fRancisco rosa Madrid | viernes, 06 de abril de 2012 h |

Los expertos del sector coinciden en que el futuro de la industria farmacéutica pasa por dinamizar las relaciones entre la esfera pública y la privada. Por este motivo, la quinta convocatoria de la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI) se dirige al fomento de dicha colaboración. De este modo, uno de los objetivos establecidos para esta nueva edición será la creación de una Colección Europea de Compuestos (Joint European Compound Collection), en la que se pretende integrar el know-how de la industria, así como sus descubrimientos y su capacidad para añadir valor con los avances que se producen en el sector científico público.

Pese a que este podría considerarse como uno de los retos principales para la investigación y el desarrollo de nuevas moléculas, la competencia y el secretismo que caracteriza al sector farmacéutico podrían servir de obstáculo para cumplir este objetivo. A este respecto, Eduard Valentí, director de Asuntos Regulatorios y responsable de Calidad Farmacéutica de Esteve, constata que “la cooperación entre compañías competidoras en proyectos precompetitivos es destacable en el marco de la IMI”.

La experiencia de Esteve

Precisamente, el caso de Esteve es uno de los más representativos dentro de la industria española por su relación con la IMI. El laboratorio catalán ha participado en seis proyectos como miembro de la Efpia, por lo que su labor se basa en realizar aportaciones de personal o financieras a otros socios, con el fin de beneficiarse de los resultados de los proyectos. Por este motivo, Amelia Martín, de la Plataforma Española de Medicamentos Innovadores, piensa que “la participación de las compañías españolas es positiva no solo por la posibilidad de que se generen retornos económicos, sino por sus retornos científicos”.

Bien es cierto que para aumentar esa participación habría que retirar algunas barreras que dificultan la entrada de las empresas españolas. La más importante tiene que ver con el concepto de pyme, ya que solo las empresas que son así consideradas pueden aspirar a recibir financiación. “Quizá se podría incentivar la participación de las entidades españolas que no son pymes si se las incluyera entre las que pueden recibir financiación”, afirma Valentí.