Un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), en colaboración con las áreas de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER-BBN) y la Universidad de Edimburgo, ha publicado un estudio que presenta una estrategia basada en sistemas moleculares para la encapsulación y liberación controlada de fármacos, con potenciales aplicaciones en futuras terapias contra el cáncer.

En este estudio encapsularon un fármaco contra el cáncer dentro de una caja molecular sensible a los cambios de pH y demostraron su efectividad contra células cancerosas. Las cajas moleculares son estructuras que rodean por completo a las moléculas huésped, encapsulando en este caso un fármaco y manteniéndolo en un estado inactivo hasta su posterior liberación, momento en el cual recupera su actividad.

El estudio se ha llevado a cabo como parte del proyecto de la tesis doctoral de Giovanni Montà, y ha abierto una línea de investigación de cajas moleculares para aplicaciones biológicas. Montà ha explicado que esta investigación ha sido evaluada en pruebas in vitro en células, han realizado un análisis comparativo entre dos cajas análogas: una caja metalorgánica y otra caja orgánica. Ha asegurado, además, que se trata de un estudio único, de gran relevancia para poder avanzar sobre qué tipo de caja es mejor para aplicaciones biológicas y para luchar contra células cancerígenas.

Resultados de la investigación

En su investigación, el equipo del Instituto Interuniversitario de Investigación de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico de la UPV (IDM-UPV), en conjunto con Paul Lusby de la Universidad de Edimburgo, ha demostrado que la caja molecular orgánica presenta propiedades superiores a la caja metalo-orgánica, permitiendo una administración más efectiva del fármaco gracias a su falta de toxicidad.

Vicente Martí, investigador del IDM-UPV y del CIBER-BBN, ha señalado que la caja molecular orgánica destaca por su alta compatibilidad celular, ya que no presenta toxicidad, incluso a dosis elevadas. Esto contrasta con las cajas metalo-orgánicas, donde sí se detectó toxicidad.

David Bastante, investigador predoctoral en el IDM-UPV, ha destacado que la caja orgánica es capaz de administrar eficazmente la doxorrubicina, un fármaco anticancerígeno, a las células, manteniendo intacta su actividad citotóxica.

Alba García, investigadora de CIBER-BBN, ha resaltado que este estudio sienta las bases para el desarrollo futuro de sistemas de liberación de fármacos utilizando cajas moleculares, con posibles aplicaciones en el tratamiento de enfermedades como el cáncer.

Tras los resultados positivos obtenidos con el sistema desarrollado en sus laboratorios, el equipo del IDM y CIBER-BBN continúa trabajando para mejorar sus características. “Nuestro objetivo es desarrollar un sistema que nos permita avanzar hacia aplicaciones biológicas y llevar a cabo ensayos in vivo“, ha afirmado Ramón Martínez-Máñez, director del Instituto IDM en la UPV e investigador del CIBER-BBN.


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