La pandemia ha causado grandes estragos a nivel sanitario, perjudicando, sobre todo, la atención de los pacientes. Uno de los ámbitos afectados, según un estudio publicado en The Lancet, ha sido el acceso a trasplantes de órganos sólidos, que se ha visto reducido por la COVID-19.

El trasplante de órganos sólidos proporciona importantes beneficios a los pacientes con enfermedad de órganos en etapa terminal, incluida una supervivencia más prolongada y una mejor calidad de vida. Y, a pesar de la urgente necesidad de que muchos pacientes en lista de espera en todo el mundo reciban trasplantes, los datos preliminares de la investigación sugieren reducciones sustanciales en los procedimientos de trasplante en todos los países estudiados desde el brote de COVID-19. En concreto, el trasplante de riñón fue el más afectado, seguido del de pulmón, hígado y corazón.

Reducción mundial

El estudio recopiló y validó cohortes nacionales de trasplantes consecutivos de riñón, hígado, pulmón y corazón de 22 países. Los trasplantes de órganos múltiples se contaron por separado, es decir, un trasplante de hígado-riñón se consideró un trasplante de hígado y un trasplante de riñón. Los órganos trasplantados incluyeron trasplantes de adultos y pediátricos de donantes vivos y fallecidos.

Los 22 países incluyeron 16 en Europa (Austria, Bélgica, Croacia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Italia, Países Bajos, Noruega, Portugal, Eslovenia, España, Suiza y el Reino Unido), dos en América del Norte (Canadá y EE.UU.), tres en América del Sur (Argentina, Brasil y Chile) y Japón. Para cada país, se accedió al tipo de órgano, tipo de donante, fecha de trasplante y región de trasplante (en EE.UU. los datos regionales estaban disponibles por estado).

El objetivo del estudio era evaluar el efecto de la pandemia sobre el trasplante e investigar si esta se asocia con una adaptación heterogénea en términos de trasplante de órganos, con las consiguientes consecuencias para los pacientes en lista de espera.

Se observó una disminución general de 11.253 trasplantes de órganos en los 22 países. Esta disminución se puede estratificar a 8.560 menos de trasplantes de riñón, 1.714 menos de hígado, 692 menos de pulmón y 287 de corazón.

Además, se identificó una fuerte disminución en la tasa de trasplantes en los países con una baja tasa de mortalidad relacionada con COVID-19. Por otro lado, encontraron una disminución moderada en la tasa de trasplantes en aquellos países donde la tasa de muerte relacionada con COVID-19 era moderada. Y, por último, observaron que en los países que tenían una alta tasa de muerte asociada a la COVID-19, se produjo una ligera disminución en la tasa de trasplantes.

Las tendencias temporales revelaron una marcada reducción mundial en la actividad de trasplantes durante los tres primeros meses de la pandemia, con pérdidas que se estabilizaron después de junio de 2020. Sin embargo, disminuyeron nuevamente de octubre a diciembre de 2020.

Mejorar los sistemas sanitarios

Las consecuencias de la COVID-19 no solo son las muertes infecciosas, sino también el impacto que causa en los diversos servicios de atención médica, incluidas las interrupciones o retrasos en el tratamiento del cáncer.

La evaluación y comparación mundial del trasplante de órganos también ofrece información valiosa sobre los efectos de la pandemia debido a la heterogeneidad de las respuestas al desafío. Dicha información podría ayudar a definir qué enfoque ofrece la mejor oportunidad de adaptarse a la carga de la pandemia y mejorar los sistemas en respuesta a crisis actuales y futuras, especialmente dada la aparición de nuevas variantes preocupantes del SARS-CoV-2.


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