redefinir lo que significa vivir con neoplasias malignas de células B“, reitera.


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