Erica Sloan, investigadora de la Universidad de Monash (Australia), ha dedicado su carrera a estudiar la relación entre el cáncer, el sistema nervioso y las defensas del organismo. En su último trabajo ha descubierto que el estrés incrementa la capacidad del tumor de desarrollar metástasis y que, además, existen fármacos ya en uso que podrían contrarrestar ese efecto. En una reciente visita al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), como ponente en el congreso internacional sobre metástasis ha dado más detalles sobre su estudio. Este encuentro fue organizado por los investigadores Eva González-Suárez, Héctor Peinado y Manuel Valiente.

En una entrevista realizada por el CNIO Sloan ha explicado que sus comienzos en la investigación se centraron en el estudio de la metástasis y, posteriormente, empezó a investigar cómo las fibras nerviosas controlar los virus. En este punto se percató de que las células del sistema inmunitario localizadas cerca de los nervios se infectaban más, lo que empeoraba la respuesta defensiva. Tras esto, la investigadora y su equipo comenzaron a estudiar el efecto en el cáncer de los neurotransmisores.

Hace 10 años averiguó que el cáncer se extiende más rápidamente en los animales estresados y que, cuando hay mucho estrés, los vasos sanguíneos en los nódulos linfáticos se remodelan. Esto quiere decir que no solo las células tumorales se vuelven más invasivas, sino que hay más vías por las que pueden salir del tumor primario y diseminarse.

Respuesta inmunitaria y estrés

La investigadora ha explicado en la entrevista que las células defensivas responden al estrés de manera muy diferente a las tumorales. Una célula inmunitaria sana circula por el organismo buscando a otras células inmunitarias para responder coordinadamente si detectan una amenaza. Pero, si hay estrés, los neurotransmisores frenan las células inmunitarias, por lo que no interaccionan con las demás y no pueden montar una respuesta defensiva. Asimismo, Sloan ha indicado que los neurotransmisores son muy relevantes en el cáncer porque actúan sobre las células tumorales y las del sistema inmunitario, generando cambios vasculares y también otros efectos, que ya están observando otros estudios.

Uno de los puntos clave en esta investigación es que, generalmente, el estrés no se tiene presente a la hora de tratar el cáncer. Sin embargo, según ha señalado la investigadora, el estrés se transmite a todo el organismo, incluido al microambiente tumoral.

Parte del problema es que no existe ninguna métrica externa que pueda determinar lo estresante que es cada estímulo, ya que las personas responden de manera distinta. Por ello, Sloan ha indicado que el mejor biomarcador es la forma en que la señalización molecular del estrés afecta a la expresión de los genes. Además, ha puntualizado que otros grupos de investigación han identificado decenas de genes que se apagan o encienden cuando hay niveles extremos de estrés.

Desarrollar cáncer es una situación muy estresante, por lo que Sloan ha apuntado que habría que analizar si a estos pacientes habría que tratarlos en todo su conjunto y no solo centrarse en el cáncer.

Fármaco betabloqueante

La investigación también ha revelado que los fármacos de tipo betabloqueante, que se utilizan normalmente contra la hipertensión, también tienen un efecto contra el cáncer. Tal y como ha explicado Sloan estos medicamentos impiden que el sistema cardiovascular escuche una señal de estrés, es decir, amortiguan la respuesta al estrés y estabilizan el corazón. Junto con su equipo, la investigadora ha realizado varios estudios en mujeres con cáncer de mama. Hicieron un seguimiento de años a varias mujeres y observaron que en aquellas que tomaban el betabloqueante carvedilol el cáncer se diseminó menos y su supervivencia fue mayor.

En este sentido, la experta ha señalado que estos hallazgos muestran que hay explorar más en profundidad el uso de carvedilol para ralentizar la progresión del cáncer. Además, se trata de un fármaco que ya se usa en oncología para paliar los efectos de la quimioterapia sobre el corazón.


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