La perspectiva de género en determinadas enfermedades es una realidad en todo el mundo. En el caso del Covid-19 también. Así lo aseguran expertos en The Lancet.
La realidad es que la salud pública y las políticas sanitarias no han abordado el impacto de género de los brotes en enfermedades. Con el coronavirus ha pasado lo mismo. ¿Afecta por igual a hombres y mujeres? Aseguran estos expertos que reconocer la medida en que los brotes afectan a mujeres y hombres de manera diferente es un paso fundamental para comprender los efectos de esta emergencia sanitaria. No solo eso, también lo es “para crear políticas e intervenciones efectivas y equitativas”.
Aunque los datos desglosados por sexo para COVID-19 muestran un número igual de casos entre hombres y mujeres hasta ahora, parece haber diferencias de sexo en la mortalidad y vulnerabilidad a la enfermedad. “La evidencia emergente sugiere que mueren más hombres que mujeres, posiblemente debido a inmunología basada en el sexo”. Por ejemplo la prevalencia del tabaco. Sin embargo, los datos actuales desagregados por sexo son incompletos. Simultáneamente, explican los investigadores, los datos de la Oficina de Información del Consejo de Estado en China sugieren que más del 90 por ciento de los trabajadores de la salud en la provincia de Hubei son mujeres, lo que enfatiza la naturaleza de género de la fuerza laboral de salud y el riesgo en el que incurren predominantemente las trabajadoras de salud.
La mujer ante la pandemia
El estudio muestra que el cierre de escuelas en China, Hong Kong, Italia, Corea del Sur y otras zonas podría tener un efecto diferencial en las mujeres, que proporcionan la mayor parte de la atención dentro de las familias, con la consecuencia de limitar su trabajo y su economía. Además, las restricciones de viaje causan desafíos económicos e incertidumbre para la mayoría de las trabajadoras domésticas extranjeras, muchas de las cuales viajan al sudeste asiático entre Filipinas, Indonesia, Hong Kong y Singapur.
“La experiencia de brotes pasados muestra la importancia de incorporar un análisis de género en los esfuerzos de preparación y respuesta para mejorar la efectividad de las intervenciones de salud y promover objetivos de equidad de género y salud”. Durante el brote de la enfermedad por el virus del Ébola en África occidental de 2014–16, las normas de género significaron que las mujeres tenían más probabilidades de ser infectadas por el virus, dado su papel predominante como cuidadoras dentro de las familias y como trabajadoras de atención médica de primera línea.
La mirada femenina en la toma de decisiones
Además, destacan que las mujeres tenían menos probabilidades que los hombres de tener poder en la toma de decisiones en torno al brote, y sus necesidades estaban en gran medida insatisfechas. Por ejemplo, los recursos para la salud reproductiva y sexual se desviaron a la respuesta de emergencia, lo que contribuyó al aumento de la mortalidad materna en una región con una de las tasas más altas del mundo.
Durante el brote del virus Zika, las diferencias de poder entre hombres y mujeres significaron que las mujeres no tenían autonomía sobre sus vidas sexuales y reproductivas, lo que se vio agravado por su acceso inadecuado a la atención médica y los recursos económicos.
“Dada su interacción de primera línea con las comunidades, es preocupante que las mujeres no se hayan incorporado plenamente a los mecanismos de vigilancia, detección y prevención de la seguridad sanitaria mundial”. Las mujeres, aseguran, están en una posición privilegiada para identificar tendencias a nivel local que podrían indicar el comienzo de un brote y, por lo tanto, mejorar la seguridad sanitaria mundial.
Los expertos inciden en la importancia de incluir a las mujeres y su conocimiento en la toma de decisiones. Esto podría “potenciar y mejorar la preparación y la respuesta a un brote”. A pesar de que el Consejo Ejecutivo de la OMS reconoce la necesidad de incluir a las mujeres en la toma de decisiones para la preparación y respuesta ante brotes, hay una representación inadecuada de las mujeres en los espacios políticos nacionales y globales de Covid-19.
Ante este escenario, los investigadores son claros. “Hacemos un llamamiento a los gobiernos y a las instituciones de salud mundiales para que consideren los efectos sexuales y de género del brote de Covid-19, tanto directos como indirectos”. Es importante, a su juicio, realizar un análisis del impacto de género de los brotes múltiples, incorporando las voces de las mujeres en la línea del frente